El gran Alb¨¦niz de Ricardo Requejo

Al fin de la temporada musical contin¨²a en Madrid la presencia de los pianistas. Emmanuel Ferre¨ª, Tarnas Vassary, Josep Colom y Ricardo Requejo expusieron obras de Ravel, Liszt e Isaac Alb¨¦niz, entre otros. A sabiendas del gran cartel del h¨²ngaro V¨¢s¨¢ry (titubeante desde hace alg¨²n tiempo entre el teclado y la batuta), ten¨ªa m¨¢s excepcional inter¨¦s, por lo escaso de sus visitas, escuchar a Requejo en los Cantos de Espa?a y la Iberia, del gran Alb¨¦niz, dentro del ciclo Piano nacionalista espa?ol iniciado por Eulalia Sol¨¦, con las Goyescas, de Granados, y que cerrar¨¢ Guillermo Gonz¨¢lez, con Falla.Requejo, irun¨¦s, de 1938, es un artista potente y refinado a la vez; su Iberia, grabada en discos Clave, de Suiza, cuenta entre las m¨¢s interesantes que pueden escucharse, y, si cabe, la pol¨¦mica en torno a la interpretaci¨®n es, precisamente, por la imaginaci¨®n y la creatividad del pianista.

Me pregunto muchas veces por qu¨¦ un Ricardo Requejo no cuenta en lo que podr¨ªamos llamar y llamamos pianismo oficial. Requejo, premiado en Par¨ªs, en Ginebra, en Portugal; cultivador excelente de la m¨²sica de c¨¢mara y la pedagog¨ªa y due?o de un talento nada com¨²n que, en su actuaci¨®n de la sala March, brill¨® a mucho m¨¢s alto nivel en los dos primeros cuadernos de Iberia que en las piezas, todav¨ªa oreadas por vientecillos de sal¨®n, reunidas bajo la denominaci¨®n Cantos de Espa?a, de las que sobresalen C¨®rdoba, por su intensidad po¨¦tica, y las geniales seguidillas tituladas Castilla, de un pianismo pre-ib¨¦rico. Ambas p¨¢ginas fueron tambi¨¦n lo mejor tocado por Requejo en la primera parte de su tout Alb¨¦niz, que inici¨® la tarde con Asturias (preludio, leyenda), trozo el menos aconsejable para romper el fuego.