EE UU se esfuerza por acabar con el uso de anaborizantes
Las autoridades estadounidenses han redoblado sus esfuerzos para combatir el mercado negro de anabolizantes, la droga de moda en el pa¨ªs. Una reciente redada acab¨® con la denuncia de 34 hombres por fabricaci¨®n, contrabando y distribuci¨®n de anabolizantes, entre ellos el brit¨¢nico David Jenkins, que gan¨® la medalla de plata en el relevo de 4x400 metros en los Juegos de M¨²nich en 1972. Otra redada permiti¨® descubrir anabolizantes valorados en unos 63 millones de pesetas en el piso de un estudiante de Florida. Var¨ªas drogas eran recetadas originalmente para uso animal.
Lo que era antes costumbre s¨®lo de los f¨ªsicoculturistas y los atletas ol¨ªmpicos es hoy man¨ªa para polic¨ªas m¨¦dicos, abogados y hasta estudiantes de colegio. "Cuando cumpl¨ª 30 a?os no pod¨ªa mirarme en el espejo. Ahora no puedo ir a ning¨²n sitio sin que las chicas intenten tocarme, examinarme de cerca", dijo un gerente de una compa?¨ªa el¨¦ctrica al Miami Herald.Se cree que el mercado negro sobrepasa los 100 millones de d¨®lares (unos 12.600 millones de pesetas) al a?o y m¨¢s de un mill¨®n de personas ingieren anabolizantes de una manera u otra. Se sospecha que entre un 40% y un 75% de los jugadores de la Liga de F¨²tbol Americano usa anabolizantes por no arriesgarse a ser m¨¢s peque?os y d¨¦biles que sus contrarios.
El Herald descubri¨® tres farmacias en la regi¨®n sur de Florida que vend¨ªan anabolizantes sin receta. Se dice que un gran n¨²mero de m¨¦dicos receta la droga por dinero y el Herald encontr¨® que el 70% de los hombres que pertenecen a gimnasios ha ingerido anabolizantes durante un promedio de dos a?os y cuatro meses.
David Jenkins
"Son muchos los hombres que quieren parecerse a Sylvester Stallone y hay muchas mujeres que quieren que sus hombres sean tan corpulentos como ¨¦l", dijo un abogado al Herald. "Es un indicio de nuestra ¨¦poca".El atleta Jenkins fue detenido por alguaciles federales el pasado 28 de abril, antes de la redada, y, acusado de contrabando, qued¨® detenido sin fianza. El Gobierno ha montado un caso con 110 cargos contra ¨¦l y sus c¨®mplices, entre ellos directores de dos compa?¨ªas mexicanas, declarando que la banda suministraba el 70% de la mercanc¨ªa distribuida en el mercado negro del pa¨ªs, por un monto de 300.000 d¨®lares (unos 38 millones de pesetas) al mes.
El fiscal Phil Halpern alega que Jenkins, de 35 a?os de edad, se las arregl¨® en febrero de 1986 para fabricar los anabolizantes en el pueblo fronterizo de Tijuana y pasarlos en coche clandestinamente a San Diego, desde donde se iba a repartir por Estados Unidos en envases falsificados con r¨®tulos de compa?¨ªas norteamericanas. Halpern dijo que el contrabando fue transportado dentro de compartimentos falsos en el tanque de la gasolina y otros lugares del autom¨®vil.
Uno de los c¨®mplices es Pat Jacobs, entrenador del equipo de f¨²tbol americano de la universidad de Miami, que termin¨® clasificada segunda la temporada pasada. La universidad ha comenzado su propia investigaci¨®n, pero todav¨ªa no se sabe cu¨¢ntos jugadores han admitido usar anabolizantes, una de las drogas prohibidas por la NCAA, el ¨®rgano directivo de la federaci¨®n de universidades.
La NCAA proclam¨® en diciembre que el abuso de los anabolizantes no era un problema a nivel universitario, porque s¨®lo 25 de los 1.008 jugadores que participaron en los bowI games (partidos finales de la temporada) dieron positivo en los controles antidoping, pero hay quienes creen que el ¨®rgano directivo se est¨¢ enga?ando y que el uso de esta droga va m¨¢s all¨¢ del campo deportivo. Uno de los efectos perjudiciales de los anabolizantes es un incremento peligroso en el comportamiento hostil del atleta.
Se teme, por ejemplo, que los polic¨ªas adictos sean m¨¢s proclives a usar sus armas. Michael David Williams, un oficial de la Marina estadounidense, fue declarado culpable de incendio premeditado, pero el juez dictamin¨® que, a causa de los anabolizantes, era incapaz de tener buen juicio y en vez en una sentencia le impuso tratamiento psiqui¨¢trico. "Creemos que las consecuencias m¨¦dicas de los anabolizantes han sido sobreestimadas, mientras que las consecuencias psicol¨®gicas han sido m¨¢s o menos ignoradas", declar¨® el doctor David Katz, un psiquiatra de la universidad de Harvard que est¨¢ estudiando su efecto.
El Herald cit¨® a un gran n¨²mero de personas que se arrepent¨ªan de los cambios que sufrieron a causa de los anabolizantes. 'No me gusta salir. Tengo miedo de pegar a alguien", dijo Juan Tito, un joven de 18 a?os que tuvo que abandonar el colegio y buscar empleo en un garaje. "Yo ped¨ªa unas chuletas de cordero para la cena y mi esposa me preparaba un filete. Las paredes se com¨ªan el filete", dijo Howie Krakauer, un vendedor de 45 a?os.
"Yo los tom¨¦ para aumentar de peso", dijo Bob Baumhower, uno de los defensas del equipo de f¨²tbol americano Miami Dolphins, que a?adi¨®: "Ahora estoy en contra de los anabolizantes. Cualquier persona razonable debe estar en contra de ellos. ?Qui¨¦n quiere correr el peligro de un infarto? ?Qui¨¦n quiere llegar a ser est¨¦ril?".
Regulaci¨®n
La fabricaci¨®n en s¨ª de anabolizantes no es un delito federal en Estados Unidos, y el Gobierno s¨®lo puede regular su venta. Varios congresistas quieren clasificar los anabolizantes igual que la marihuana y la coca¨ªna, pero hasta ahora s¨®lo los Estados de California y Florida han tratado el asunto.Hace poco California regul¨® el uso de los anabolizantes y su posesi¨®n para venta es un delito que puede acarrear la pena m¨¢xima de cinco a?os de c¨¢rcel y 20.000 d¨®lares (unos 2,5 millones de pesetas) de multa. Tambi¨¦n clasific¨® como delito capital el recetarlos para el f¨ªsicoculturismo y aument¨® las Penas contra la fabricaci¨®n ilegal. Florida tiene penas m¨¢ximas de cinco a?os y 5.000 d¨®lares (unas 630.000 pesetas).
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