Los desatinos del censo
Muchos ciudadanos no han podido votar, mientras otros 100.000 han tenido la oportunidad de hacerlo dos veces
Muchos ciudadanos no figuraban en las listas electorales del pasado 10 de junio, mientras otros 100.000 tuvieron la oportunidad de votar dos veces, ya que figuraban duplicados en el censo. Otras decenas de miles de personas, incluida la esposa del director general del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), emplearon horas en la b¨²squeda de la mesa en que les correspond¨ªa votar, que no les hab¨ªa sido comunicada previamente. El retraso con que se prepararon las listas y las improvisaciones de ¨²ltima hora provocaron este peque?o caos.Angustiados por el incumplimiento de todos los plazos legales, los responsables del INE confiaron la grabaci¨®n de 13 millones de datos a varias empresas privadas. Algunas de ellas realizaron el trabajo de prisa y corriendo y sin suficientes controles, seg¨²n funcionarios del INE, lo que explicar¨ªa parte de los errores y omisiones.
El director del INE, Javiar Ruiz Castillo, reconoce la existencia del retraso. A 30 de junio de 1986, que era la fecha inicialmente fijada, los ayuntamientos no hab¨ªan remitido "ni un solo dato", seg¨²n el director general del INE, pese a que la recogida de informaci¨®n para el padr¨®n se hab¨ªa realizado en la primavera anterior. Tampoco la direcci¨®n del INE presion¨® a los ayuntamientos para un pronto cumplimiento de estas obligaciones, . porque hay que entender que los municipios se vieron acuciados, en pleno per¨ªodo de empadronamiento, por la organizaci¨®n del refer¨¦ndum de la OTAN en marzo y de las elecciones legislativas de junio".
Junto al retraso de los ayuntamientos en la remisi¨®n de datos, el INE abord¨® la renovaci¨®n del censo en medio de una fuerte crisis interna. A mitad del caminoentre el refer¨¦ndum de la OTAN y las elecciones de 1986, el Gobierno cambi¨® al director del Instituto, Luis Ruiz Maya, por el actual responsable. Sustituir a personas clave en momentos cr¨ªticos parece ser la especialidad del INE: en v¨ªsperas de las elecciones del d¨ªa 10 se produjeron varios ceses, entre ellos el del subdirector general encargado del censo, Vicente Garc¨ªa Sestafe.
Todas estas incidencias se registraron, adem¨¢s, en el per¨ªodo de puesta en pr¨¢ctica de una ley org¨¢nica aprobada por las Cor tes con un amplio consenso a mediados de 1985, que en teor¨ªa iba a permitir la elaboraci¨®n de un censo mucho m¨¢s moderno y perfecto que los precedentes.
El INE, que seg¨²n admite su director ha recibido m¨¢s dinero que nunca de la Administraci¨®n proyect¨® un ambicioso programa de informatizaci¨®n y descentralizaci¨®n del censo. El Instituto adjudic¨® a IBM un contrato de 1.500 millones de pesetas para el suministro de ordenadores- ha gastado otros 200 millones en la mejora de equipos ¨ªnform¨¢ticos en su sede central y cuenta con un presupuesto de 2.000 millones m¨¢s para la compra o alquiler de locales c¨¦ntricos, a fin de renovar sus delegaciones en las 50 provincias, muchas de ellas en estado lamentable. Todas estas inversiones, que han exigido mucho trabajo -"nos pasamos la vida peleando con las dichosas obras", admite Ruiz Castillo-, han servido de poco para la elaboraci¨®n del actual censo.
