Repertorio de capa

J. V. Las figuras (no tan figuras) que han mandado en la fiesta durante 20 a?os o m¨¢s, dejaron el toreo de capa como un desierto. Las figuras imponen modos y modas y los suyos fueron reducir el toreo de capa a malas ver¨®nicas, escasas chicuelinas. De haber seguido as¨ª, aqu¨ª no torear¨ªa de capa nadie.

Pero en un momento crucial para la fiesta surgieron las escuelas de tauromaquia, donde se ense?a al alumnado todas las suertes del toreo, naturalmente las de capa incluidas. Los destacados, sacaban fuera de las aulas sus ense?anzas, las met¨ªan en los cosos, y el p¨²blico se quedaba gratamente sorprendido con la novedad del amplio y deslumbrante repertorio del toreo.

Otros diestros de nuevas promociones tomaron nota o indagaron por su cuenta, y ahora ya son relativamente usuales, en los tercios de quites, gaoneras, faroles, navarras, m¨¢s un importante surtido de largas cambiadas o afaroladas, serpentinas...

Luis Francisco Espl¨¢, con un recorte capote al brazo para poner en suerte al toro -lance antiqu¨ªsimo, a?eja estampa a?eja de las revistas de final y principio de siglo-, V¨ªctor Mendes con vistosas tijerillas, ense?aron al entusiasmado p¨²blico de Madrid de la corrida del s¨¢bado ¨²ltimo cuantas versiones y cuantos matices puede tener el toreo de capa.