Empresarias ursulinas
En Palomeras Bajas vive un grupo de monjas ursulinas. Como algunas de ellas han participado activamente en los problemas del barrio, se las podr¨ªa tener, a simple vista, por unas vecinas m¨¢s. La realidad es muy distinta, porque estas monjas han venido a un barrio obrero para ser empresarias: empresarias de un colegio de EGB y de la guarder¨ªa Nuestra Se?ora de los Desamparados, de la cual trata mi carta.La gesti¨®n de las empresarias, ursulinas en la guarder¨ªa ha sido un fracaso. Desde hace 10 a?os, han demostrado una ineptitud, una tozudez y una pasividad dignas de mejor causa. En el presente curso -con m¨¢s problemas de los habituales, por el descenso de la matr¨ªcula que ha producido la remodelaci¨®n del barrio- la situaci¨®n se hizo insostenible y las trabajadoras seglares y los padres denunciaron la inadecuada alimentaci¨®n que recib¨ªan los ni?os y la dejadez de la empresa en la reparaci¨®n del edificio y del mobiliario. Como la autoridad competente dio la raz¨®n a los denunciantes, a¨²n se deterior¨® m¨¢s la convivencia entre las empresarias, por un lado, y las trabajadoras y los padres, por otro.
Pero los acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas indican que las ursulinas conocen bien el procedimiento de solucionar los conflictos en una empresa. De momento, van a despedir a todas las trabajadoras seglares y a quedarse ellas solitas en la guarder¨ªa. Bueno, me expreso mal. Las monjas no van a despedir a nadie; se han limitado a dar instrucciones a su abogado: hay que llegar a un acuerdo con las implicadas para enviarlas al paro, a cambio de la menor indemnizaci¨®n posible, siempre por debajo de lo que les corresponder¨ªa a estas trabajadoras (que s¨®lo han percibido el salario m¨ªnimo interprofesional durante los 12 o 14 a?os de antig¨¹edad que tienen en la empresa) en el supuesto de un despido improcedente, que habr¨¢ de evitarse como sea para no escandalizar al vecindario.
Quiz¨¢ el siguiente paso sea el cierre de la guarder¨ªa. ?Volver¨¢ a abrirse despu¨¦s del verano? ?Funcionar¨¢ en el curso 19881989? Las ursulinas son las ¨²nicas que pueden despejar estas dudas. Y a ellas les pregunto tambi¨¦n: ?puede darse testimonio de Jes¨²s de Nazaret haci¨¦ndose empresarias en un barrio obrero? ?Puede ocultarse esta contradicci¨®n sin pecar de hipocres¨ªa? ?A qui¨¦n pretend¨¦is enga?ar con vuestra doble vida?.-Santiago Zapata.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.