Menos que cero
Los GOBIERNOS y la opini¨®n p¨²blica europea est¨¢n, colocados ante una opci¨®n de gran trascendencia para el futuro de la paz y de las relaciones internacionales, Parece bastante probable que la URSS y EE UU puedan firmar un acuerdo para suprimir los misiles nucleares de alcance intermedio situados en Europa. El acuerdo afectar¨ªa tanto a los misiles intermedios de alcance largo, entre 1.000 y 5.000 kil¨®metros, como a los intermedios de alcance corto, es decir entre 500 y 1.000 kil¨®metros. Tal acuerdo supondr¨ªa, en un plazo de cinco a?os, la destrucci¨®n de esos misiles bajo un estricto control por parte de EE UU y la URSS, con inspecciones rec¨ªprocas en los territorios de ambos pa¨ªses. Ser¨ªa el primer acuerdo de desarme real desde la II Guerra Mundial, y la primera puesta en marcha, para controlarlo, de sistemas de inspecci¨®n en la URS S y EE UU. La opci¨®n cero fue inicialmente una propuesta occidental, rechazada por el l¨ªder sovi¨¦tico Le¨®nidas Breznev. Si ahora surge la posibilidad del acuerdo es porque su ¨²ltimo sucesor, Mijail Gorbachov, ha modificado la anterior actitud sovi¨¦tica.El presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha decidido -y su debilidad actual lo explica- no firmar el acuerdo si los Gobiernos europeos de la OTAN no lo aprueban. De ah¨ª la excepcional responsabilidad de la actitud europea en estos momentos. La decisi¨®n que deben tomar los Gobiernos europeos es m¨¢s pol¨ªtica que militar: se trata de saber si Europa acepta la opci¨®n cero o si exige unas condiciones nuevas, que probablemente har¨ªan su firma imposible. En concreto, el presidente Reagan tiene plazos limitados: si no existe un acuerdo sustancial en los pr¨®ximos meses, sena sumamente dif¨ªcil una firma tan importante en plena campa?a presidencial.
En Europa, los principales enemigos de la opci¨®n cero son el primer ministro franc¨¦s, Jacques Chirac, y el canciller alem¨¢n, Helmut Kohl, cuyo Gobierno est¨¢ dividido. A Chirac le preocupa que un proceso de desarme europeo incluya ma?ana -ya que por ahora no est¨¢n afectadas- las armas nucleares francesas. En cuanto al canciller Kohl, se encuentra enfrentado incluso con su ministro de Exteriores, el liberal Dietrich Genscher. En estos d¨ªas tiene lugar una serie de reuniones bilaterales, como el viaje de Chirac a Mosc¨² y el del ministro a Asuntos Exteriores alem¨¢n Genscher a Washington, que deber¨ªan ayudar a un consenso europeo. Por otro lado, en su reuni¨®n en Stavanger, el Grupo de Planes Nucleares de la OTAN ha definido una posici¨®n m¨¢s bien favorable, a pesar de que hace objeciones a puntos ya acordados entre EE UU y la URSS, como los 100 misiles que cada parte podr¨ªa tener fuera de Europa. En cualquier caso, lo cierto es que ha quedado marginada la tesis, esgrimida con mucha fuerza por vanos jefes militares de la OTAN, que, se enfrentaba a la opci¨®n cero alegando la indefensi¨®n de Europa ante la superioridad sovi¨¦tica en armamentos convencionales. Sin duda el problema de las armas convencionales tiene que ser abordado con urgencia. Pero es otra negociaci¨®n. Meter todo en el mismo paquete es la manera de no dar pasos positivos en nada.
Espa?a, como lo dijo claramente en Lisboa Felipe Gonz¨¢lez y lo ha reiterado el ministro Narc¨ªs Serra en Stavanger, quiz¨¢ con matizaciones confusas, se sit¨²a entre los pa¨ªses europeos que apoyan claramente la opci¨®n cero. La opci¨®n cero es una propuesta inicial de los occidentales cuya plasmaci¨®n hoy en un acuerdo formal y operativo significar¨ªa un giro muy positivo en la situaci¨®n internacional.
Obviamente, si la defensa convencional se coloca en primer plano Europa tendr¨¢ que realizar mayores esfuerzos en ese terreno, pero a la vez se elevar¨ªa su papel en las negociaciones. Con un proceso de desarme en marcha, ser¨ªa m¨¢s eficaz y realista la elaboraci¨®n de una pol¨ªtica de seguridad europea. El proyecto de unidad de Europa y de su autonom¨ªa en la vida internacional cobrar¨ªan mayor vigencia y se asentar¨ªan las bases para el gran desarrollo econ¨®n¨²co que pueden alcanzar las relaciones con la Uni¨®n Sov¨ª¨¦tica y dem¨¢s pa¨ªses socialistas.
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