Toreo de 'sal¨®n'
Una pe?a de San Sebasti¨¢n de los Reyes improvisa un coso en su local para torear una vaquilla
Que los miembros de una pe?a taurina toreen una vaquilla en plenas fiestas populares no puede sorprender a nadie, pero que lo hagan a las cuatro de la ma?ana en un local rodeado de pisos es ya poco habitual. El pasado d¨ªa 21, una llamada a la Polic¨ªa Municipal de San Sebasti¨¢n de los Reyes alert¨® a los agentes de que en los locales de la pe?a El Chaparral estaban toreando una vaquilla a hora tan poco taurina. La juerga se ha repetido varias veces, sin mediar m¨¢s denuncias, durante las fiestas celebradas en la localidad, y que finalizaron el pasado lunes. La intenci¨®n de la pe?a, que pag¨® 47.000 pesetas por el animal, es comerse la vaquilla a la brasa.
Los protagonistas fueron alrededor de 30 miembros de la pe?a El Chaparral, la quinta en antig¨¹edad de las 12 que hay en el municipio, que participaron en el toreo de un chotillo a estas horas tan intempestivas, aun en fiestas. Y es que la afici¨®n puede con todo.Esa noche la noticia corr¨ªa como la p¨®lvora en boca de unos j¨®venes motorizados que abordaban a los trasnochadores con esta pregunta: "?Sab¨¦is d¨®nde han comprado una vaquilla y la est¨¢n toreando?"'.
Sobre el particular se defiende Javier Cort¨¦s, presidente desde hace un a?o de la pe?a El Chaparral: "La soltamos tan tarde precisamente porque no hab¨ªa gente ajena a la pe?a. Quitamos las sillas que sirven de terraza y formamos unos burladeros, era imposible que la vaquilla se pud¨ªera escapar. En ning¨²n momento fue peligroso."
Hablando de peligrosidad, el presidente tiene el pie izquierdo escayolado al haber tropezado mientras hu¨ªa de la vaquilla. Por lo dem¨¢s es inofensiva; se mantiene quieta entre las tablas que los pe?istas le han construido y a donde le llevan pan, cebada y alfalfa.
70 kilos de vaquilla
El animal, que cost¨® 47.600 pesetas, a pagar por todos los socios, fue comprado en un cortijo de San Agust¨ªn de Guadalix y pertenece a la ganader¨ªa de Pedro Herrero. "Es muy peque?a, unos 70 kilos, y nadie puede escandalizarse porque la tore¨¢ramos un poco. No s¨¦ por qu¨¦ tanto revuelo", dice el presidente.Pero el hecho es que alg¨²n vecino, sin duda no muy aficio nado a las pr¨¢cticas taurinas o simplemente molesto por el al boroto, avis¨® a la Polic¨ªa Municipal, que se present¨® en el recinto, dando por finalizada la fiesta.
"Yo entiendo que la gente tenga que madrugar para ir a su trabajo, pero puedo asegurar que no provocamos ning¨²n esc¨¢ndalo y que respetarnos a los vecinos del barrio", dice Javier Cortes.
La intenci¨®n de la pe?a es, una vez terminadas las fiestas, comerse la vaquilla a la brasa. "Yo no creo que pruebe bocado, despu¨¦s de haberla tenido aqu¨ª unos d¨ªas le he cogido cari?o", comenta el presidente de la pe?a.
Por otra parte, los miembros de El Chaparral no creen que todo esto d¨¦, pie a que los aficionados taurinos con un patio o un local compren una vaquilla y hagan lo mismo. "Si nosotros, que somos pe?a taurina, no tenemos por lo menos una vaquilla, no s¨¦ qui¨¦n la va a tener. No creo que esto sea ilegal", apuntan.
La afici¨®n tira
"Somos alba?iles, electricistas, calefactores..., pero la afici¨®n nos tira, y aunque nos den revolcones seguiremos toreandoen las becerradas y asistiendo a los encierros. Esto es lo que m¨¢s nos gusta", contin¨²a el presidente.A El Chaparral pertenecen 130 personas; muchas de ellas forman familias al completo. No es dificil encontrar ni?os muy peque?os ataviados con la camisola de los mozos. Sin ellos y sin el resto de las pe?as, San Sebasti¨¢n de los Reyes no ser¨ªa lo que es. En los toros, animan la plaza. En las calles, hacen part¨ªcipes a los profanos. Son el coraz¨®n de las fiestas.
El fervor de estos aficionados por la llamada fiesta nacional se hace extensivo a un gran n¨²mero de vecinos de la localidad. Es el caso del joven Juan A. Dom¨ªnguez, Borrero, trasladado a la comisar¨ªa cuando penetraba por el tejado a los corrales de las reses de los encierros, con clara intenci¨®n de soltar y torear alguna de ellas.
Con el fin de prevenir, entre otras cosas, los posibles espont¨¢neos, las polic¨ªas Nacional y Municipal de la localidad tuvieron que montar un servicio de vigilancia ante los toriles las 24 horas del d¨ªa. Pero tambi¨¦n los hay en contra de las corridas de toros; son los que d¨ªas antes de que comenzaran las fiestas pintaban con grandes letras: "Aqu¨ª se tortura", en una de las puertas de la plaza de toros. Aunque son minor¨ªa.
Pamplona la Chica o San Sebasti¨¢n la Grande, como muchos prefieren llamarla, es un espect¨¢culo de color donde las pe?as tienen un especial protagonismo. Sus miembros son los primeros en saltar al ruedo, los primeros en correr los encierros, "con vaquillas o con toros", dicen.
Primero fue la de El Remedio, en 1979, conocida por su banda de cornetas y tambores; luego surgieron San Sebasti¨¢n, Los Olivares, El Clavel, El Chaparral, Ortega Cano, El Bellotero, Andr¨¦s Caballero, C. R. El Chotis, Estafeta, Upe?a y Roxa Luxemburgo.
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