La guerrilla eritrea mira a Occidente
Enfrentado a la URSS y sin apoyo de EE UU, el FPLE no quiere entrar en el juego de los 'grandes'
El Frente Popular de Liberaci¨®n de Eritrea (FPLE) afirma que sus fuerzas han arrebatado a las tropas et¨ªopes la iniciativa militar, y sus dirigentes consideran que, en el campo pol¨ªtico, se ha abierto el camino hacia la unidad de todos los eritreos en la b¨²squeda de la independencia. A nivel internacional, dicho movimiento trata de romper su aislamiento con una apertura hacia Europa occidental, aproxim¨¢ndose a los partidos socialistas del Viejo Continente, al tiempo que tratan de evitar verse envueltos en el juego de las grandes potencias y de sus estrategias globales o regionales.
Carteles de Marx y Lenin presid¨ªan la caba?a del jefe militar del frente de Alghena cuando este enviado realiz¨® su primera visita a Eritrea, en 1980. Los responsables eritreos de entonces consideraban a la UR SS como "la madre del socialismo", a pesar de que los et¨ªopes hab¨ªa conseguido reconquistar las principales ciudades eritreas gracias a las armas y al asesoramiento y direcci¨®n de los militares sovi¨¦ticos. "Esto es s¨®lo un error de su pol¨ªtica exterior que esperamos rectifiquen", dec¨ªan, al tiempo que se negaban a incluir a la URSS en el campo del imperialismo junto a Estados Unidos.Ocho a?os despu¨¦s las cosas han cambiado. Han desaparecido los retratos de los padres del socialismo y la doctrina marxista-leninista ha quedado relegada al ba¨²l de la historia. "Este cambio ha sido fruto de la madurez de nuestro pueblo. Hace 10 a?os quiz¨¢ pecamos de ingenuidad en el campo ideol¨®gico", afirma Andemichael Kasai, representante del FPLE en Par¨ªs y miembro del comit¨¦ central de este movimiento, mientras nos prepara en Chi Eb un caf¨¦ con jengibre.
La URSS es condenada ahora abiertamente y colocada al mismo nivel que Estados Unidos, al tiempo que es criticada la ayuda de Cuba a Etiop¨ªa, en donde tiene, seg¨²n fuentes del FPLE, un contingente de m¨¢s de 10.000 hombres estacionados en el Ogaden desde la guerra et¨ªope-somal¨ª de 1977-1978. "Los cubanos no est¨¢n en Eritrea, es cierto, pero su presencia en Etiop¨ªa ha permitido liberar tropas de este pa¨ªs hacia nuestras tierras", afirman los dirigentes eritreos. Mosc¨² y La Habana apoyaron la independencia eritrea justo hasta que se produjo el cambio de r¨¦gimen en Addis Abeba a partir de 1974.
El II Congreso del FPLE, celebrado el pasado mes de marzo en Orota (en el norte de Eritrea) ha consolidado dicho cambio de orientaci¨®n hacia un modelo socialista, basado en el pluripartidismo y la coexistencia de la propiedad p¨²blica y la privada. "Esto era algo impensable hace algunos a?os", afirma Andemichael.
El secretario general del FPLE, Isa¨ªas Afeuerqui, dice que la nueva orientaci¨®n no responde a un intento de captar simpat¨ªas internacionales, especialmente en Occidente, para romper la muralla de silencio y aislamiento que envuelve a la guerrilla eritrea.
Invitados socialistas
Los eritreos son conscientes de que un movimiento de liberaci¨®n nacional enfrentado a Mosc¨² y La Habana tiene muy dif¨ªcil su lucha y encontrar aliados, especialmente si, en el bando opuesto, Estados Unidos duda demasiado en cortar todos sus puentes con Etiop¨ªa, despu¨¦s de haber apoyado a Addis Abeba en toda su trayectoria anexionista.
Con respecto a la posibilidad de una ayuda de EE UU, como en en caso de los rebeldes afganos y la contra nicaraguense, los responsables eritros consultados dicen que se niegan a dejarse manipular por las grandes potencias y que, en cualquier caso, lo que necesitan de Washington es que apoye pol¨ªticamente su derecho a la autodeterminaci¨®n.
