Apoyo a la reforma

A pesar de la repugnancia que nos ha inspirado la introducci¨®n del art¨ªculo de don Carlos Feneyra Mu?oz (publicado en EL PA?S de 13 de junio pasado), hemos logrado continuar con la lectura atenta del mismo. La sinraz¨®n y ceguera de la actual Administraci¨®n ha facilitado que en los hospitales, por primera vez en su corta historia, la mayor¨ªa de los m¨¦dicos se haya unido para defender unas aspiraciones profesionales, un salario acorde con la especializaci¨®n de nuestro trabajo y la participaci¨®n que le corresponde en la deseada reforma sanitaria. En la huelga actual no solamente est¨¢n representados los m¨¦dicos que en su leg¨ªtimo derecho defienden el sistema privado de atenci¨®n m¨¦dica (estamos en un pa¨ªs de libre mercado), sino tambi¨¦n una amplia mayor¨ªa de m¨¦dicos que generacionalmente escogi¨® la medicina hospitalaria en la d¨¦cada de los sesenta -¨²nica v¨ªa que nos permit¨ªa una formaci¨®n y desarrollo profesional que m¨¢s se aproximaba a los pa¨ªses desarrollados, dentro de unas condiciones ¨¦ticas adecuadas-, rechazando numerosos privilegios facilitados por otros tipos de medicina existentes, que persisten en la actualidad para bochorno de la Administraci¨®n. Formamos parte de una generaci¨®n necesariamente politizada, en sentido contrario al que deja entrever el articulista. La trayectoria de la mayor¨ªa. de nosotros ha sido la opuesta de la que describe como generalizada del colectivo m¨¦dico. Muchos nos honramos de haber posibilitado las I Jornadas Sanitarias de Sevilla en 1975, embri¨®n de la reforma sanitaria de la comunidad andaluza (m¨¢s de una decena de los ponentes de entonces han trabajado o trabajan en la Consejer¨ªa de Sanidad, incluido su anterior consejero), hemos pertenecido a la dudosa Asociaci¨®n Pro Defensa de la Salud P¨²blica cuando a¨²n nos cre¨ªamos eso del cambio y apoy¨¢bamos p¨²blicamente (elecciones de 1982) la reforma sanitaria propuesta por el PSOE (en esto, los socialistas son conscientes de su fracaso: en posteriores elecciones no han pedido ning¨²n apoyo). Los m¨¦dicos de hospitales no nos oponernos a la reforma sanitaria, no es nuestra misi¨®n ni responsabilidad, pero difilcilmente podemos participar si a la vez que nos merman nuestras condiciones de trabajo y poder adquisitivo no se facilitan v¨ªas reales de colaborar en ella.Finalmente, quisi¨¦ramos recordar que no todo el que disiente es un reaccionario o un tonto o un sinverg¨¹enza (Cebri¨¢n, EL PAIS, 14 de junio de 1987). Y que si este pa¨ªs se permiti¨® gracias a una guerra in¨²til desperdiciar la generaci¨®n de nuestros padres, ir¨ªa a¨²n m¨¢s en contra de

la historia que en socialismo y en democracia se desaproveche otra. generaci¨®n m¨¢s-