El d¨ªa de las elecciones estaban terminadas 38 delegaciones provinciales, de las que solo 34 contaban con su ordenador instalado, y s¨®lo una m¨ªnima parte de ellas se encontraba a pleno funcionamiento.Desbordado por un aluvi¨®n de requisitos burocr¨¢ticos, Ruiz Castillo concibi¨® la idea de transformar el INE -que es una direcci¨®n general del Ministerio de Econom¨ªa- en una sociedad p¨²blica acogida a normas de derecho privado. Un amplio colectivo de funcionarios se opuso por escrito a esta transformaci¨®n, que ha quedado aplazada sine die.Votantes frustradosA finales de enero pasado -tres meses despu¨¦s de la fecha prevista- qued¨® terminada la primera versi¨®n del nuevo censo y se realiz¨® su exposici¨®n p¨²blica. Ello origin¨® un primer contingente de reclamaciones -en torno a las 300.000-, que s¨®lo desvelan una parte de los errores del censo.
Uno de los problemas graves ha sido la falta de inscripci¨®n deelectores. Para figurar en el censo no basta con haber formado parte del mismo en a?os anteriores, sino rellenar cada cinco a?os el padr¨®n municipal. En este sentido, la Oficina del Censo no investiga la exactitud de los padrones ni las razones por las que una persona desaparece de ellos.
Muchos ciudadanos, por encontrarse fuera de sus domicilios el d¨ªa que acudieron los agentes censales o porque ¨¦stos no llegaron a acudir, como se ha comprobado en algunos casos, han quedado descolgados de las listas. El padr¨®n y las fichas han sido encomendadas a personal eventual, en su mayor¨ªa estudiantes, contratados a 20 pesetas por padr¨®n cumplimentado y a 10 pesetas por cada vecino ?localizado. En una barriada de g¨ªtanos de Sevilla caracterizada por su alto nivel de delincuencia, los agentes censales se contentaron con cobrar s¨®lo 10 pesetas por familia, y les dieron por ?localizados, admite el propio INE.
No s¨®lo los humildes quedan, fuera del censo: personajes de la pol¨ªtica, corno Antonio Hern¨¢ndez Mancha o Gerardo Iglesias, se caen de las listas electorales por no haberse inscrito en la renovaci¨®n del padr¨®n. El hermano del secretario general del PCE y alguien indeterminado del entomo de Hem¨¢ndez Mancha resultan ser los responsables de que dichas personas no est¨¦n en el censo. La falta de comprobaciones en la Oficina del Censo es totalmente democr¨¢tica: lo mismo desaparecen los l¨ªderes pol¨ªticos que las poblaciones marginales.
En contraste con las personas que no figuran en el censo, al menos 100.000 ciudadanos han tenido la oportunidad de votar dos veces. No es que lo hayan hecho, puesto que la mayor¨ªa ni siquiera sab¨ªa que figuraban duplicados.
Seg¨²n el INE, s¨®lo 16 de las 34 delegaciones provinciales ya informatizadas pudieron aplicar
un programa de detecci¨®n de dobles inscripciones, lo cual permiti¨® eliminar 60.000 duplicados. Pero, al calor de las protestas, el INE hizo un recuento en las provincias no informatizadas: encontraron 40.000 m¨¢s y otros 20.000 en Madrid, que ya no dio tiempo a depurar. En la actualidad se estima que el total de duplicidades incorporadas a las listas no baja de 100.000.
Estos errores se deben esencialmente a los padrones municipales y a fallos en el tratamiento inform¨¢tico.
Los dobles empadronamientos, prohibidos por la ley, son muy, frecuentes. Los cambios de domicilio, la posesi¨®n de una segunda vivienda o el traslado de municipio provocan frecuentes errores administrativos. Tambi¨¦n existe una picaresca por parte de algunos ciudadanos de empadronarse en lugares o poblaciones diferentes de las habituales para lograr beneficios indirectos (derecho a aparcamiento en centro de las ciudades, corno es el caso de Madrid, o participaci¨®n en beneficios comunales -prados o rendimientos forestales- en municipios peque?os).
Los peque?os ayuntamientos pueden tambi¨¦n favorecer el abultamiento de sus padrones, ya que la cifra de habitantes es un baremo para las ayudas procedentes de la Administraci¨®n y para la autorizaci¨®n de farmacias y otros servicios.
