Una guerra no querida

En la ma?ana del 30 de mayo de 1967, el rey Hussein pilot¨® un avi¨®n Caravel desde Amman hasta El Cairo. En la tarde de ese d¨ªa, Hussein y el rais egipcio, Gamal Abdel Naser, firmaron apresuradamente un pacto de defensa mutua, que obligaba a Jordania a participar en el inminente conflicto con Israel. Said Rifa?, de origen palest1no, actual primer ministro jordano y ya entonces muy pr¨®ximo al monarca, afirma que Hussein no quer¨ªa aquella guerra.D¨ªas antes de su hist¨®rico viaje a El Cairo, "cuando Naser cerr¨® el estrecho de Tiran", cuenta Rifai, "el rey se convenci¨® de que la guerra era inevitable. Pero yo estaba con ¨¦l cuando se enter¨® de esa informaci¨®n crucial oyendo la radio de El Cairo. Naser no le hab¨ªa consultado en absoluto".

El 5 de junio, Israel destruy¨® por sorpresa las fuerzas a¨¦reas de Egipto, Siria y Jordania. El reino hachem¨ª perdi¨® sus 32 Hawker-Hunter, lo que disminuy¨® muy seriamente la eficacia de sus fuerzas terrestres. Dos d¨ªas despu¨¦s, Israel controlaba Cisjordarna y comenzaba el asalto a la parte ¨¢rabe de Jerusal¨¦n. El mismo d¨ªa 7, los jud¨ªos fueron a orar al reci¨¦n conquistado Muro de las Lamentaciones. Se ¨ªrripuso el alto el fuego, y el reino hachem¨ª reconoci¨® 6.094 muertos, 792 heridos y 200.000 refugiados. Las p¨¦rdidas israel¨ªes contra Jordania, 302 muertos y 1.453 heridos.