La hora de la inversi¨®n masiva
LUIS SOLANALos medios de comunicaci¨®n se hacen eco de la actividad de Telef¨®nica en sus aspectos financiero, industrial o tecnol¨®gico, aunque tambi¨¦n reflejan quejas y cr¨ªticas al funcionamiento del servicio. El presidente de la compa?¨ªa hace un an¨¢lisis de las actividades que ha venido desarrollando la empresa en estos tiempos.
En estos cinco a?os se han hecho muchas cosas se ha avanzado, se ha mejorado, pero todav¨ªa queda mucho por hacer, y, como consecuencia de las carencias y dificultades, los espa?oles pueden vivir estos meses serias contradicciones en torno a su sistema telef¨®nico.Habr¨¢ ciudadanos que, habiendo solicitado un tel¨¦fono, conocer¨¢n esperas de seis meses o m¨¢s para que se los instalen. Habr¨¢ usuarios que tendr¨¢n dificultades para comunicar con sus amigos o empresas. La red telef¨®nica va a tener problemas de saturaci¨®n.
Y, parad¨®jicamente, esta situaci¨®n se presenta en el momento en que Telef¨®nica est¨¢ realizando un importante esfuerzo inversor (211.000 millones de pesetas en 1986, 260.000 millones en 1987), cuando se est¨¢n batiendo todas las marcas en la instalaci¨®n de l¨ªneas (800.000 en 1987), cuando se ha mejorado la productividad (10,8 sobre 1985) y cuando las modernas tecnolog¨ªas empiezan a incorporarse a la red.
Estamos ante una situaci¨®n contradictoria, que no es muy distinta a la que se presenta en otras parcelas del pa¨ªs, pero que es especialmente significativa cuando se trata de un sector clave para la modernizaci¨®n dei pa¨ªs.
Telef¨®nica est¨¢ sufriendo ahora algunas de las consecuencias de la crisis econ¨®mica, que produjo una ca¨ªda en picado de la demanda y una prudente reducci¨®n del ritmo inversor como respuesta. Ahora, la situaci¨®n empieza a cambiar y hay que seguir decididamente una pol¨ªtica de extensi¨®n, diversificaci¨®n y mejora del servicio. Pero, desgraciadamente, en este campo, las decisiones no producen efectos inmediatos. Desde que se hace el pedido a tos fabricantes hasta que se instalan los elementos requeridos transcurren unos tiempos que se compaginan mal con las impaciencias de los usuarios y de la propia compa?¨ªa.
En julio, Telef¨®nica instala la l¨ªnea 10 millones y el tel¨¦fono 15 millones. El tr¨¢fico (el uso del tel¨¦fono) crece al 5%, cuando lo normal es que lo haga al 1%. La demanda telef¨®nica y telem¨¢tica se incrementa a un ritmo explosivo (un 60% sobre 1985). Todo parece responder a un cambio en los h¨¢bitos culturales de los espa?oles y a una mejora de la situaci¨®n econ¨®mica.
La salida al exterior
Las acciones de Telef¨®nica cotizan en las bolsas m¨¢s importantes del mundo (Nueva York, 'fokio, Londres, Francfort y Par¨ªs), su precio se revaloriza y los resultados econ¨®micos mejoran. I Son muchos los que se preguntan el para qu¨¦ de estas operaciones de b¨²squeda de inversores extranjeros. Y la respuesta es simple: hay demanda, hay base financiera s¨®lida; se debe invertir, pero no hay ahorro espa?ol suficiente, ?sa es la meta: invertir m¨¢s, buscando los recursos donde se encuentren. M¨¢s a¨²n (y quisiera que se entendiera lo que i voy a decir ahora): hay que invertir por encima de lo razonable. No se trata de insensatez, sino de osad¨ªa. ?Qui¨¦n puede aceptar los esfuerzos y sacrificios de estos cinco a?os si ahora no sirven para atender a una sociedad que pide un servicio p¨²blico b¨¢sico?
En pura prudencia, la respuesta se podr¨ªa dar con una inversi¨®n en los pr¨®ximos cuatro a?os (1988-1991) del orden de un bill¨®n de pesetas. Pero con eso el d¨¦ficit de comunicaciones de Es
pa?a ser¨¢ relativamente mayor y nos alejar¨ªamos m¨¢s a¨²n de la
media europea. Francia, primero; Italia, ahora; Inglaterra y Ale
mania, permanentemente, dedican enormes esfuerzos a las telecomunicaciones. Incluso durante las de crisis. Espa?a tiene
que plantearse aumentar esa cifra, tensionar la gesti¨®n de Telef¨®nica, pedir apoyo al Estado y a las instituciones aut¨®nomas. No
se trata de hacer inversiones grandes -Telef¨®nica ya las hace-, sino realmente masivas.
Muchos son los protagonistas de este salto adelante y cada uno tiene que cumplir su papel. Mayor esfuerzo de gesti¨®n en Telef¨®nica; apoyos financieros p¨²blicos, racionalizaci¨®n de tarifas; coordinaci¨®n entre la Administraci¨®n, la industria, las finanzas, la empresa y los trabajadores; todo encaminado a que los espa?oles puedan decir pronto que tienen un servicio telef¨®nico equiparable a la media europea. Y que no ocurra como ahora, cuando, a pesar de todo lo realizado, de las fuertes inversiones, no se logra llegar a atender una demanda que se ha lanzado muy por encima de las previsiones.
En telecomunicaci¨®n ha llegado la hora de la inversi¨®n masiva.
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