Epi demoli¨® a la RFA en 20 minutos
Espa?a resolvi¨® los cuartos de final con m¨¢s sencillez de lo previsto. Para que todo resultara a¨²n m¨¢s sencillo, la selecci¨®n espa?ola pudo marcharse al descanso con 22 tantos de ventaja, diferencia m¨¢s que suficiente ante la incapacidad del equipo germano. Para ello hubo una aportaci¨®n individual fuera de lo com¨²n, la de Epi.Epi termin¨® el primer tiempo con 31 puntos en su haber, lo que significaba que hab¨ªa conseguido el 55% de todo lo realizado por su equipo. Epi resolvi¨® tajantemente cualquier posible o hipot¨¦tica dificultad gracias a un extraordinario porcentaje de 14 canastas de 15 lanzamientos (93%). Epi estableci¨® ayer un r¨¦cord en este campeonato en lo que se refiere al n¨²mero de tantos conseguidos en un solo per¨ªodo.
D¨ªaz Miguel hab¨ªa dise?ado como principal t¨¢ctica maniatar al principal anotador del equipo germano, el alero Jackel (1,99 metros), quien era uno de los m¨¢ximos anotadores del Europeo y quiz¨¢ el ¨²nico jugador que le daba cierta fluidez encestadora a su equipo. D¨ªaz Miguel destin¨® al base Soloz¨¢bal a sujetar a Jackel. Hab¨ªa por medio aproximadamente 16 cent¨ªmetros de diferencia, pero Soloz¨¢bal era mucho m¨¢s r¨¢pido y pod¨ªa encargarse, sobre todo, de que a este jugado no le llegara un pase. El sistema defensivo se completaba con la presi¨®n de Epi y Villacampa sobre los dos peque?os del con junto rival, Koch y Korner. A los cinco minutos de juego, Jackel s¨®lo hab¨ªa recibido un pase y no hab¨ªa conseguido anotar.
As¨ª que Espa?a, obtenido el resultado defensivo, s¨®lo se encontr¨® con ciertas dificultades para superar la defensa zonal adversaria. La circulaci¨®n del bal¨®n era excesivamente lenta y la altura de los pivots germanos dificultaba los pases interiores. Espa?a inicialmente intent¨® lanzamientos muy lejanos, con siete triples en los primeros siete minutos, de los cuales s¨®lo s transformaron tres. Sin embargo, ocurri¨® un par de cosas importantes para que el partido s decidiera casi inmediatamente
La primera fue que el t¨¦cnico Klein decidiera sentar a Jackel, con lo cual terminaba ¨¦l por desembarazarse de su hombre m¨¢s peligroso. Eso alivi¨® el esfuerzo defensivo espa?ol. La segunda causa fue que Epi comenz¨® a romper, con su acierto en el tiro y sus cortes en la zona, la defensa alemana. Seg¨²n se iban sucediendo los ataques, Epi iba adoptando con aparente sencillez las principales decisiones de tiro y, adem¨¢s, las iba ejecutando a la perfecci¨®n. Epi llevaba ya 16 tantos en los 13 primeros minutos (3 1 -20). Pero, como Epi sigui¨® marcando, con la aportaci¨®n a?adida de tres triples, la diferencia fue as¨ª, simplemente, aumentando a un ritmo vertiginoso y, c¨®mo no, individualizado. Epi llevaba 23 puntos en su haber cuando su equipo ten¨ªa 38 en su casillero. La ventaja se iba acercando a los 20 tantos. Y, c¨®mo no, fue Epi el autor de esa ¨²ltima canasta, la que daba paso a la m¨¢xima diferencia justo en el descanso (56-34).
As¨ª, la segunda parte sobr¨®, excepto para que D¨ªaz Miguel probase a sus reservas y tuviese mano dura con Villacampa, que rumiaba cosillas en el banquillo, y manga ancha con Sibilio.
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