La 'ponencia de Menorca'
El ministro de Educaci¨®n estudia en vacaciones a los laboristas brit¨¢nicos
Los payeses que viven en las proximidades de Mah¨®n (Menorca) saben que por la zona de Torraixa se aloja estos d¨ªas un ministro, pero no saben qui¨¦n. Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall, responsable de Educaci¨®n, descansa en compa?¨ªa de su familia en una modesta casa de campo de la isla menorquina. Entre los ba?os en la playa y las salidas nocturnas con los amigos, el ministro prepara la ponencia pol¨ªtica que presentar¨¢ en el pr¨®ximo congreso del PSOE y se documenta sobre el proceso de deterioro del Partido Laborista brit¨¢nico.
Para llegar a la casa donde veranea el ministro hay que atravesar un camino estrecho bordeado por vallas de piedras que sirven como linde de las fincas. La vivienda est¨¢ en medio del campo y es la t¨ªpica casa de pay¨¦s bien acondicionada. Tiene una sola planta, un peque?o jard¨ªn con algo de c¨¦sped, muchas flores y lo que fue un establo ha sido reconvertido como almac¨¦n para guardar madera. Dos guardias civiles, semiocultos entre los arbustos, vigilan la casa desde el exterior.
Como un joven profesor
El ministro de Educaci¨®n, en alpargatas y vestido con un pantal¨®n corto y una camiseta, podr¨ªa pasar por un joven profesor. Habla pausadamente como si estuviera en clase y sus referencias al mundo estudiantil son constantes. Luce un ligero moreno y se le ve relajado sentado en el jard¨ªn bajo una palmera. "Mi vida aqu¨ª es muy rutinaria", dice. "Por la ma?ana bajo a Mah¨®n a comprar el peri¨®dico y hacer peque?os recados. Aprovecho tambi¨¦n para llevar a los ni?os a que vean a sus amigos". Al mediod¨ªa la familia Maravall coge el coche y recorre la isla en busca de un poco de arena y sol como cualquier veraneante. Comen en la playa y se ba?an en una cala distinta cada d¨ªa. De vuelta a casa, el ministro lee hasta que se pone el sol. La noche la dedican al encuentro y a la charla tranquila con los amigos. Al igual que otros cargos del Gobierno, el responsable de la cartera de Educaci¨®n dedica buena parte de su tiempo a estudiar el proceso seguido por el Partido Laborista brit¨¢nico y su enfrentamiento con los sindicatos, que concluy¨® en el repetido triunfo de la conservadora Margaret Thatcher.
Elegir la libertad, "un bonito libro de an¨¢lisis pol¨ªtico", de Roy Hattersley, miembro del Partido Laborista brit¨¢nico, y un an¨¢lisis del Gobierno de este partido en los a?os 1974-1979 comparten estanter¨ªas durante estos d¨ªas de ocio con lo ¨²ltimo de Fernando Savater; Los raros, de Pere Gimferrer, y Madrid 1921, de Josep Pla.
Tambi¨¦n la LODE
Las vacaciones de Maravall no son del todo vacaciones. En estos d¨ªas de descanso concentra su atenci¨®n en la preparaci¨®n de una de las ponencias pol¨ªticas para el pr¨®ximo congreso del PSOE. El ministro se ha tra¨ªdo del despacho tambi¨¦n diversos documentos sobre el desarrollo de la LODE (ley org¨¢nica del Derecho a la Educaci¨®n). No quiere ni o¨ªr hablar del regreso a Madrid, que se producir¨¢ el pr¨®ximo lunes. Ese d¨ªa se reunir¨¢ con sus compa?eros de partido para estudiar la ponencia, que espera est¨¦ presentada a final de curso, precedida de un gran debate. Maravall veranea por cuarto a?o consecutivo en Menorca y se muestra muy preocupado por el desarrollo tur¨ªstico de la isla. "Esto puede convertirse en una colmena", asegura. "Hay que parar la especulaci¨®n urban¨ªstica y cuidar que no se rompa el equilibrio. En Ciudadela se est¨¢ llegando a una concentraci¨®n brutal".
El ministro no conoce personalmente a Juan Manteca, m¨¢s conocido como el Cojo, pero le preocupa que se identifique la violencia de grupos marginales con los adolescentes. El fenomeno Manteca le sugiere una reflexi¨®n entre lo bananero y lo esperp¨¦ntico de Valle-Inclan. Del curso pasado y del acoso del movimiento estudiantil a Maravall le preocupa el car¨¢cter supranacional de este conflicto y el hecho de que la educaci¨®n sirva como pararrayos de la incertidumbre creada por el paro y el desempleo.
Para el nuevo curso quiere "dar el paso definitivo a la reforma de los planes universitarios, que servir¨¢ para poner al d¨ªa los actuales, algunos con 100 a?os de antig¨¹edad".
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