Del esca?o al banquillo
Tres meses justos despu¨¦s de que Juan Carlos Yoldi, diputado electo por Herri Batasuna (HB) defendiera en el Parlamento vasco, en su calidad de candidato a lehendekari, su programa de Gobierno, la misma persona, un joven de 24 a?os, se sentaba el martes pasado -y volv¨ªa a sentarse ayer, viernes, junto a los otros procesados, en el banquillo de los acusados. Procesado como presunto miembro de ETA, a Yoldi se le imputan una serie de delitos de terrorismo por los que el fiscal solicita m¨¢s de 64 a?os de c¨¢rcel. El contraste entre una y otra fecha y el diferente significado de uno y otro hecho para un mismo protagonista simboliza la profunda contradicci¨®n de la situaci¨®n vasca.El candidato a lehendekari de un'partido como HB, que cuenta con el 17% de los votos vascos y, en todo caso, el parlamentario elegido por una parte importante de los ciudadanos de Euskadi re¨²ne en su persona la condici¨®n de presunto autor de hechos penalizados por las leyes del Estado, que Herri Batasuna a la vez rechaza y utiliza.
Si alguna nota com¨²n puede extraerse del 26 de febero y el 26 de mayo es que ambas fechas han tenido por escenario el Pa¨ªs Vasco y, en amboscasos, ha funcionado el estatuto de Gernika, con el apoyo de una legalidad democr¨¢tica y un aparato judicial que en otros supuestos ha brillado por su ausencia. Yoldi, contra el criterio de altas personalidades socialistas y del propio fiscal general del Estado, estuvo presente en Vitoria en defensa de su derecho a exponer el programa pol¨ªtico de una opci¨®n minoritaria, pero legitimada por los votos.
Triunfo moment¨¢neo
La presencia en el banquillo de los acusados ante el pleno de la Audiencia de Bilbao, en funciones de Tribunal Superior de Justicia de la comunidad aut¨®noma vasca, representa, por un lado, el imperio de un sistema de convivencia mayoritariamente aceptado que se defiende frente a quienes presuntamente lo atacan y, por otro, el triunfo moment¨¢neo de la garant¨ªa jur¨ªdica de que sean los jueces naturales, los radicados en la comunidad donde se han producido los supuestos hechos delictivos, los que juzguen, en justici.a, sobre la culpabilidad o inocencia de los procesados.
Lo de menos es que Yoldi y otros tres de los cinco procesados hayan negado la competencia del tribunal y hayan abandonado voluntariamente el banquillo. En su ausencia, el tribunal sigue obligado a ve lar por las garant¨ªas de su defensa. Lo importantes es que a pesar de la reticencia del Gobierno, del PSOE y de Herri Batasuna se est¨¢ dando un paso hacia el enjuiciamiento porparte de los jueces naturales de los delitos, cometidos en su jurisdicci¨®n. Adem¨¢s este juicio es una ocasi¨®n de oro, para que los 11 magistrados que componen el tribunal subsanen las deficiencias de la instrucci¨®n sumarial-
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