'Heavy' de una noche de verano
Largo, largu¨ªsimo concierto el de la noche del s¨¢bado en Vallekas. Casi 400 minutos. Una de las inversiones m¨¢s rentables del verano, a 2,50 pesetas por minuto. Y claro, en esas condiciones, los aproximadamente 20.000 presuntosfivis que llegaron en un incesante goteo al campo del Rayo, se fueron cansados, pero satisfechos.Muy pocos de ellos pudieron ver, sin embargo, a Esturi¨®n. Status Quo oblig¨® a adelantar todas las actuaciones y as¨ª, poco despu¨¦s de las ocho, y con solo unos cientos de espectadores, Esturi¨®n salt¨® al escenario. Quince minutos despu¨¦s, los t¨¦cnicos ingleses, responsables del buen sonido de toda la noche, les cortaron el audio. Fue visto y no visto.
Con Barricada y ?ngeles del Infierno continu¨® el goteo constante de asistentes. Barricada actu¨® todav¨ªa con luz, y, a pesar de que hicieron un buen concierto, sufrieron para romper la frialdad de un p¨²blico especialmente tranquilo. M¨²sica y letras fueron calando poco a poco entre los asistentes, que corearon estribillos como "no, no, no, no nos vamos a dejar, este estado policial tiene que acabar", y lograron conectar definitivamente con el tema in- signia de la banda: Okupaci¨®n.
VIII Vallekas Rock
Concierto de Esturi¨®n, Barricada, ?ngeles del Infierno, Bar¨®n Rojo y Status Quo. Madrid, campo del Rayo Vallecano. S¨¢bado 1 de agosto. Duraci¨®n: seis horas y media.
Angeles del Infierno lo tuvo m¨¢s duro. A pesar del consabido "sois cojonudos" y de frases pretend¨ªdamente apocal¨ªpticas del estilo "vamos a tocar una canci¨®n que simboliza todo lo diab¨®lico que tiene el heavy metal-rock & roll (?), los intentos del cantante por hacer que el p¨²blico entrara en el juego, fueron vanos.
Bar¨®n Rojo fue de m¨¢s a menos. Su inicial Bar¨®n Rojo parec¨ªo dejar claro a qui¨¦n hab¨ªa ido a ver la gente. Fue un espejismo, y Tierra de nadie, su nuevo disco, que se presentaba all¨ª, no entusiasm¨® especialmente a los heavy veraniegos.
?stos quedaron en evidencia con Status Quo, veteran¨ªsima banda con un repertorio repetitivo hasta la saciedad, que se llev¨® al p¨²blico de calle. Demostr¨® que se las sabe todas, pero resulta inexplicable que su rock comercialoide se impusiera con claridad. Curioso ver a los fivis coreando el In the army now.
La noche s¨®lo tuvo un lunar: la demencial organizaci¨®n de la seguridad. Es absurdo ser cacheado en la puerta y que vendan latas en el interior. Y deja perplejo ver c¨®mo el alcohol y los canutos van reduciendo paulatinamente el n¨²mero de miembros del servicio de orden. No ayuda precisamente asentirse muy seguro. Pero como los heavy veraniegos demostraron ser unos chicos estupendos, la ¨²nica lucha de la noche fue por conseguir una horchata en la helader¨ªa de la avenida de la Albufera. Eran ya las tres de la ma?ana.
Babelia
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