Ni?os G
El recital madrile?o de Hombres G, celebrado en un momento de ¨¦xito sonado gracias al estreno reciente de su primera pel¨ªcula, Sufre, mam¨®n, convoc¨® a menos de la mitad del aforo de la plaza, entre gradas y arena. La aceptaci¨®n popular de este cuarteto es un fen¨®meno extraordinario dentro del panorama pop-rock, y se califica de inesperado por los propios responsables discogr¨¢ficos. De repente, un p¨²blico especial, amplio, comprendido entre ni?os de dos a?os a j¨®venes de 20, se entusiasm¨® con las letras de esp¨ªritu colegial, y travieso: las notas simples y espont¨¢neas de unos chicos que apenas sab¨ªan lo que tocaban.Hombres G han rodado durante meses por las ciudades espa?olas hasta lograr un sonido aceptable en su instrumentaci¨®n, en la medida de lo que su talento musical limitado les permite. ?Por qu¨¦ esas gentes seguidoras y consumidoras de sus discos no acudieron a la cita de Las Ventas? Algunos jovencitos y jovencitas habr¨¢n preferido pasar la primera noche vacacional en el chal¨¦ de la sierra, y muy pocos habr¨¢n vacilado por la amenaza de tormenta. M¨¢s bien cabe imaginar que la hora era equivocada, que, como en el circo o en las sesiones de cine infantiles, los padres no permiten a sus hijos regresar a casa a la una de la madrugada o no se animan a llevar a los m¨¢s peque?ines.
Hombres G y La Honorable Sociedad
Concierto de Hombres G (92 minutos): David Summers, bajo y voz; Danny Hardy, guitarra y coros; Rafael Guti¨¦rrez, guitarra, y Javier Molina, bater¨ªa y coros. Con la colaboraci¨®n de Jos¨¦ Carlos Parada, teclados, y Juan Muro, saxo.Actuaci¨®n previa de La Honorable Sociedad (42 minutos). Plaza de Toros de Las Ventas. Madrid, 30 de junio
El aprendizaje y evoluci¨®n de Hombres G es notable, aunque sus voces no parece que vayan a mejorar nunca. Summers, David, centro de admiraci¨®n de las ni?as, tiene voz peculiar, de ni?o inocente, soso y algo llor¨®n, que muy posiblemente ser¨¢n sus virtudes principales de capacidad comunicativa, cautivadora. Divagan tenuemente hacia sonidos rockeros en un intento err¨®neo de aproximaci¨®n a una audiencia m¨¢s adulta. Sus temas, desde Venecia a Una mujer de bandera, son para quienes son, para ni?os y simpatizantes anexos.
La Honorable Sociedad, quinteto ingenuo y desenfadado que prepar¨® la velada, ha surgido de la influencia de aquellas canciones desafinadas y atrevidas que predominaban en ondas y guateques en los primeros d¨ªas de la movida, como Otra dimensi¨®n de los Pegamoides o Groenlandia, de Zombies.
Lo absurdo de tales sonidos intrascendentes es precisamente que hayan trascendido en chicos como ¨¦stos, gritones y desorientados.
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