Romanticismo con Zylis Gara

Dice la inolvidable Giulietta Simionato que el problema m¨¢s grave de los cantantes actuales es la falta de personalidad. Voces hay, escuelas tambi¨¦n, pero ese algo que convierte a un artista en inconfundible no abunda.Teresa Zylis Gara no es de las que se encuentran en este peque?o reducto, pero posee, y m¨¢s exactamente posey¨® en mayor grado, muchas de las otras caracter¨ªsticas: una voz de bello color de soprano l¨ªrica, una indudable l¨ªnea de canto, temperamento y gusto en el decir. Sabe, sobre todo, hacer volar las melod¨ªas rom¨¢nticas de ese repertorio que ella seleccion¨® en exclusiva para su presentaci¨®n madrile?a, ti?endo su recital, eso s¨ª, de un punto de monoton¨ªa y edulcoraci¨®n que s¨®lo rompieron las propinas.

Las canciones de su compatriota polaco Moniuszko sirvieron de aperitivo al plato fuerte de la velada, que resultaron ser las de Chaikovski. Entre ¨¦stas destacar¨ªa La malmaridada por su profundo sentimentalismo no exento de dolor contenido, que tuvo puntual traducci¨®n en la versi¨®n de Zylis Gara. Sus actuales limitaciones en el registro agudo, m¨¢s de una vez tenso y casi calante, se manifestaron ya en la m¨¢s temperamental de este autor, Marido viejo, para convertirse en m¨¢s evidentes en las piezas de Rachmaninov, donde, por otro lado, hubo momentos muy logrados. ?stos lo fueron menos frecuentes en Las canciones gitanas, de Dvorak, que cerraron un recital dignamente acompa?ado por el pianista Christian Ivaldi, en el que se ech¨® de menos una mayor variedad estil¨ªstica y sobre todo a un compositor, Mozart, que el artista canta con especial brillantez.