Dos meses de juicio de la colza s¨®lo han dado tiempo a que declare, la mitad de los acusados
JOS? YOLDI Se cumplen hoy dos meses desde que el 30 de marzo comenz¨® el juicio de la colza en el auditorio del Recinto Ferial de la Casa de Campo de Madrid, y parece evidente que las previsiones iniciales de que el juicio tendr¨ªa una duraci¨®n de cinco meses han quedado completamente superadas, ya que despu¨¦s de 25 sesiones ¨²nicamente se ha interrogado a la mitad de los procesados. El tribunal tuvo que retrasar sobre la marcha la fecha prevista para el inicio de las declaraciones de los 2.500 testigos que han sido propuestos, pero muy probablemente deber¨¢ hacer un nuevo reajuste.
Las declaraciones de los 19 acusados que han sido interrogados hasta ahora, m¨¢s la media docena de careos celebrados entre ellos, han aportado escasas novedades a lo que ya conten¨ªa el sumario. Los principales acusados intentar¨¢n demostrar que el aceite de colza adulterado no fue la causa del s¨ªndrome t¨®xico, o, cuando menos, sembrar la duda de que pudo tener otro origen. Por el momento, ni los acusados ni sus defensas han aportado nuevas pruebas sobre el causante, aunque han apuntado a un agente de guerra qu¨ªmica supuestamente experimentado en Almer¨ªa para despu¨¦s ser utilizado en el conflicto Ir¨¢n-Irak.
Las reuniones mantenidas entre los abogados para acelerar la vista no han dado resultados positivos. Hubo prop¨®sitos y buenas palabras, pero ning¨²n acuerdo concreto, y la presencia de los medios de comunicaci¨®n, en algunos casos, ha servido de plataforma para el intento de lucimiento personal.
Incluso el tribunal adopt¨® la decisi¨®n de cortar la intervenci¨®n de los letrados para evitar las repeticiones de preguntas, y lo llev¨® a efecto con cierto rigor los primeros d¨ªas. En otro acuerdo, los magistrados anunciaron que, debido a la lentitud del proceso, iban a prolongar los horarios y ampliar el n¨²mero de jornadas si fuera necesario. Este anuncio es de dif¨ªcil cumplimiento, ya que el equipo de transcripci¨®n trabaja a marchas forzadas para tener listas las actas de las sesiones cada semana, y, por otra parte, los funcionarios de la oficina judicial, que vienen trabajando numerosas horas extraordinarias, no han percibido aumentos en sus retribuciones ordinarias, y no son proclives a nuevos trabajos sin compensaci¨®n.
En las 12 sesiones que restan hasta el 29 de junio, en que deber¨¢ empezar la prueba pericial, han de ser interrogados los 19 acusados que faltan, que son los menos importantes, por lo que en principio parece factible cumplir ese prop¨®sito.
De continuar a este ritmo, con las declaraciones de los peritos, tanto extranjeros como espa?oles, y tras el per¨ªodo vacacional de agosto, no se ve claro cu¨¢ndo podr¨ªan empezar a declarar los 2.500 testigos, propuestos en su mayor¨ªa por las defensas. Ning¨²n observador jur¨ªdico se atreve a pronosticar cu¨¢ndo puede acabar el juicio.
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