Sandra Feij¨®

"?ste es un lugar sagrado y aqu¨ª no se puede dar saltos", le dec¨ªa un polic¨ªa de la plaza Roja, de Mosc¨², a Sandra Feij¨® Carretero, de 14 a?os, la primera espa?ola que acaba de ser admitida en la escuela de ballet del teatro Bolshoii. Y en vano intentaba explicarle Sandra al polic¨ªa de walkietalkie que "un arabesco no es un salto", mientras posaba con la iglesia de San Basilio al fondo, la misma iglesia, curiosamente, junto a la cual hab¨ªa aterrizado la pol¨¦mica avioneta pilotada por Mathias Rust.

Sandra, que comenz¨® a bailar a los ocho a?os en Madrid, ha conseguido pasar las pruebas de ingreso de la escuela del Bolshoi tras una dura lucha de varios preciosos a?os contra la burocracia sovi¨¦tica y la desidia espa?ola. S¨®lo el apoyo infatigable de su madre y de Estrella, una tozuda amiga becada en la URS S que ha removido cielo y tierra por ella, ha hecho posible que llegara a examinarse en un centro donde ingresan cada a?o 90 ni?os sovi¨¦ticos (la futura flor y nata de la danza cl¨¢sica de la URSS) y un cupo muy restringido de extranjeros.A los nueve a?os, Sandra ingres¨® en la escuela del Ballet Nacional Espa?ol. Pas¨® despu¨¦s por la academia de V¨ªctor Ullate y posteriormente por la Escuela Internacional de Danza de Carmen Roche. La pedagoga sovi¨¦tica que la ha examinado y le ha hecho las pruebas de flexibilidad ha dicho que su capacidad es "excelente", pero su escuela "es heter¨®clita y no cl¨¢sica pura".

Salto acad¨¦mico

Sof¨ªa Nikolaievna Calovkina, la directora de la escuela del Bolshoi, ha decidido que Sandra est¨¢ madura para saltarse cinco cursos y entrar directamente en el primer nivel del ciclo superior de la escuela. Calovkina ha firmado una carta dando luz verde a la ni?a, quien, tendr¨¢ que enfrentarse a¨²n a la burocracia del Ministerio de Cultura de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, del que depende su alojamiento y estancia. Sandra no sabe a¨²n hasta qu¨¦ punto podr¨¢ contar en este empe?o con el apoyo de las instituciones espa?olas.Muy poco respaldo ha recibido Sandra hasta el momento en el marco de las relaciones hispano-sovi¨¦ticas. En el curso 19851986, nos dice su madre, el Ministerio de Cultura espa?ol le deneg¨® una beca para la escuela del Bolshoi o para la escuela del Ballet de la Opera de Par¨ªs. El Ministerio de Cultura sovi¨¦tico, por su parte, le dio el portazo y bloque¨® incluso una beca de la Casa de la Amistad Hispanosovi¨¦tica afirmando que de Espa?a s¨®lo reciben grupos organizados de varios individuos, pero no estudiantes en solitario en el campo de la danza.

La escuela del Bolshoi, que fue visitada por la reina do?a Sofia durante su estancia en la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1984, no tiene poder para garantizar la estancia de Sandra Feij¨® Carretero en la URSS.

Incluso la autorizaci¨®n para examinarse tuvo que ser arrancada por su testaruda amiga Estrella a funcionarios reticentes a salirse de los caminos m¨¢s habituales y sabidos. El sue?o de esta jovencita de 14 a?os, que se ha pasado una semana admirando ballets en la capital sovi¨¦tica, est¨¢ en el aire, pero con muy buenas perspectivas. Al igual que su arabesco.