"La gente nos trata como apestados, pero ser portador no es estar enfermo" dice el joven
ANTONIO VALLEJO, Carlos G¨®mez-Escolar Mazuela, natural de Burgos, 28 a?os, toxic¨®mano desde los 12, casado, padre de un hijo, lleg¨® hace alg¨²n tiempo la localidad orensana de O Barco de Valdeorras, "huyendo del caballo". Estaba convencido de que, lejos de la droga, a¨²n ten¨ªa alguna posibilidad de sobrevivir. Ahora cree que su oportunidad no llegar¨¢ nunca en una sociedad "cuya incultura me impide trabajar, empezar de nuevo"
Hijo del presidente de la Audiencia Provincial de Alicante, Carlos G¨®mez.-Escolar decidi¨® olvidar su origen y sus recuerdos, levemente borrosos, de ni?o de buena familia; olvid¨® que un d¨ªa hab¨ªa empezado la carrera de Derecho y sus conocimientos de cuatro idiomas. Quiso olvidar tambi¨¦n m¨¢s de media vida enganchado a la hero¨ªna, asi¨¦ndose, como a, una ¨²ltima tabla de salvaci¨®n, a una paleta de pe¨®n de alba?il. Pero ese olvido no ha eliminado un episodio esencial en su denso historial m¨¦dico de drogadicto: Carlos es portador de anticuerpos del SIDA.A su llegada a 0 Barco, G¨®mez-Escolar se inscribi¨® en las oficinas del INEM y su compa?era, ?ngela G¨®mez Puga, ATS de profesi¨®n, solicit¨® trabajo en el hospital comarcal de la zona. No hubo suerte. A Carlos G¨®mez lo rechazaron en dos obras a las que hab¨ªa sido enviado por el Instituto Nacional de Empleo, ya que, entre otras razones, la plantilla de trabajadores se neg¨® a admitirlo como compa?ero y llegaron a amenazar con irse todos si ¨¦l entraba a trabajar. Esta situaci¨®n no cambi¨®, pese a que G¨®mez Escolar present¨® un certificado m¨¦dico donde se asegura que est¨¢ plenamente capacitado para desempe?ar cualquier actividad laboral. ?ngela -que tambi¨¦n fue heroin¨®mana y ahora est¨¢ recuperada- se encontr¨® con id¨¦ntico rechazo en la instituci¨®n sanitaria en la que pidi¨® trabajo, cuyos responsables le recomendaron que buscase otro destino. Ahora est¨¢ en situaci¨®n de "baja por depresi¨®n".
G¨®mez-Escolar cuenta su historia pausadamente, desde la perspectiva de un hombre que dice no esperar ya nada, lo cual no parece importarle. "S¨®lo quer¨ªa trabajar en un modesto empleo de alba?il, dice, "y me doy cuenta de que siempre ser¨¦ un marginado, as¨ª que no voy a intentar nada m¨¢s; dentro de este sistema no hay nada que hacer".
Anfetas, coca, caballo o c¨¢rcel son las palabras b¨¢sicas, el armaz¨®n verbal de 16 a?os en la vida de Carlos G¨®mez, de los que seis, seg¨²n confiesa, han sido un largo y muchas veces in¨²til intento de rehabilitaci¨®n, con algunos buenos per¨ªodos, pero con grandes reca¨ªdas. Ha pasado cuatro a?os en los centros de El Patriarca en media Europa, pero no cree que este tipo de asociaciones tenga eficacia alguna. "En El Patriarca no me chutaba porque no pod¨ªa; es una salida a la c¨¢rcel, pero sigue siendo c¨¢rcel".
Hijo de un juez
Carlos es uno de los siete hijos del presidente de la Audiencia Provincial de Alicante, Rafael G¨®mez-Escolar y tiene la sensaci¨®n de ser "la oveja negra" de su familia. "No tengo relaci¨®n con mis padres", asegura, "porque les he hecho muchas; llevo toda la vida con la droga, con problemas de robos y de c¨¢rcel por el caballo. Yo creo", comenta, "que se me ha aplicado la ley con m¨¢s rigor por ser hijo de un juez y mi padre jam¨¢s ha utilizado su cargo ni su influencia en mi favor".
S¨®lo una preocupaci¨®n parece evitar una salida desesperada de Carlos y de su compa?era: su hijo Rub¨¦n, de 12 a?os, por cuyo futuro temen sus padres ahora que "todo el mundo nos da la espalda".
"El chico no debe pagar nuestras culpas", a?ade, "pero nosotros no tenemos nada que perder y estamos decididos a acabar de una vez por todas. Si hay esc¨¢ndalo, mejor. Lo nuestro va a terminar cualquier d¨ªa, pero se tiene que saber lo que nos ha pasado para que otros se animen a denunciar estos hechos, para evitar que se nos trate como a apestados, para que se sepa que tener anticuerpos no es tener el SIDA. Si muchos de los que se creen normales se atrevieran a hacerse la prueba, se llevar¨ªan una sorpresa".
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