Juanjo Villarreal, un entrenador casado con el balonmano
Tiene 39 a?os y es soltero seg¨²n el carn¨¦ de identidad. En realidad lleva 30 a?os enamorado del balonmano y 12 casado con el Bidasoa Elgorriaga, equipo revelaci¨®n de esta temporada, donde se le considera imprescindible. Juantxo Villarreal es un hombre tranquilo que durante los dos se transforma en un ser col¨¦rico al que insultan sus propios jugadores en los momentos m¨¢s tensos. Pero en el fondo todos le aman profundamente.
Su casa, en las afueras de Fuenterrab¨ªa, es un remanso de paz. Su plan ideal para el tiempo de ocio es pasear a caballo por el campo, escuchar a Pavarotti en disco compacto y estudiar despu¨¦s alguna de las 150 cintas de v¨ªdeo sobre balonmano que tiene grabadas. Trabaja por las ma?anas en el departamento de Deportes de la diputaci¨®n foral y entrena por las tardes. Cada semana, mantiene un andar sosegado y un trato muy amable durante seis d¨ªas, 22 horas y 30 minutos aproximadamente.Los 90 minutos restantes corresponden a su transfiguraci¨®n durante cada partido. A pie de banquillo, Villarreal es un ser el¨¦ctrico que chilla a sus jugadores y a los ¨¢rbitros, se levanta, se sienta, se agarra la cabeza o recorre el borde de la pista como si estuviera enjaulado. Solamente los especialistas le conocen por ser un buen entrenador. La opini¨®n p¨²blica y los aficionados a este deporte supieron de ¨¦l cuando hace un a?o, y desde el borde de la pista, golpe¨® con la mano un bal¨®n que controlaba Siles, del Teka, en clara jugada de gol con el marcador igualado y pocos minutos para el final.
A Villarreal le cay¨® una sanci¨®n de 12 partidos que ¨¦l estima justa, "porque no estoy en el deporte para hacer esas cosas". Explica as¨ª lo que le pas¨® en aquella d¨¦cima de segundo: "Fue como si me encontrara al borde de un precipicio con mi hijo y con el de mi m¨¢s querido amigo y tuviera que empujar obligatoriamente a uno de los dos. Yo siento un gran amor por la pureza del deporte, pero mayor a¨²n por mi equipo".
El entrenador irun¨¦s es consciente de que "a veces parezco un energ¨²meno y puedo llegar a ser cruel con mis jugadores, pero nada m¨¢s lejos de mi intenci¨®n. De hecho, mis relaciones con ellos son excelentes a pesar de las fuertes broncas que tenemos a veces. En cuanto a los ¨¢rbitros, siempre les doy la mano tras el pitido final, en se?al de respeto".
Al preguntarle lo que har¨ªa si prohibieran el balonmano, Villarreal contesta instant¨¢neamente: "Me dedicar¨ªa al baloncesto, que tambi¨¦n me gusta mucho". Su predilecci¨®n por estos deportes se debe "a que en ambos la influencia del entrenador es fundamental. Yo dir¨ªa que, sobre todo en baloncesto, la estrategia es casi tan completa como en ajedrez. Me refiero a los tiempos muertos, los cambios, las t¨¢cticas, las relaciones entrenador-jugadores...".
Cuesti¨®n de mercado
Para Villarreal, la belleza del balonmano es indiscutible: "Ver los partidos de un Mundial o admirar a los yugoslavos del Metaloplastika supone un goce para el aficionado". La diferencia de difusi¨®n con respecto al baloncesto tiene un motivo muy claro en su opini¨®n: "Hasta hace muy poco, el n¨²mero de practicantes en Espa?a era similar. Pero ocurre que el baloncesto viene de Estados Unidos, con la espectacular puesta en escena que ello lleva consigo, mientras que el balonmano procede del tel¨®n de acero, con una imagen mucho m¨¢s gris. Es una cuesti¨®n de marketing".No quiere terminar la conversaci¨®n sin manifestarse "totalmente en contra del actual sistema de competici¨®n en la Liga espa?ola, que mantiene una gran tensi¨®n durante demasiados meses, lo que produce altercados en el p¨²blico y aumento de las lesiones. Menos mal que ya lo han cambiado para el a?o pr¨®ximo". Si su equipo gana el t¨ªtulo de campe¨®n de la Liga, lo primero que har¨¢ Villarreal ser¨¢ acordarse "de mucha gente que habr¨¢ contribuido a ello. Especialmente del presidente del club, Pe?ardo Garc¨ªa, que como jugador fue un poco burro, pero como directivo es maravilloso".
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