La imagen de la joven generaci¨®n

Con las obras seleccionadas en la sexta tribuna, la Fundaci¨®n March, adem¨¢s del estreno, ha lanzado ediciones y grabaciones de 39 partituras de las que son autores 36 compositores. Esto es, el estudio de la generaci¨®n de 1961 puede hacerse ya s¨®lo a trav¨¦s de las tribunas, ediciones papel y sonoras de la March.Ocho obras fueron programadas e interpretadas por el Grupo C¨ªrculo, que dirige Jos¨¦ Luis Temes, y en algunos casos con la colaboraci¨®n de un grupo de solistas vocales e instrumentales.

El pensamiento de los ocho autores es, en esencia o en detalle, muy diverso y va desde cierto tradicionalismo, evolucionado en el extreme?o Enrique Mu?oz Rubio con su Tr¨ªo para flauta, viol¨ªn y guitarra (1986), hasta la invenci¨®n, unida y derivada a la electro ac¨²stica, de Enrique Mac¨ªas en su Morgengesang II, para 10 instrumentos y cinta magn¨¦tica, ra¨ªz y punto de partida del Morgengesang III, para orquesta, interpretado hace unos d¨ªas por la Orquesta Nacional. Me parece que en esta obra, y no s¨®lo en ¨¦sta, el m¨²sico vigu¨¦s va m¨¢s lejos en la ideaci¨®n -plena de fantas¨ªa- que en la realizaci¨®n, no siempre precisa, lo que no es caso ¨²nico ni en su generaci¨®n ni en otras. Algo similar sucede al portugu¨¦s Emmanuel Nunes. Pero en uno y otro caso, cuanto hacen estos artistas inquietos, mitad autodidactas, mitad sobrediscipulares, interesa y no permite reacci¨®n de indiferencia.

Carlos Gal¨¢n, madrile?o, de 1963, muestra en su Veintiuno, opus 21, para flauta, piano y percusi¨®n, perteneciente al tr¨ªptico El vivir de un latido, claridad de ideas y seguridad de trazo a trav¨¦s de la que se refleja un sentimiento human¨ªstico que recupera la condici¨®n afectiva del acto musical, lo que por otra parte confiesa el autor cuando se refiere a su voluntad de comunicaci¨®n. La, sustancia y su exteriorizaci¨®n responden a una espont¨¢nea sencillez.

El texto

La utilizaci¨®n de un texto tiende, de un lado, a clarificar la tarea compositiva desde esa suerte de guide line que proporciona la poes¨ªa; de otro, pone a prueba la capacidad l¨ªrica o dram¨¢tica del autor y sus facultades para mostrarla dentro de un lenguaje actual. Es el caso del Preludio y posdudio a Cabalum, sobre Carlos Oroza, para flauta, trompa, piano, arpa, viola, chelo y bar¨ªtono, que Luis ?lvarez interpret¨® con la misma calidad que -en otro mundo musical- logra en Viva la ¨®pera, de Donizetti, del ferrolano Xoan A. Via?o (1960), y del sevillano Antonio Jos¨¦ Flores en su Soledad sucesiva, sobre Jacobo Cortines, para soprano, flauta, clarinete, chelo y piano, estupendamente protagonizado por Mar¨ªa Jos¨¦ S¨¢nchez.En la ¨®rbita de Luis de Pablo y Francisco Guerrero, y sobre la experiencia electroac¨²stica de Horacio Vaggiones en el Estudio de Cuenca, se apoya Yam (mar, en egipcio), para clarinete, marimba y clave, de Jes¨²s Rueda (Madrid, 1961), que a partir de una estructura m¨¢s o menos complicada se expresa con amplitud y perspectiva que nada sugiere de complejo en su escritura puntual y su polifonismo lineal y t¨ªmbrico.

Un quinteto de viento -BXR6- del barcelon¨¦s Albert Llanas (1957) nos presenta a un creador en estado, evolutivo, pero evidenciador de un estilo libre, objetivo y pl¨¢stico. BXR es el t¨ªtulo de una serie de obras, siete hasta la fecha, iniciadas en 1984 y que marchan en paralelo con otro proceso creativo: el de las Secuencias orquestales, cuatro hasta hoy.

Otro barcelon¨¦s, Josep Oriol Graus (1957), alterna lo instrumental y lo electroac¨²stico, que estudi¨® con Gabriel Brncic, y en alguna medida enlaza con valores ideol¨®gicos de una catalanidad que no precisa de alusi¨®n tradicional para mostrar su car¨¢cter. Sense tu, para dos flautas, clarinete, fagot y piano, me parece ensayo interdisciplinar abierto a un c¨²mulo de sugerencias capaces de ocultar la base estructural de la pieza: una serie dodecaf¨®nica completa y un juego de 11 intervalos diferentes en cuyo trabajo polim¨¦trico y a veces repetitivo adivinamos una futura accesis que al depurar los procedimientos del lenguaje clarificar¨¢ la exposici¨®n de las ideas.

Jos¨¦ Luis Temes se confirm¨®, una vez m¨¢s, en su valor de campe¨®n de programas maratonianos, que sabe montar con eficacia y explicar con lucidez, al frente de su grupo, formado por magn¨ªficos instrumentistas.