A nivel africano, el conflicto eritreo es como si no existiese. Quienes apoyan al FPLE lo hacen en voz baja, como si tratatasen de evitar que se entere Etiop¨ªa por el peso con que cuenta este pa¨ªs en las instituciones panafricanas. Un ejemplo de esta situaci¨®n es el caso del Frente Polisario. Los eritreos proclarrian su apoyo a la independencia saharaui, aunque comprenden, con resignaci¨®n, la falta de reciprocidad polisaria: "Quiz¨¢ tambien sostienen nuestra lucha, pero no pueden expresarlo porque han recibido y reciben un fuerte apoyo pol¨ªtico de Etiop¨ªa".
En la lista de invitados al congreso del FPLE figuraba el PSOE y el Partido Socialista franc¨¦s. Los dirigentes eritreos se muestran satisfechos por el eco que est¨¢ encontrando su causa entre las formaciones socialistas europeas. "S¨®lo pedimos que reconozcan la justicia de nuestra lucha", dicen. Recientemente, todas las formaciones parlamentarias de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) han aprobado una moci¨®n que condena la pol¨ªtica et¨ªope en Eritrea.
Al mismo tiempo, el FPLE busca captar el apoyo que los pa¨ªses ¨¢rabes, fundamentalmente Arabia Saud¨ª, dan al otro movimiento eritreo, el Frente de Liberaci¨®n Eritreo (FLE, de componente isl¨¢mica), que si bien fue el que inici¨® la guerra de independencia en 1961, ha desaparecido totalmente del interior de Eritrea y s¨®lo cuenta con alguna implantaci¨®n pol¨ªtica entre los eritreos refugiados en Sud¨¢n. Seg¨²n los dirigentes del FPLE la ayuda ¨¢rabe es muy limitada y aunque no especifican de qu¨¦ paises procede, s¨ª reconocen que T¨²nez, Siria y Kuwait conceden asistencia humanitaria a los eritreos y que Sud¨¢n mantiene cierta tolerancia hacia las actividades eritreas en su territorio, como moneda de cambio al respaldo que Etiopia brinda a los rebeldes del sur sudan¨¦s.
En el referido congreso del FPLE ocurri¨® algo tambi¨¦n "impensable hasta hace poco", en expresi¨®n de Andemichael Kasai: estuvieron presentes tres fracciones escindidas del FLE. Y eso sin contar otra, el FLE Comando Central, que qued¨® fundida en el FPLE en tal ocasi¨®n. Para los dirigentes del FPLE, esto traduce su decisi¨®n de aglutinar a todos los eritreos en pos de la independencia.
Tirar las armas
Paralelamete a estos cambios, en el FPLE ha iniciado una fase de reestructuraci¨®n y rejuvenecimiento de sus cuadros. La media de edad de los miembros del comit¨¦ central oscila entre los 26 y los 27 a?os. Fueron creados nuevos departamentos administrativos, como el de Justicia, se pusieron en marcha los tribunales civiles y se nombr¨® un fiscal general.
Entre tanto, en el terreno militar, los eritreos han conseguido empujar el frente unas decenas de kil¨®metros hacia el sur, en direcci¨®n de Keren, en manos et¨ªopes. Afirman que la iniciativa militar est¨¢ en sus manos y que las fuerzas de Addis Abeba est¨¢n desmoralizadas y sin posibilidad de aumentar sus efectivos.
El FPLE est¨¢ convencido de que su victoria es inexorable. Pero confia en que no sea necesaria la victoria militar, sino que se logre una soluci¨®n pol¨ªtica, por la v¨ªa de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Afirman los eritreos que una vez celebrado, e independientemente del resultado, "tirar¨¢n encantados las armas a la basura". Para ellos, en esa consulta pueden plantearse tres opciones: la autonom¨ªa eritrea, ¨²nica f¨®rmula que Addis Abeba est¨¢ dispuesta a admitir por ahora; la independencia, apoyada por el FPLE; y la federaci¨®n, f¨®rmula sancionada por las Naciones Unidas en 1952.
En varias ocasiones, entre 1978 y 1984, eritreos y et¨ªopes han mantenido conversaciones secretas, m¨¢s o menos auspiciadas por la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Addis Abeba siempre ha negado que haya habido tal tipo de contactos. FPLE dice ahora que est¨¢ dispuesto a continuarlos, siempre y cuando sean p¨²blicos.
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