El Rey destaca en Puerto Rico la doble dimensi¨®n hispana y norteamericana de la isla caribe?a
Los Reyes de Espa?a pisaron suelo puertorrique?o el domingo por la noche (1.25 de ayer, hora peninsular) en la base militar norteamericana de Mu?iz. Antes de descender del avi¨®n, un funcionario de escaso rango del protocolo del Departamento de Estado, Timothy Towel, entreg¨® a don Juan Carlos una carta personal del presidente Reagan. Un gran letrero presid¨ªa el aeropuerto militar: "Welcome to the USA" (Bienvenido a los Estados Unidos de Am¨¦rica). Paralelamente, tres artefactos hicieron explosi¨®n y otros cuatro fueron desactivados en locales de propiedad norteamericana en diversas ciudades de la isla, acciones que se han atribuido las llamadas Fuerzas Guerrilleras de Liberaci¨®n, un grupo independentista que ha pretendido denunciar lo que define como "situaci¨®n colonial" de la isla respecto de Estados Unidos. Se iniciaba as¨ª un viaje que para Washington es privado, y para la delegaci¨®n espa?ola, oficial.
Las explosiones, en cualquier caso, encerraban m¨¢s un mensaje simb¨®lico contra la actual dependencia isle?a de Washington, que como protesta por la visita real. Puerto Rico es desde abril de 1989, tras la derrota espa?ola en la guerra de Cuba, un Estado libre asociado a Estados Unidos.Los portorrique?os han dado, pese a todo, una calurosa y masiva bienvenida popular a los Reyes, en una jornada de reafirmaci¨®n hisp¨¢nica, observada con frialdad y cierto recelo desde Washington. El Rey destac¨® la "doble dimensi¨®n hisp¨¢nica y norteamericana" de Puerto Rico, equilibrando la dimensi¨®n latinoamericana de la isla con la estadounidense.
800 agentes
Extraordinarias medidas de seguridad rodean la estancia de 48 horas de los Reyes, con un espectacular despliegue (800 hombres) controlado por el servicio secreto norteamericano, que se superpone a los propios organizadores portorrique?os, lo que origina frecuentes conflictos. La parte vieja de San Juan ha sido cerrada al tr¨¢fico, e incluso los residentes tendr¨¢n que aparcar sus veh¨ªculos fuera de esa zona hasta la tarde del martes. En el resto de la ciudad las restricciones de tr¨¢fico son enormes para dar prioridad a la numeros¨ªsima caravana oficial.
La bienvenida formal a los Reyes se celebr¨® ayer, a las diez de la ma?ana (hora local), en la campa de la vieja fortaleza colonial de San Felipe del Morro. Entre 10.000 y 15.000 personas (los organizadores hab¨ªan calculado unas 80.000) acudieron a escuchar los mensajes que intercambiaron el gobernador, Rafael Hern¨¢ndez Col¨®n, y don Juan Carlos, tras la imposici¨®n al Rey de la orden del V Centenario del Descubrimiento de Puerto Rico, m¨¢xima condecoraci¨®n creada para esta ocasi¨®n.
La mayor¨ªa eran ni?os y j¨®venes escolares, tra¨ªdos en autocares. Varios grupos folcl¨®ricos daban color festivo a la ceremonia. Ir¨®nicamente uno de los grupos danzantes parec¨ªa cubierto con la bandera republicana por el color de sus capas.
El Rey elogi¨® la huella hisp¨¢nica portorrique?a, "que no es s¨®lo el pasado hist¨®rico, sino realidad cotidiana profundamente vivida y sentida en el coraz¨®n de los portorrique?os", pero a?adi¨®: "Puerto Rico tambi¨¦n participa de la tradici¨®n pol¨ªtica de la naci¨®n norteamericana, con la que Espa?a mantiene estrechas y cordiales relaciones de amistad".
En otra parte de su discurso rindi¨® homenaje a la acogida portorrique?a "a la cultura espa?ola en momentos tr¨¢gicos y dif¨ªciles para la Espa?a peregrina, para una Espa?a en la que los valores de la libertad encontraban as¨ª, lejos de la pen¨ªnsula, expresi¨®n genuina de una tierra fraterna". En este contexto cit¨® la estancia aqu¨ª de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Pedro Salinas, Pau Casals y posteriormente la de Enrique Tierno Galv¨¢n.
Recelo de Washington
El viaje tiene tambi¨¦n una dimensi¨®n pol¨ªtica. Hay acusaciones de electoralismo al gobernador, Hern¨¢ndez Col¨®n, de? Partido Popular Democr¨¢tico (liberal), que defiende la situaci¨®n actual frente a las otras dos fuerzas parlamentarias: el Partido Nuevo Progresista (conservador), partidario de que Puerto Rico sea un estado m¨¢s de la Uni¨®n, y el Partido Independentista Portorrique?o (PIP, socialdem¨®crata), defensor de la independencia plena, que tiene s¨®lo dos parlamentarios y un 3,5% de votos. El Rey recibir¨¢ a representantes de todos los partidos.
Washington observa con recelo esta visita, que se inscribe en una gira latinoamericana y no en un viaje a Estados Unidos. En San Juan se rumore¨® que Washington hab¨ªa sugerido una corta escala t¨¦cnica de los Reyes en Baltimore, de regreso a Espa?a, con la excusa de visitar a su hijo, el Pr¨ªncipe Felipe, guardiamarina en el buque escuela Juan Sebasti¨¢n de Elcano. Pero el director general de la OID, Inocencio Arias, ha desmentido tal viaje.
Los portorrique?os nadan entre dos aguas. Para unos el viaje es oficial y para otros privado. Al final se ha encontrado una f¨®rmula informal: se trata de un viaje oficialmente privado y privadamente oficial.
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