Para complicar todav¨ªa m¨¢s las cosas, dos millones y medio de personas han sido cambiadas de secci¨®n electoral y muchas no fueron informadas de ello. Al igual que en el caso de las duplicidades, tambi¨¦n la distribuci¨®n de damnificados ha sido muy democr¨¢tica: han tenido problemas los dominicos de Alcobendas (Madrid), lo mismo que Gonzalo Fern¨¢ndez de la Mora, Miguel Boyer o Jordi Pujol.
La urna perdida
En este censo han sido modificadas 6.000 secciones electorales de las 32.000 en que est¨¢ dividido el territorio espa?ol. Dos millones y medio de personas se vieron afectadas por estas modificaciones, y s¨®lo una parte de ellas fue informada directamente sobre la nueva mesa electoral que les correspond¨ªa.
En el INE se culpa a la desidia de los electores. "Hay mucha gente que no acude a comprobar su inscripci¨®n en el censo durante los per¨ªodos de exposici¨®n p¨²blica de listas y que tampoco se han preocupado de mirar las tarjetas censales que les hemos enviado", afirma Ruiz Castillo. Y a?ade. "Llevamos gastados 370 millones de pesetas en avisos, y resulta que todo el mundo est¨¢ protestando".
Los problemas han sido mayores para los residentes en el extranjero. En 1986 estaban censados 250.000; un a?o despu¨¦s s¨®lo han sido incluidos 100.000. Adem¨¢s, el INE aplaz¨®, hasta despu¨¦s de las elecciones, la consideraci¨®n de unas 8.000 rectificaciones a este censo, que hab¨ªan llegado al Instituto Nacional de Estad¨ªstica antes del per¨ªodo electoral: de hecho, su incorporaci¨®n al censo ha comenzado una semana despu¨¦s de haberse cerrado las urnas.
Cambia el 60% de inscripciones censales
Las listas electorales del a?o pasado apenas provocaron protestas. Con ellas se realizaron el refer¨¦ndum de la OTAN y las elecciones legislativas, sin que se detectaran errores de importancia. Los responsables del censo se han llevado este a?o una sorpresa may¨²scula cuando comprobaron que hab¨ªa que modificar, a toda prisa, el 60% de los datos del electorado, lo cual supon¨ªa cuatro veces m¨¢s trabajo del inicialmente planificado.El gran n¨²mero de variaciones se atribuye a la modificaci¨®n de secciones electorales, as¨ª como al cambio de denomi naci¨®n de v¨ªas p¨²blicas en los ¨²ltimos a?os y la incorporaci¨®n de nuevos datos al fichero nacional de electores: piso, puerta y c¨®digo postal.
Debido a la premura de tiempo, la informatizaci¨®n de estos ¨²ltimos datos ha quedado aplazada para mejor ocasi¨®n. Grandes cajas, que contienen estas y otras informaciones censales, permanecen almacenadas en el aparcamiento y en algunos pasillos de la sede central del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en condiciones muy precarias de conservaci¨®n y seguridad.
La sorpresa del enorme n¨²mero de modificaciones fue la guinda de una serie de contratiempos previos. Por ejemplo, el municipio gallego de Moa?a se neg¨® a remitir al INE los documentos electorales recogidos por sus agentes padronales, debido a disconformidad con los baremos de pago establecidos por el Instituto.
En el Pa¨ªs Vasco, los problemas no fueron de dinero. Los ayuntamientos de San Sebasti¨¢n y Hernani, entre otros, se negaron a distribuir los impresos del INE, por estar redactados exclusivamente en castellano.
Y para colmo, la Renfe extravi¨® los paquetes que conten¨ªan los documentos de 52 municipios de Huesca.
En todos los casos ha habido que improvisar unas listas electorales realizadas mediante el cotejo del censo anterior y los datos del nuevo padr¨®n.
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