Jordi Juanet y Ram¨®n Mu?oz
?nicos espa?oles en un congreso de monociclistas en Tokio
Su nombre art¨ªstico es Boni and Caroli. Desde hace cinco a?os, Jordi Juanet y Ram¨®n Mu?oz recorren las plazas de los pueblos en fiestas con n¨²meros de monociclismo acompa?ados por m¨²sica de rock y juegos malabares. Asistieron a Tokio para aprender t¨¦cnicas nuevas, y todav¨ªa no se acaban de creer que han quedado los quintos en la competici¨®n de actividad art¨ªstica por parejas, en la que participaban m¨¢s de 200 monociclistas de todo el mundo. Los dos primeros fueron cuatro japoneses; los terceros, una pareja de americanos, y los cuartos, dos coreanos. Jordi trabajaba de montador en un circo ya desaparecido; Ram¨®n era publicista.
Tienen el local para ensayar en el tercer piso de una casa antigua del barrio de Gr¨¤cia de Barcelona. Hay que subir por una vieja escalera de caracol, por la que, desde luego, ser¨ªa imposible llevar una bicicleta de dos ruedas. En la puerta del piso han dibujado su nombre con letras de colores: Boni and Caroli. Escribieron a Tokio s¨®lo por curiosidad. Ten¨ªan pensado irse a Polonia a un festival de artistas callejeros, pero los organizadores de la convenci¨®n japonesa les contestaron inmediatamente requiriendo su presencia.
"Recibimos varias llamadas -alguna a las cinco de la ma?ana- para insistirnos en que fu¨¦ramos. Era la primera vez que unos espa?oles contactaban con ellos", cuenta Jordi Juanet, alias Boni. Jordi tiene 24 a?os. Empez¨® trabajando en el Cire Gric de montador. Cuando se disolvi¨® el circo estuvo cinco meses por la calle, de malabarista solitario. Despu¨¦s encontr¨® a Ram¨®n en Bilbao, durante las fiestas de la semana grande. Los dos hac¨ªan n¨²meros circenses y comenzaron a montar espect¨¢culos juntos.
"Para nosotros, el viaje a Jap¨®n resultaba muy caro; solicitamos ayudas a diversas instituciones y, al final, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que nos conceder¨ªa una subvenci¨®n", a?ade Ram¨®n Mu?oz, alias Caroli, que tiene 28 a?os. Antes de dedicarse por entero al monociclismo, Ram¨®n estuvo trabajando cinco a?os en una empresa de publicidad.
"En Tokio las competiciones eran a diez niveles. Al principio tem¨ªamos que fuesen demasiado elevados, pero, al ver los requisitos que exig¨ªan nos dimos cuenta de que pod¨ªamos participar tranquilamente hasta el nivel sexto", afirma Caroli.
En seguida, para explicar en qu¨¦ consiste cada nivel, se sube en el monociclo y empieza a moverlo, primero con un solo pie, despu¨¦s sin tocar los pedales. Luego se baja de un salto y tira el monociclo al suelo. Al instante ya se ha subido en ¨¦l otra vez, sin que nadie pueda decir de qu¨¦ modo. Para terminar se pone a pedalear muy lentamente, como uno de esos mimos que parece que andan pero que est¨¢n quietos. Su balanceo desprende seguridad.
Boni and Caroli ensayan en una habitaci¨®n grande y destartalada: una cortina negra, una silla antigua de peluquero, una mesa larga llena de aros, mazas, bolos, pelotas, di¨¢bolos, raquetas y, al fondo, apoyados en la pared, m¨¢s de una docena de todo tipo de monociclos.
Quer¨ªan ir a Tokio para ver cosas nuevas y han vuelto fascinados de las "barbaridades" que pueden hacer los japoneses y los americanos sobre una bicicleta de una sola rueda. "Pero a nosotros", explica Boni, "hacer un n¨²mero dif¨ªcil mientras suena el redoble y esperar al aplauso, hacer el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa no es lo ¨²nico que nos importa. Usamos la t¨¦cnica como un recurso m¨¢s con el que sorprender, pero siempre procuramos que nuestros espect¨¢culos tengan una trama c¨®mica detr¨¢s, una idea, algo para alcanzar y conseguir la complicidad del p¨²blico".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.