Argentina a trav¨¦s del espejo

Hace un par de semanas, Alfons¨ªn se reuni¨® con el presidente de M¨¦xico, Miguel de la Madrid, en una ronda previa de consultas antes de convocar a la cumbre de jefes de Estado latinoamericanos con los que prepara un llamamiento conjunto ante los pa¨ªses acreedores. La estrategia econ¨®mica del Gobierno argentino apunta a la "soluci¨®n pol¨ªtica" de la deuda. Los funcionarios admiten que es impagable y se limitan a renegociarla en t¨¦rminos que no ahoguen definitivamente al pa¨ªs, mientras reconocen, al mismo tiempo, que no se puede aguantar mucho m¨¢s en estas condiciones.Tras dos a?os de aplicaci¨®n del riguroso plan de ajuste llamado austral, el equipo econ¨®mico considera satisfactorio" el resultado obtenido hasta albora. El descenso del ¨ªndice de inflaci¨®n y el aumento de la producci¨®n industrial son los datos que se ofrecen como pruebas. La oposici¨®n pol¨ªtica, a la que se suman empresarios, sindicalistas y expertos, opina, en cambio, que el plan ha fracasado y advierten que las consecuencias quedar¨¢n a cargo de los Gobiernos que sucedan al actual.

Las cr¨ªticas coinciden en denunciar que el compromiso de "no emitir" moneda a partir de la puesta en marcha del plan fue disimulado con fondos externos que aumentaron la ya abultada deuda argentina, y con deuda p¨²blica colocada masivamente en el mercado interno. Los intereses y el capital de esa deuda, en forma de bonos, a cargo del Estado, deber¨¢n ser pagados en el futuro por este Gobierno y los siguientes. El m¨¦todo posterga la inflaci¨®n, pero no la resuelve.

?ste es, a fin de cuentas, el doble mensaje constante que recibe la sociedad argentina. El Gobierno insiste: cuando se anunci¨® el plan Austral, que "congel¨®" inmediatamente los precios y los salarios, el pa¨ªs te n¨ªa entonces un promedio del 30% mensual de inflaci¨®n. Desde entonces, el ¨ªndice de la inflaci¨®n se ha reducido a menos del 8% mensual. En ese per¨ªodo, Argentina ha crecido -seg¨²n afirma el ministro de Econom¨ªa, Juan Sourrouille- "un 5%".

Dos discursos

En cambio, a izquierda y derecha del Gobierno, se anticipa que la guerra comercial entre la Comunidad Europea y Estados Unidos, la crisis que afecta tambi¨¦n a los tradicionales compradores de Argentina y la ca¨ªda de los precios de las materias primas reducir¨¢n este a?o el saldo favorable de la balanza comercial a la mitad. Es decir, que los ingresos se reducir¨¢n un 50% en relaci¨®n a los de 1986, que ya fueron a su vez el 50% que los de 1985. Con ese dinero, destinado s¨®lo a la deu daexterna, Argentina no podr¨¢ pagar ni siquiera la cuarta parte de los intereses. Debe liquidar este a?o 4.500 millones de d¨®lares, y s¨®lo cuenta con 1.200 a¨²n no asegurados.

Son dos discursos que golpean de forma permanente en la cabeza de los ciudadanos hasta rozar la esquizofrenia. Con el agravante de que aqu¨ª todo parece ser absolutamente cierto. Est¨¢ claro que baj¨® la inflaci¨®n, clar¨ªsimo. Pero tampoco hay dudas de que el adelgazamiento de los ¨ªndices es controlado bajo presi¨®n, y la situaci¨®n parece siempre a punto de estallar.

Alrededor de esa deuda se percibe tambi¨¦n el doble punto de vista del Gobierno y la oposici¨®n. El equipo econ¨®mico present¨® como un "¨¦xito" la renegociaci¨®n con la banca acreedora y el Club de Par¨ªs.

No a la versi¨®n oficial

Fuera del bunker, los que no cesan de gritar y golpear las puertas del Ministerio de Econom¨ªa denuncian por un lado que al refinanciar la deuda se legitim¨® la pol¨ªtica econ¨®mica conducida en la dictadura por el superministro Jos¨¦ Alfredo Mart¨ªnez de Hoz; por otro, se?alan que el "¨¦xito" se reduce a una rebaja en la sobretasa de inter¨¦s que ya fue cubierta por las comisiones. La tasa de inter¨¦s b¨¢sica podr¨ªa seguir aumentando si contin¨²a la ca¨ªda del d¨®lar y se agudiza la recesi¨®n mundial; finalmente, mantienen que la deuda se dej¨® para m¨¢s adelante, pero ?a qu¨¦ coste y con qu¨¦ deber¨¢ pagarse el capital y los intereses que crecen cada d¨ªa?

El Gobierno no precisa a cu¨¢nto asciende actualmente la deuda externa argentina. Los analistas privados calculan que a fin de 1987 podr¨ªa rondar ya los 55.000 millones de d¨®lares, unos 5.000 millones m¨¢s desde que asumi¨® el Gobierno democr¨¢tico, en diciembre de 1983. Una cantidad que, aun con oscilaciones importantes, refleja la perversidad de una cuenta siempre pendiente y cada vez mayor. A este ritmo, el pa¨ªs no se librar¨¢ de ella en 50 a?os.

La apuesta del Gobierno a los capitales extranjeros que iban a confiar en la restaurada democracia argentina no ha dado resultado hasta el momento. Franz Bucher, uno de los directores de la Uni¨®n de Bancos Suizos, fue muy claro cuando advirti¨® a los funcionarios del equipo econ¨®mico: "C¨®mo van a invertir los extranjeros si los empresarios argentinos no conf¨ªan en su propio pa¨ªs". Argentina debe a los bancos suizos 1.855 millones de d¨®lares, y los dep¨®sitos argentinos en cuantas bancarias en Suiza suman 1.865 millones de d¨®lares.