Luis Quesada y Manuel Lamana
Dirigen el Instituto de Cultura Iberoargentina en Buenos Aires
En el Buenos Aires actual son modelos de una vida que se evoca con melancol¨ªa. Ellos no le desean a nadie la guerra civil, la c¨¢rcel y el exilio que padecieron y les duele recordar. Pero no pueden disimular el orgullo que sienten en su condici¨®n de hombres escogidos por la pasi¨®n. Luis Quesada, de 68 a?os, melena blanca, risa clara, y Manuel Lamana, de 65, erguido, impecable, dirigen el Instituto de Cultura Iberoargentina, sociedad que re¨²ne a s¨®lo 250 socios dentro de la colonia espa?ola en Argentina.
Hace cuatro a?os que se montaron el invento del instituto, una trinchera desde donde continuar la batalla de ideas que sostienen con el discurso oficial. Dice Luis: "Es que aqu¨ª los funcionarios espa?oles todav¨ªa contin¨²an utilizando palabras como herejes, conquista, raza, hispanidad. Y nosotros", agrega Manuel, "hablamos de democracia y de libertades. Ellos las aceptan formalmente, pero no las han digerido y dan una imagen contraria al pueblo argentino". Los dos provocan a las organizaciones de la colonia con actos diversos. Por un lado, se anuncia el homenaje a Garc¨ªa Lorca y, por otro, ellos convocan a los m¨¢s famosos actores y m¨²sicos argentinos para un recuerdo popular del poeta. Festejan tambi¨¦n, con actos y discursos, cada aniversario de la Constituci¨®n espa?ola. Hace dos a?os iniciaron la pelea para que se retirara del campo de deportes del Centro Asturiano una placa de agradecimiento a Videla, el general que presidi¨® la primera junta de la dictadura iniciada tras el golpe de Estado de 1976. La campa?a dio resultado, pero no logr¨® el prop¨®sito de que esa placa de bronce se fundiera definitivamente. Uno de los directivos del centro les dijo entonces: "?Y si la necesitamos otra vez?".
Luis naci¨® en Argentina, pero su familia regres¨® a Espa?a cuando el ni?o ten¨ªa s¨®lo tres a?os. Esa casualidad, la de nacer en este pa¨ªs, le salv¨® la vida a?os despu¨¦s. A los 17 a?os fue jefe de columna durante la guerra, y a los 18 defendi¨® Madrid en la plaza de la Moncloa. Le detuvieron en 1943 cuando resid¨ªa clandestino en Madrid tras participar en la resistencia francesa. Le condenaron a muerte y luego le redujeron la pena a 30 a?os de prisi¨®n por la movilizaci¨®n de los intelectuales argentinos. Finalmente fue liberado y expulsado del pa¨ªs en 1959. Desde entonces reside en Buenos Aires.
Manuel era miembro del Comit¨¦ Nacional de la Federaci¨®n de Estudiantes Universitarios cuando le detuvieron, en 1947. Se fug¨® del Valle de los Ca¨ªdos en agosto de 1948 junto con Nicol¨¢s S¨¢nchez Albornoz, el hijo de don Claudio. El escritor Norman Mailer organiz¨® el rescate desde Par¨ªs y cedi¨® su autom¨®vil para la operaci¨®n. Los necesitaba a tiempo en el congreso de la Uni¨®n Internacional de Estudiantes. De Francia, Lamana se march¨® a Argentina, donde ejerce actualmente como profesor de Filosofia y Letras en la universidad de Buenos Aires. Entre sus papeles acaba de encontrar el diario que su padre escribi¨® cada noche en el campo de concentraci¨®n de Argel¨¦s, y prepara ahora la publicaci¨®n de aquel manuscrito.
Los dos contin¨²an escribiendo. Luis, sus libros de cuentos y poemas; Manuel, sus art¨ªculos. Lamana es autor de una novela titulada Otros hombres, que agot¨® su edici¨®n. Quesada acaba de presentar Espigas al viento, un volumen que incluye textos escritos en la c¨¢rcel. Los dos se encuentran, como dec¨ªa Machado, en paz con los hombres y en guerra con las entra?as.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.