Ingredientes de refresco

El Ballet Contempor¨¢neo de Bruselas ha presentado esta vez un programa que, a pesar de los cambios e imprevistos y de ciertas deficiencias t¨¦cnicas en luces y sonido, tiene m¨¢s calidad y posee una cohesi¨®n que no ten¨ªa el anterior. Carmen Larumbe tiene una concepci¨®n personal del baile que a veces resulta eficaz, pero que en otras se desmarca de una tensi¨®n necesaria en todo espect¨¢culo de baile. Su versi¨®n de El amor brujo tiene cosas positivas: es coherente, nada pretenciosa, y se aleja del t¨®pico seudo-folcl¨®rico, incluyendo incluso una pausa de sonido electroac¨²stico.

Sigue destacando como protagonista Juan de Torres, que tiene un baile seguro y con momentos de espectacularidad t¨¦cnica.

Peculiaridades gestuales

Daron Dance es lo mejor del programa. Son dos pasos a dos enlazados por el vestuario y el apoyo sonoro. Su estructura consiste en relacionar actitudes id¨¦nticas que adquieren tonos diferenciados, ya sean interpretados por el hombre, ya sean interpretados por la mujer. Sus cuatro int¨¦rpretes han entrado de lleno en la peculiaridad gestual de Larumbe, sac¨¢ndole partido a un acento ciertamente menor, pero de buenos ingredientes l¨ªricos. La noche se cierra con Chanson de Brel, una pieza que, a pesar de tener algunos a?os, muestra a una core¨®grafa imaginativa, due?a de sus recursos. Las canciones sirven de veh¨ªculo conductor a un concepto coreogr¨¢fico avanzado no exento de teatralidad. Es un baile ligero y con humor al que no falta profundidad en el concepto. Pero la noche no ha sido redonda por la t¨¦cnica accesoria y por ciertos rigores de danza donde el menor fallo se hace notorio.