V. P., embri¨®n de alternativa
Vishwanath Pratap Singh, 56 a?os, es el t¨¢bano que agita la montura de Rajiv Gandhi. Singh, hombre prestigioso, capaz, de larga y valiosa carrera pol¨ªtica, luchador contra la corrupci¨®n, acaba de ser expulsado del Congreso (I) despu¨¦s de que ya fuera arrojado del Gobierno por su inflexible campa?a contra evasores fiscales y contra la connivencia entre gran capital, burocracia y clase pol¨ªtica. V. P., como es conocido en la India, aparece hoy como un embri¨®n de alternativa a Rajiv Gandhi. La ruptura de Gandhi con Singh supone el fin de la alianza del primer ministro con los tecn¨®cratas que le iban a ayudar a crear la moderna India.
V. P., desasido de las palancas del poder, ha optado por llevar su campa?a a la calle, y ahora recorre el pa¨ªs predicando contra la corrupci¨®n de la clase pol¨ªtica. Su mensaje ha calado y, unido a su imagen austera, ha hecho que se empiecen a o¨ªr voces que le comparan con el Mahatma Gandhi. No le gusta la comparaci¨®n y la rechaza gandhianamente: "Cuando se hace un ¨ªdolo de barro, es al barro a quien se ofende"'.
V. P. Singh no quiere comentar si el objetivo ¨²ltimo de su campa?a es atraerse a quienes desde las filas del Congreso (I) discrepan con los viejos modos y eventualmente provocar una escisi¨®n en el partido.
Muchos lo ven como un don Quijote incapaz de lanzar una operaci¨®n pol¨ªtica de alcance. Su integridad es su fuerza a los ojos del ciudadano y su debilidad para entrar en el juego pol¨ªtico.
Gandhi se hab¨ªa cuidado de atacar a Singh, pero acaba de anunciar la apertura de una investigaci¨®n sobre denuncias presentadas por miembros del Congreso (I) contra el ex ministro, al que acusan de "corrupci¨®n, nepotismo y abuso de poder".
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