El fiscal pide 25 a?os de prisi¨®n para un enfermo mental que mat¨® a un polic¨ªa
El fiscal solicit¨® ayer que se impusieran 25 a?os de prisi¨®n a Antonio G¨®mez N¨²?ez, un enfermo mental, por los presuntos delitos de homicidio y atentado a la autoridad cometidos el 4 de julio de 1985 al disparar y herir de muerte a un polic¨ªa nacional que le acababa de detener y que le conduc¨ªa a un hospital.
Antonio G¨®mez fue detenido el 4 de julio de 1985 cuando se encontraba en la puerta de la catedral de Barcelona, amenazando con una navaja a los fieles que quer¨ªan entrar en el templo. Varios polic¨ªas municipales y nacionales resultaron heridos en la persecuci¨®n y aprehensi¨®n del procesado.La polic¨ªa pudo retener finalmente al acusado, esposarlo e introducirlo en un coche patrulla. En el interior del veh¨ªculo y en el trayecto hacia un hospital donde le conduc¨ªan para que le curasen las heridas producidas en la persecuci¨®n, Antonio G¨®mez sustrajo la pistola del agente Cirilo Bravo, polic¨ªa nacional, dispar¨® sobre ¨¦ste y le provoc¨® la muerte.
En la Secci¨®n segunda en lo penal de la Audiencia de Barcelona, el ministerio fiscal calific¨® ayer los hechos como constitutivos de homicidio y de atentado con resultado de muerte, de otros cinco delitos de atentados y de cuatro faltas de lesiones. Por la muerte del polic¨ªa solicit¨® una pena total de 25 a?os de prisi¨®n y una indemnizaci¨®n de cinco mi llones de pesetas. Por los otros hechos le reclam¨® diez a?os de c¨¢rcel y diversas indemnizaciones para cinco polic¨ªas que resultaron heridos en la persecuci¨®n, por un importe total de 189.000 pesetas.
El abogado defensor Emilio Zegr¨ª mantuvo ayer la tesis de que el acusado padece una enfermedad mental. Recalc¨® que hab¨ªa recibido asistencia psiqui¨¢trica durante el tiempo en que por otros delitos permaneci¨® detenido en las c¨¢rceles danesas y francesas y solicit¨® que se le atenuara la pena en raz¨®n a su estado mental.
Hitler reencarnado
El abogado defensor asegur¨¦ que el procesado hab¨ªa dado muestras de su estado mental en la misma puerta del templo, cuando se dedic¨® a proferir grandes gritos y a afirmar que era la reencarnaci¨®n de Adolfo Hitler.Posteriormente y, en medio de una gran excitaci¨®n, se sac¨® del bolsillo un abrecartas, que acababa de comprar en una tienda de artesan¨ªa, y amenaz¨® a algunos transe¨²ntes. Agreg¨® el letrado que en este estado de excitaci¨®n nerviosa intent¨® oponerse a su detenci¨®n, golpeando a los polic¨ªas.
El procesado declar¨® durante la vista que actu¨® en defensa propia y para repeler las agresiones y amenazas de que fue objeto durante todo el trayecto, hasta el hospital. Afirm¨® que en el interior del veh¨ªculo fue obligado a meterse en el espacio destinado a los perros y que mientras permanec¨ªa all¨ª los funcionarios le amenazaron con llevarlo hasta el puerto y dispararle un tiro en la cabeza. Seg¨²n la versi¨®n del procesado el polic¨ªa Cirilo Bravo sac¨® la pistola de su funda y le apunt¨® en la cabeza, originando una pelea con el detenido.
"Yo le retorc¨ª el brazo y enca?on¨¦ su pistola a su propio cuerpo. Entonces se dispar¨¦ casualmente el arma", concluy¨®.
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