Toros y marmitako
Enrique M¨²gica Herzog es vasco y jud¨ªo, y naci¨® hace 55 a?os bajo el signo de Piscis en un a?o bisiesto, justamente un 29 de febrero. Desde el a?o 1976, en que fue elegido miembro de la ejecutiva, es una de las principales figuras del partido socialista. Y en los tiempos actuales sigue siendo amigo ¨ªntimo de Nicol¨¢s Redondo, secretario general de UGT. En su tierra natal, San Sebasti¨¢n, convive a menudo con sus dos aficiones, los toros y la gastronom¨ªa, y con la pol¨¦mica. "El d¨ªa de San Ignacio, en la Plaza de Toros de Azpeitia, Espartaco me brind¨® un toro. La mitad de la gente me pit¨®, pero Juan Antonio cort¨® las dos orejas".Aunque no hace mucho tiempo confesaba "un escepticismo ante las personas y un distanciamiento ante las cosas", sus emotivos abrazos en Bilbao a Nicol¨¢s Redondo hijo, acompa?ados de una reprobaci¨®n a los socialistas que han criticado este verano a la UGT; su aliento a Espartaco mientras se vest¨ªa de luces para torear en Vista Alegre y un regocijante ejercicio de socarroner¨ªa con Juan Mar? Arzak ante una cazuela de marmitako le muestran como un defensor de la amistad como valor absoluto.
Aficionado a los toros desde que ten¨ªa ocho a?os, cuando ya pose¨ªa un abono para ir a las corridas en San Sebasti¨¢n, M¨²gica es un entusiasta defensor de Espartaco y de Ojeda, de quienes asegura apreciar "la serenidad y el alegre equilibrio vital con que afrontan a diario el riesgo tan enorme que pone su vida como testigo de que la furia irracional puede ser sometida a c¨¢non est¨¦tico".
Alejado de San Sebasti¨¢n durante su Semana Grande, -"porque las personas me gustan m¨¢s congregadas como pueblo que amontonadas como gente"-, acaba de volver de Ibiza, donde la navegaci¨®n en velero le ha ahondado la preferencia por ver el mar desde la tierra .
Satisfecho de las ventas de su ¨²ltimo libro, mientras sus hijos David, de 21 a?os, y D¨¦borah, de 18, pasan el verano en un kibutz en Israel, compatibiliza la lectura en franc¨¦s de la Historia de la decadencia y ca¨ªda del Imperio romano, de Edward Gibbon, con "el cultivo de la amistad, la gastronom¨ªa y la est¨¦tica de la sociedad vasca".
Cerca de donde la noche anterior unos manifestantes se hab¨ªan enfrentado a la polic¨ªa, el pasado viernes, M¨²gica y otro maduro donostiarra dialogaban de coche a coche, en San Sebasti¨¢n, para confirmarse su asistencia a una cena en una sociedad gastron¨®mica, con compa?eros de colegio de hace 38 a?os.
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