El toreo se acelera
Al pegapasismo en el toreo le sigue la aceleraci¨®n. Menudas prisas tienen ciertos toreros para torear; por lo menos, en el remate de los pases. Ayer hab¨ªa, de estos, dos. Morenito de Maracay, al quinto toro, que era noble, le aguantaba relajado la embestida, lo met¨ªa bien en el enga?o, embarcaba con gusto, y al remate de la suerte ya estaba corriendo, para buscar un nuevo terreno donde iniciar el siguiente muletazo.El tercero fue otro Guardiola nobil¨ªsimo que tambi¨¦n cay¨® en las manos matarifes sin torear como se debe. Le correspondi¨® a Emilio Oliva y sus aceleraciones aun alcanzaron valores mayores que las de Morenito, porque las efectuaba no ya en el remate sino en el pase mismo, todo entero, de principio a fin. Citaba fuera de cacho, medio tumbado, estiraba el brazo cuanto le daba de s¨ª para que la embestida quedara lejana, y lo mov¨ªa muy de prisa, muy atropellado. Al sexto, tambi¨¦n boyante, ser¨ªa porque la corrida duraba demasiado y la noche se echaba encima, pues aqu¨ª lo aceler¨® todo, los pases fundamentales, los cambios de mano, su propio ir y venir.
Guardiola / J
A. Campuzano, M. Maracay, OlivaToros de Salvador Guardiola, de gran trap¨ªo y juego desigual. Jos¨¦ Antonio Campuzano: melisaca en un costillar y estocada trasera baj¨ªsima (silencio); estocada corta baja, rueda de peones y descabello (bronca). Morenito de Maracay: dos pinchazos y estocada corta baja (silencio); estocada perdiendo la muleta y dos descabellos (ovaci¨®n y saludos). Emilio Oliva: estocada trasera atravesada y tres descabellos barrenando (petici¨®n y vuelta); dos pinchazos bajos a toro arrancado y bajonazo descarado (aplausos). Plaza de Pamplona, 8 de julio. Tercera corrida de feria.
El toreo se acelera y no hay quien lo pare. Vienen vientos huracanados para el toreo y no ya porque haya diestros apresurados sino porque el p¨²blico lo va tolerando, cada vez m¨¢s, y hasta es capaz de pedir la oreja por estos ajetreos de faenas veloces y sincopadas. Ocurre como con la suerte de varas, que de tanto ver puyazos traseros, cuando un picador se equivoca y lo pega delantero -en su sitio- la gente lo protesta. Se trata de una degeneraci¨®n de la lidia, estas cosas habr¨¢ que decirlas, y no se advierte cuales podr¨ªan ser las medidas correctoras. En realidad hay una, infalible: que las figuras toreen bien y de verdad.
Jos¨¦ Antonio Campuzano, hizo un toreo m¨¢s reposadito y, por tanto, mas cercano al bueno. Ocurri¨® en el primero de la tarde y tuvo m¨¦rito pues ese toro no se entreg¨® nunca, acomet¨ªa con la cara a media altura. Campuzano lo tore¨® por derechazos y naturales, sin exquisiteces m¨¢s con buen oficio y profesionalidad. El cuarto, de 600 kilos, largo, nada gordo, absolutamente musculoso y con le?a manso y reserv¨®n por m¨¢s se?as, a ese ni derechazos ni naturales le di¨® sino que lo machete¨® de pit¨®n a pit¨®n, sin pas¨¢rselo por la faja ni una vez. Disgust¨® al respetable Campuzano y cuando en el siguiente toro instrumentaba un quite por gaoneras, el p¨²blico se lo rechazo con airadas protestas.
Prefiere el p¨²blico que los toreros le den un poco de coba. Por ejemplo, la de Morenito de Maracay en el segundo, que era otro pajarraco violento, al que intent¨® derechazos y la embestida se produc¨ªa con tanta bronquedad que acab¨® descompuesto. Descompuesto el toro, descompuesto el torero, aquello acab¨® siendo la faena de la descomposici¨®n.
Banderille¨® Morenito con habilidad a ese toro reserv¨®n, que le esperaba en la suerte y echaba la cara arriba cuando met¨ªa los brazos. Al quinto lo quebr¨® dos emocionantes pares en tablas, cit¨® tambi¨¦n al quiebro en el centro del redondel y cuando llegaba el toro, fuerte, veloz y crecido, se lo pens¨® mejor y ech¨® a correr. Durante el vibrante perneo en el camino de la hu¨ªda ide¨® una de disimulo y, curvando la escapada con par de mohines jacarandosos, enderez¨® el desaire cuarteando un par. Bueno, pues en la aceleraci¨®n del toreo, Morenito tambi¨¦n tiene ideas y esta es virtud que se le anota. An¨®tese: entre los r¨¢pidos del escalaf¨®n, los hay con facultad de pensar y resolver sobre la marcha una desairada situaci¨®n. Morenito, sin ir m¨¢s lejos.
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