Ra¨ªces ancestrales

Don Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, presidente de la Junta de Extremadura. y socialista, como el que esto escribe, pero de otra manera, teme que mister Andrew Pearce, "s¨®lo un diputado m¨¢s de una C¨¢mara", viniera predispuesto a Coria y que habr¨ªa dicho que lo que all¨ª se hace con los toros es algo cruel y sanguinario, aunque a los corn¨²petas se les hubiese rociado con agua bendita. El se?or presidente de la Junta de Extremadura rompe una lanza por "las tradiciones de un determinado pa¨ªs", el suyo, el que, por la gracia de Dios, ¨¦l rige ahora.Hasta hace relativamente poco yo no supe que tantos de mis correligionarios estuvieran de tal manera por la defensa de las viejas tradiciones. Ahora son multitud los socialistas que, buscando las ra¨ªces ancestrales, se sumen con deleite en los hondos abismos del pasado. Es frecuente que se queden en el Medievo, pero no digo que algunos no vayan a terminar sumergi¨¦ndose en la edad del hierro, y m¨¢s abajo a la b¨²squeda de modelos de comportamiento.

Equivocado, cre¨ªa yo que los cavern¨ªcolas eran gentes con militancia en otros partidos que el que yo hab¨ªa escogido para militar y que en el m¨ªo se estaba para luchar por un futuro limpio de las a menudo barbaridades y formas de explotaci¨®n de los ancestros. Confieso mi error y para ponerme al paso de tantos de los m¨ªos voy a empezar por sacar un abono a Las Ventas y, durante el verano, voy a hacer un periplo por todas las villas y ciudades de que Eugenio Noel hablaba en Las capeas. Libro que voy a quemar en aras del curioso socialismo en boga hoga?o.