La gota
Acosados por las que se sienten acosadas, abrumados por quienes nos abruman con teor¨ªas sobre el sexo, hartos, hemos de decir, nosotros, la mitad de la humanidad, que nuestro real e irresoluble problema es uno: la gota.No son ellas las ¨²nicas que tienen sexo. Ellas, al fin y al cabo, cotillean de sus hombres en los lavabos p¨²blicos. Y un hombre ni a su mejor amigo confiesa lo m¨¢s inconfesable de su sexo; pero sabemos que a ¨¦l le sucede lo mismo. Es un respiro estar solo en el ba?o; as¨ª, al final, puedes dar una sacudidita, dos, tres, mientras en tu cerebro crece la idea de que es necesario un golpecito m¨¢s, el definitivo. Pero lo ps¨ªquico se va imponiendo a lo f¨ªsico, te va dominando la convicci¨®n de que no hay sacudida balad¨ª y que tu mujer se estar¨¢ preguntando: "?Qu¨¦ har¨¢? ?Cu¨¢nto tarda?". Te rindes. Sales deprisa, sin lavarte las manos, para recuperar tiempo.
Es peor cuando somos varios en el servicio. Entre los hombres no hay la solidaridad del otro sexo, ni consuelo, s¨®lo disimulo. Los osados se atreven a bajar la mirada para ver c¨®mo va la cosa. Los dem¨¢s mantenemos la vista fija en el azulejo; de reojo contamos cada sacudidita del vecino, para comparar. Al final comprendes que el otro hace lo mismo, que es una historia interminable y, entonces, te rebelas, mandas al cuerno todo, y te subes precipitadamente la cremallera, coincidiendo con todos los que compart¨ªan esa desaz¨®n.
Antes de que la puerta se cierre a tus espaldas, sientes una humedad a la altura de la ingle, suplicas que no se extienda, que sea una falsa impresi¨®n, y sigues andando con la cabeza al frente. Aunque te come la curiosidad, aguantas sin pesta?ear.
?Y qu¨¦ dice de todo esto el informe Hite, Ana?s Nin, Susana Estrada, Cicciolina o Silvia Kristel? Nada. No saben nada del sexo masculino. Es nuestro misterio sin soluci¨®n. ?Qu¨¦ podemos hacer, compa?eros? ?Visitar al psiquiatra? ?Cambiar de calzoncillos? ?Evacuar sentados?
Para ir tirando, para ocultar en todo momento el drama de la gota derramada s¨®lo hay una soluci¨®n: vestir pantal¨®n oscuro.
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