La DC chilena inicia un congreso decisivo para el rumbo de la oposici¨®n
Las dos principales tendencias del Partido Dem¨®crata Cristiano (PDC), la m¨¢s importante formaci¨®n pol¨ªtica de la oposici¨®n chilena, han llegado casi empatadas a la convenci¨®n nacional que se inici¨® ayer en un apacible convento costero, en Punta de Tralca, a 120 kil¨®metros de Santiago. La elecci¨®n de los nuevos dirigentes del PDC puede ser crucial para marcar el rumbo de toda la oposici¨®n.
Los m¨¢ximos aspirantes al liderazgo democristiano son Patricio Aylwin, un veterano pol¨ªtico de 69 a?os que ha sido presidente del PDC en cuatro ocasiones anteriores y que representa al sector m¨¢s moderado, y Ricardo Hormaz¨¢bal, un dirigente de 40 a?os, portavoz del ala m¨¢s situada a la izquierda del partido.El sector conservador, conocido como los guatones (barrigones), apoya una pol¨ªtica de negociaci¨®n con el r¨¦gimen para conseguir una transici¨®n a la democracia y de distanciamiento con relaci¨®n a los comunistas. El sector m¨¢s radical democristiano, llamado los chascones (melenudos), enfatiza, en cambio, la necesidad de movilizarse activamente contra Pinochet, y ha actuado unido con la izquierda en los sindicatos y organismos estudiantiles.
En las elecciones primarias, que se prolongaron durante 110 d¨ªas y en las que votaron 30.000 militantes sin que el r¨¦gimen impidiera los actos electorales, Aylwin triunf¨® en la mayor¨ªa de las provincias y en los frentes que agrupan a mujeres, trabajadores, profesionales y vecinos, mientras que Hormaz¨¢bal s¨®lo se impuso entre la juventud. A la junta nacional, Aylwin lleg¨® con 114 delegados y Hormaz¨¢bal con 91.
Los indecisos y la presencia de una corriente por el consenso son los ¨²nicos que pueden alterar el triunfo de Aylwin. Dos figuras carism¨¢ticas encabezan esta tendencia, que desea una direcci¨®n colectiva por encima de disputas de facciones: Jaime Castillo, presidente de la Comisi¨®n de Derechos Humanos, a quien los democristianos llaman el maestro porque ha formado a generaciones de militantes, y Carmen Frei, hija del ex presidente Frei.
Contra el consenso, sin embargo, act¨²a un sentimiento entre los democristianos y presente tambi¨¦n en al resto de la oposici¨®n, incluida la izquierda: cualquier definici¨®n, se dice, es preferible a la indefinici¨®n. El dilema de este partido pluriclasista, que esta semana cumpli¨® 30 a?os de vida, ha contribuido a paralizar al resto de la oposici¨®n, que mira hacia la Democracia Cristiana.
Los democristianos, que en 1973 aceptaron el golpe militar -con la honrosa excepci¨®n p¨²blica de 13 dirigentes, que se opusieron a la dictadura a trav¨¦s de una carta desde el mismo 11 de septiembre-, se pasaron claramente a las filas disidentes dos a?os despu¨¦s. Con la izquierda desarticulada por la represi¨®n, son hoy mayoritarios en casi todos los sectores. Como partido, ha sido el m¨¢s votado durante los 10 ¨²ltimos a?os del periodo democr¨¢tico.
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