Natta propone a Ochetto como su sucesor en el PCI
El Partido Comunista Italiano, zarandeado por su ¨²ltima derrota electoral, ha tomado una decisi¨®n radical e inesperada a trav¨¦s de su secretario genenal, Alessandiro Natta, quien, por sorpresa, ha presentado como su delf¨ªn, proponi¨¦ndolo como vicesecretario ¨²nico -y, por tanto, candidato a su sucesi¨®n- a Achille Oechetto, de 51 a?os, representante del ala berlingueriana del partido.
La iniciativa de Natta ha dividido por vez primera a la misma direcci¨®n del partido. De los 38 miembros presentes, 27 han votado a favor de la candidatura de Occhetto, y 10 en contra, pertenecientes al grupo llamado filosocialista de Giorgio Napolitano, Luciano Lama, Gerardo Chiaromonte y Emanuele Macaluso. Ahora, sobre la candidatura de Occhetto como vicesecretario del partido, tendr¨¢ que decidir el comit¨¦ central con un voto, pero ya se prev¨¦ que puede contar por lo menos con dos tercios de los votos.Quiz¨¢ lo m¨¢s importante de todo es que se ha tratado tambi¨¦n de la primera vez que se han hecho p¨²blicas las disensiones dentro de la direcci¨®n y del comit¨¦ central, reunido ¨¦ste desde, el jueves en, Roma y a cuyo debate, a puerta cerrada, se han apuntado m¨¢s de 100 de sus miembros, lo que denota la vivacidad de la discusi¨®n y la efervescencia con la que el partido comunista m¨¢s grande e importante de Occidente est¨¢ examinando su dif¨ªcil situaci¨®n.
Ahora quedar¨¢ casi oficializado un pluralismo de opiniones en un partido hasta ayer p¨²blicamente monol¨ªtico. Se puede decir que tras esta reuni¨®n del comit¨¦ central aparecer¨¢n en la superficie las tres posturas que conviv¨ªan ya en el interior: la mayoritaria del eje Natta-Occhetto, que supone la continuidad hist¨®rica de Togliatti-Berlinguer, con un ojo puesto en la inclinaci¨®n al di¨¢logo con el progresismo cat¨®lico; la socialdeniocr¨¢tica o filosocialista de Napolitano-Lama, que desear¨ªa incluso cambiar hasta el nombre al partido para injertarlo en la eurosocialdemocracia, abriendo enseguida un di¨¢logo con Craxi; y por ¨²ltimo, los inciertos, que est¨¢n a caballo entre las dos almas fundamentales del partido.
Un berlingueriano
Occhetto hab¨ªa sido el delf¨ªn de Berlinguer durante casi 10 a?os. Es querido por la base obrera y considerado un duro, aunque con el tinte aperturista de la nueva generaci¨®n comunista. Se dice de ¨¦l que es el ¨²ltimo de los viejos comunistas y el primero de los nuevos. Y tiene hoy la bendici¨®n del gran padre sovi¨¦tico Mijail Gorbachov, que lo conoci¨® durante los funerales de Berlinguer y lo ha recibido no hace mucho en el Kremlin, conversando con ¨¦l varias horas a puerta cerrada.Sin embargo, no se trata de una candidatura unitaria. Ayer mismo, durante el debate del comit¨¦ central, Napolitano critic¨® abiertamente la decisi¨®n de Natta de querer zanjar tan pronto la cuesti¨®n de su dif¨ªcil y delicada sucesi¨®n, y calific¨® la candidatura de Occhetto de precipitada y no convincente".
El grupo filosocialista habr¨ªa preferido que la cuesti¨®n del recambio se tratase s¨®lo despu¨¦s de un debate a fondo del comit¨¦ central sobre las causas de las ¨²ltimas derrotas pol¨ªticas del partido. Pero Natta tem¨ªa que as¨ª pudiese abrirse una lucha intestina dif¨ªcil de controlar antes de retirarse a la vida tranquila que siempre hab¨ªa deseado. Como escribi¨® ayer Miriam Mafai, Natta "hab¨ªa sentido el peso de la sucesi¨®n a Berlinguer s¨®lo como un trago amargo impuesto por las cosas". Y ahora ha querido dejar claro que se retira a condici¨®n de que en su puesto quede un verdadero comunista, es decir, un belingueriano, alguien que sienta a¨²n hist¨®ricamente sobre su piel el problema indescifrable y delicado de la llamada identidad comunista italiana.
Natta estaba preocupado sobre todo por la ola de malhumor que sub¨ªa desde la base del partido hasta Roma. Hab¨ªa dicho abiertamente que el partido ,ha perdido peso precisamente en el electorado que siempre le hab¨ªa sido m¨¢s fiel, el de las f¨¢bricas, y que hab¨ªan dejado de darles su voto incluso quienes tampoco estaban de acuerdo con la gesti¨®n conservadora del pentapartido.
Como respuesta a dicha base y a dichas cr¨ªticas, Natta ha preferido entregar el partido a alguien que asegure la defensa de la continuidad hist¨®rica.
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