Shultz:"Se me revolvi¨® el est¨®mago cuando me enter¨¦ de algunos detalles"
FRANCISCO G. BASTERRA,El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, inici¨® ayer la fase final de la investigaci¨®n del Irangate declarando ante el Congreso que se enter¨® por los peri¨®dicos de que EE UU hab¨ªa vendido armas directamente a Ir¨¢n y que altos cargos del Gobierno le ocultaron elementos claves de la operaci¨®n iran¨ª. "A¨²n estoy sorprendido y me estoy enterando" de las cosas que se hicieron", dijo. Shultz, primer miembro de la Administraci¨®n que declara ante los comit¨¦s investigadores, dijo sobre la propuesta -discutida con los iran¨ªes- de liberar a terroristas isl¨¢micos detenidos en Kuwait: "Se me revolvi¨® el est¨®mago cuando me enter¨¦ de algunos detalles".
"Con esa informaci¨®n", declar¨® Shultz, "fui a ver a Reagan el pasado diciembre, y entonces finalmente me di cuenta de que el presidente comprend¨ªa que hab¨ªa algo radicalmente err¨®neo". "Estaba furioso", a?adi¨®. Pero ya era tarde. El esc¨¢ndalo hab¨ªa estallado unas semanas antes.Superadas las declaraciones de Oliver North y John Poindexter, con la certidumbre de que no aparecer¨¢ ya una pistola humeante que implique directamente al presidente, el drama del Irangate ya se ha pinchado.
Un sondeo publicado ayer revela que la mayor¨ªa de los norteamericanos. cree que el asunto tiene una importancia menor y que Reagan, de quien siguen pensando que miente, s¨®lo cometi¨® "errores peque?os". Los ciudadanos est¨¢n en contra de que sean procesados los principales protagonistas, y apoyar¨ªan un perd¨®n presidencial.
El secretario de Estado, que se opuso al intercambio de armas por rehenes, que violaba un principio crucial de la pol¨ªtica norteamericana, admiti¨® ante las c¨¢maras de televisi¨®n que la pol¨ªtica exterior en dos asuntos importantes como Ir¨¢n y Nicaragua se llev¨® a cabo, durante muchos meses, al margen del ministro de Asuntos Exteriores. Shultz revel¨® que incluso ten¨ªa problemas para hablar a solas con el presidente. Algunos congresistas calificaron la declaraci¨®n del secretario de Estado de "profundamente preocupante".
Para Shultz, un pol¨ªtico orgulloso, el testimonio ante el Congreso, bajo juramento, de su incapacidad para detener una operaci¨®n que consideraba catastr¨®fica, tuvo que resultar una humillaci¨®n. El secretario de Estado cont¨® c¨®mo su, ignorancia de lo que estaba ocurriendo le llev¨®, en un d¨ªa "triste", a mentir sin saberlo a la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, a la que dijo que EE UU no estaba vendiendo armas a Jomeini. Explic¨® c¨®mo la CIA y el Consejo de Seguridad Nacional no se fiaban de ¨¦l, y llegaron a ocultarle mensajes importantes.
"Confundido y asombrado"
"Estoy confundido, disgustado .y asombrado", dijo Shultz, que, sin embargo, en ning¨²n momento pens¨® en dimitir cuando vio que, a pesar de sus recomendaciones, el presidente segu¨ªa adelante con una pol¨ªtica que ¨¦l cre¨ªa muy perjudicial para los intereses norteamericanos.
A pesar de su testimonio de ignorancia de los detalles de la venta de armas a Jomeini y de la operaci¨®n de suministro de armas a la contra, cuando el Congreso lo hab¨ªa prohibido, Shultz no despej¨® por completo las dudas suscitadas por las declaraciones anteriores de North y Poindexter, que dijeron que Shultz no quiso saber y opt¨® por una actitud pasiva. En la jerga de los conspiradores, el Departamento de Estado era conocido como "el cobarde".
Un documento conocido ayer establece que uno de sus asesores advirti¨® a Shultz, en junio de 1986, que continuaba la venta de armas a Ir¨¢n y que podr¨ªa tener "consecuencias catastr¨®ficas para la pol¨ªtica exterior". En aquel momento Shultz cre¨ªa que la operaci¨®n hab¨ªa concluido. Pero, al parecer, no hizo nada en respuesta a esta advertencia, y dijo a sus colaboradores que no pod¨ªa detenerla porque el presidente quer¨ªa seguir adelante.
George Shultz defendi¨® su lealtad a Ronald Reagan. Los conservadores le acusaron de traici¨®n hace meses cuando afirm¨® su oposici¨®n al intercambio de armas por rehenes. "Yo era el leal porque fui quien hizo que se investigara la verdad de lo ocurrido", dijo. El secretario de Estado denunci¨® que William Casey, ex director fallecido de la CIA, y John Poindexter utilizaron a Reagan para encubrir su participaci¨®n en el Irangate.
Despu¨¦s de Shultz, que continuar¨¢ hoy su testimonio, declarar¨¢n ante el Congreso el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, el ministro de Justicia, Edwin Meese, y el ex jefe del gabinete presidencial, Donald Regan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.