El Gobierno venezolano ratifica el acuerdo para refinanciar la deuda externa
En medio de la mayor oposici¨®n pol¨ªtica al pago de la deuda externa, el ministro de Hacienda venezolano, Manuel Azpur¨²a, ha anunciado la intenci¨®n del Gobierno de Venezuela de ratificar los contratos de refinanciaci¨®n acordados en febrero pasado con la banca internacional. Por primera vez ha surgido una coincidencia entre sectores representativos sobre la necesidad de diferir los pagos de la deuda, declarar una moratoria unilateral o revisar nuevamente los t¨¦rminos de refinanciaci¨®n bajo el argumento de que Venezuela carece de recursos para cumplir los compromisos externos de este a?o.
Los economistas y pol¨ªticos de la oposici¨®n, incluso los l¨ªderes del partido gobernante, la Confede raci¨®n de Trabajadores de Venezuela, la c¨²pula empresarial y la Iglesia han planteado posponer y limitar los pagos en vista de las serias dificultades econ¨®micas y financieras actuales. Y, sin embargo, el ministro de Hacienda Manuel Aizpur¨²a, insiste tercamente en ratificar los acuerdo con los acreedores, justificando su posici¨®n sobre la posibilidad de conseguir nuevos cr¨¦ditos externos. De Jap¨®n regres¨®, no obstante, con las manos vac¨ªas, sin ninguna financiaci¨®n materializada y sin perspectivas concretas de que otros pa¨ªses lo otorguen.La pol¨¦mica radica en la disyuntiva de pagar la deuda o cubrir las necesidades internas de crecimiento y desarrollo, porque ambas cosas al mismo tiempo parecen dif¨ªciles de hacer. De ah¨ª que los dirigentes pol¨ªticos nacionales se opongan al sacrificio del pa¨ªs. El panorama de ingresos y egresos de divisas para este a?o no es nada halag¨¹e?o. Venezuela obtendr¨¢ alrededor de 10.500 millones de d¨®lares por sus exportaciones globales, de los cuales deber¨¢ destinar casi 5.000 millones para cancelar el servicio de la deuda p¨²blica y privada, y 8.000 millones para las importaciones.
De esta manera tendr¨¢ un d¨¦ficit de 2.500 millones de d¨®lares en su balanza de pagos en 1987. A esto se suma el agotamiento que est¨¢n sufriendo las reservas operativas internacional del Banco Central de Venezuela, que para finales de septiembre descender¨¢n a 2.000 millones, lo cual es el nivel cr¨ªtico para dejar de cumplir la refinanciaci¨®n.
Renuncia
Los economistas moderados alegan que no se puede suspender el pago de la deuda porque en la primera firma de la reestructuraci¨®n, en febrero de 1986, la Rep¨²blica renunci¨® a la soberan¨ªa de sus activos en el extranjero. Esto supone que, en caso de incumplimiento unilateral, los banqueros internacionales pueden embargar los bienes, por ejemplo las refiner¨ªas de la industria petrolera nacional en el exterior.
Pese al impedimento jur¨ªdico, los l¨ªderes del partido oficialista exhortan al Gobierno para que invoque nuevamente la cl¨¢usula de contingencia (revisar los t¨¦rminos de refinanciaci¨®n) si no llegan los cr¨¦ditos externos prometidos. Y como hay dudas sobre los otorgamientos de la banca, se comenta que al final el Gobierno recurrir¨¢ al auxilio del Fondo Monetario Internacional para aliviar el d¨¦ficit que se presentar¨¢ en su balanza de pagos.
El debate de la deuda se est¨¢ acentuando en el plano interno. Ante el empeoramiento de la situaci¨®n, hay un consenso nacional acerca de la urgencia de que el Gobierno cambie el rumbo de la pol¨ªtica econ¨®mica. Las recientes medidas de compensaci¨®n salarial, congelamiento de precios e inmovilidad laboral, vigentes desde el primero de mayo, han desatado la inflaci¨®n y la especulaci¨®n. El Gobierno todav¨ªa no ha determinado cu¨¢ndo ni c¨®mo pagar¨¢ el bono salarial compensatorio a los 800.000 funcionarios de la Administraci¨®n.
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