Los padres de la v¨ªctima piden 30 a?os de c¨¢rcel para el cabo de EE UU acusado de apu?alar a un joven

La Secci¨®n S¨¦ptima de la Audiencia Provincial de Madrid juzg¨® ayer a Michael Wagner, cabo del Ej¨¦rcito de Estados Unidos con destino en la base de Torrej¨®n de Ardoz, de 21 a?os, acusado, de matar a pu?aladas al joven Miguel Angel Rojas del Castillo el pasado 5 de septiembre durante un concierto de rock en el estadio del Rayo Vallecano. El fiscal calific¨® los hechos de homicidio y solicit¨® para Wagner 15 a?os de prisi¨®n, mientras que la acusaci¨®n particular, en nombre de los padres de la v¨ªctima, los calific¨® de asesinato y pidi¨® 30 a?os de c¨¢rcel. El defensor pidi¨® la absoluci¨®n de Wagner.

La fiscal que represent¨® al ministerio p¨²blico consider¨® que tras la vista celebrada ayer pod¨ªa considerarse probado que Michael Wagner acudi¨® al estadio del Rayo Vallecano, en donde se celebr¨® un concierto del grupo Scorpions, y que durante la pelea que protagoniz¨® con Miguel ?ngel Rojas dio varias pu?aladas a ¨¦ste, que falleci¨® poco despu¨¦s como consecuencia de las mismas. Manifest¨® que aunque el arma no fue hallada en el momento de producirse el homicidio, hab¨ªa quedado demostrada su existencia y que la llevaba habitualmente con ¨¦l.La acusaci¨®n particular, partiendo en lo esencial del relato de hechos realizado por el fiscal, resalt¨® las contradicciones en que incurri¨® el procesado entre sus declaraciones iniciales y posteriores. El letrado de la acusaci¨®n particular, Jos¨¦ Luis Hidalgo, se?al¨® que tras unos empujones incidentales que molestaron al procesado, ¨¦ste se volvi¨®, cogi¨® a la v¨ªctima por el cuello y cay¨® con ella rodando al suelo. Cuando ambos se levantaron, Wagner se fue y Rojas cay¨® desplomado al suelo.

Para la acusaci¨®n particular, los hechos merecen la calificaci¨®n de asesinato, por entender que el homicidio se produjo con alevos¨ªa s¨²bita y moment¨¢nea, por la actitud "traicionera y cobarde", dijo, del procesado, as¨ª como con ensa?amiento, al apu?alar a la v¨ªctima repetidamente para que sufriese. Fundament¨® parte de su alegato en el testimonio de dos de los acompa?antes de Miguel ?ngel Rojas, y tambi¨¦n en las declaraciones de los compatriotas del procesado, a pesar de lo variable de su contenido.

El defensor acusa

El abogado defensor, Jes¨²s Mirapeix Sobr¨®n, fundament¨® su petici¨®n de absoluci¨®n en que no se hab¨ªa probado la participaci¨®n de su patrocinado en los hechos, sino que, "por el contrario", dijo, "se ha probado su no participaci¨®n". Reconoci¨® que el testimonio de los norteamericanos compa?eros del procesado no favorec¨ªan a ¨¦ste y asegur¨® que los dos amigos de la v¨ªctima "faltaron a la verdad porque afirmaron que aquella tarde Miguel Rojas s¨®lo hab¨ªa tomado una lata de cerveza y se demostr¨® que el fallecido llevaba 1,125 de alcohol en la sangre".El letrado estim¨® que, en cualquier caso, no pod¨ªa aceptarse la tesis del acusador particular, ya que los hechos merecen la calificaci¨®n de homicidio, si bien, en caso de que el tribunal considere que Wagner particip¨® en ellos, deber¨ªa aplicarse la eximente de leg¨ªtima defensa, as¨ª como el arrebato u obcecaci¨®n sufrido por el procesado en un ambiente de pelea como el que exist¨ªa en el estadio y ante un karateka como la v¨ªctima.

Cinco testigos no vieron nada

La mayor parte de las casi, cuatro horas que dur¨® la vista se dedic¨® a la declaraci¨®n en ingl¨¦s del procesado y de cinco compa?eros suyos de la base de Torrej¨®n, asistidos por una int¨¦rprete, al testimonio de los dos acompa?antes de la v¨ªctima y al informe pericial del forense. Este ¨²ltimo confirm¨® que en el cad¨¢ver se encontraron ara?azos y tres heridas de arma blanca producidas de delante atr¨¢s y ligeramente de arriba abajo.Los norteamericanos afirmaron no haber visto directamente la pelea y atribuyeron sus declaraciones iniciales a versiones de terceros. En cambio, Susana G¨®mez Torrijos y Fernando Luis Garc¨ªa avalaron la tesis de la acusaci¨®n, reconocieron a Michael Wagner como el autor de la muerte de su amigo y aseguraron que ¨¦ste no le provoc¨®.