Hanna Siniora
La 'guerra de los seis d¨ªas' convirti¨® al boticario en el m¨¢s c¨¦lebre periodista palestino
La familia Siniora, cristianos ¨¢rabes, tiene una farmacia en la puerta de Damasco, en el viejo Jerusal¨¦n amurallado. En los pr¨ªmeros d¨ªas de junio de 1967, Hanna, que estudiaba farmacia en la India, acababa de regresar a casa para pasar las vacaciones de verano. Hanna Siniora ser¨ªa hoy tan s¨®lo heredero de la botica si en aquellas fechas Israel no hubiera conquistado la parte ¨¢rabe de Jerusal¨¦n, Cisjordania y Gaza. La ocupaci¨®n israel¨ª le convirt¨ª¨® en c¨¦lebre periodista y una figura inevitable en cualquier delegaci¨®n palestina en la hipot¨¦tica conferencia internacional de paz en Oriente Pr¨®ximo.
"Recuerdo que cuando los combates terminaron, mi madre retir¨® el retrato del rey Hussein del interior de la farmacia, y dijo: 'Este hombre nunca volver¨¢ a gobernarnos'. Yo le dije: 'Guarda el retrato del rey, porque los israel¨ªes se ir¨¢n dentro de un mes'. Ya ve: me equivoqu¨¦ completamente".Hanna Siniora est¨¢ sentado en su despacho de director del semanario Al Fajr (La Aurora), muy cerca de la puerta de Damasco. En la oficina hay un perchero de madera, muebles viejos y baratos, y un mapa con letras ¨¢rabes donde Israel y los territorios ocupados forman un s¨®lo pa¨ªs. En otras salas de la redacci¨®n hay ventiladores que cuelgan de los techos, montones de papeles amarillentos, periodistas que trabajan con pantallas de ordenador y fotos de Yasir Arafat.
"Yo nunca estudi¨¦ periodismo, pero en 1974, Yusef Nasr, que hab¨ªa fundado Al Fajr dos a?os antes, fue secuestrado, sin que hasta ahora haya aparecido su cuerpo. Entonces me pidieron que me hiciera cargo del semanarlo. Aprend¨ª el oficio sobre la marcha". Hoy Al Fajr tiene una edici¨®n en ¨¢rabe y otra en ingl¨¦s, y las autoridades israel¨ªes prohibieron la versi¨®n hebrea. Siniora, 49 a?os, casado y con tres hijos, es un hombre corpulento, de pelo gris y est¨®mago prominente. Lleva gafas, tiene bigotito y su mano derecha est¨¢ semiparalizada. Las dos ventanas de su despacho est¨¢n protegidas por una reja met¨¢lica, porque "de cuando en cuando, los extremistas jud¨ªos me tiran c¨®cteles molotov". "Israel se precia de que bajo su administraci¨®n militar los palestinos tenemos m¨¢s libertad de Prensa que en todos los dem¨¢s pa¨ªses ¨¢rabes. Si eso es cierto, no es porque nos lo hayan regalado, sino porque lo conquistamos d¨ªa a d¨ªa. Este semanario ha sufrido tantos cierres que ya ni me acuerdo del n¨²mero total. Su fundador desapareci¨®; uno de sus redactores fue asesinado; otros tres, deportados; tres m¨¢s est¨¢n arrestados, y otro no puede dejar la ciudad. ?Usted llama a eso libertad de expresi¨®n?".
Para Hanna Siniora, la situaci¨®n del cerca del mill¨®n de palestinos que habitan los territorios ocupados hace 20 a?os es "de apartheid, como la de los negros en Sur¨¢frica. Un total de 1.200 ¨®rdenes de las autoridades mililtares regulan los m¨¢s m¨ªnimos detalles de nuestra vida, hasta, por ejemplo, c¨®mo, cu¨¢ndo y d¨®nde plantar un ¨¢rbol". Siniora es uno de esos notables que alg¨²n d¨ªa deber¨¢n representar a su pueblo en una conferencia internacional de paz. ?l es mencionado siempre como "pr¨®ximo a la OLP", pero afirma que "ning¨²n otro palestino" acudir¨¢ a la conferencia si no es "norninado por la OLP". Hace unas cuantas semanas, Siniora y dos notables m¨¢s se lo dijeron al israel¨ª Sim¨®n Peres.
Desde su despacho de Jerusal¨¦n, el boticario que se convirti¨® en periodista afirma que "uno y otro lado tendr¨¢n que hacer concesiones muy duras para llegar a la paz"; y se pronuncia por admitir la "existenc¨ªa del Estado de Israel", y por la creaci¨®n en los territorios ocupados de "un Estado palestino, confederado en pie de igualdad con Jordania".
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