Alan Garc¨ªa: "Pretendo, con ingenuidad juvenil, cambiar el mundo"
El presidente peruano cree que toda revoluci¨®n pone a prueba la inteligencia de sus conductores
ENVIADO ESPECIAL, Veinte millones de peruanos jalean la vida y la miseria carraspeando y con los ojos abiertos desde que el pasado d¨ªa 28 de julio, para festejar los 165 a?os el chasquido del colonialismo hisp¨¢nico y el segundo aniversario de su acceso a la presidencia de la Rep¨²blica, Alan Garc¨ªa form¨® su alboroto revolucionario: estatizar la banca, las empresas financieras y de seguros, 33 entidades que, a su vez, tiran de los hilos de m¨¢s de 500 empresas poderosas del Per¨² pobre, injusto.
Los cholos de la serran¨ªa hambrienta, los pitucos de buena familia, los 14 diarios de la Lima dantesca del cintur¨®n / Calculta de Am¨¦rica, los nueve canales de televisi¨®n, las 38 emisoras de radio, preguntan cada d¨ªa: ?Qu¨¦ va a ocurrir ahorita? Mario Vargas Llosa, el escritor de Conversaciones en la catedral, c¨¦lebre en el mundo, l¨ªder -?provisional?- de la oposici¨®n, entona en las plazas p¨²blicas el fin posible de la democracia. Garc¨ªa, el caballo loco, el presidente m¨¢s joven del Nuevo Mundo, proclama en declaraciones a este diario: la estatizaci¨®n "es el reto m¨¢s dram¨¢tico de Am¨¦rica Latina'.El presidente, de azul pulcro engalanado, pelo antracita, trigue?o, tiende sus brazos y abre las puertas de su amplia complacencia desde las cimas sonrientes de sus casi dos metros de alto en el quicio de las puertas de su despacho oficial en la Casa de Pizarro, palacio presidencial. ?Es ¨¦ste el nuevo hombre carism¨¢tico de Latinoam¨¦rica, el animal pol¨ªtico, demagogo, populista, un fuera de serie de la inteligencia, "un hombre genial, ergo est¨¢ loco", como sentencia un joven adversario suyo que, como mil otros lime?os, susurra: "Prefiero no escucharle porque a lo mejor me convence"?.
Alan Garc¨ªa, antes del inicio del pulso al periodista, erguido, caminando, gestos justos, ya se ha desbocado: "Espa?a me impacta m¨¢s que nada, con sus universidades, con su historia reciente. Y la Espa?a del cisma republicano. Me sab¨ªa de memoria cosas de Unamuno, de La Pasionaria; conoc¨ª a Federica Montseny en Ginebra. Y la guerra civil fue una de las cosas m¨¢s cism¨¢ticas. Creo que aquello me hizo caer un poco juvenilmente en el manique¨ªsmo: "Est¨¢s con ¨¦ste o est¨¢s con aqu¨¦l. Pero creo que en pocos lugares se justific¨® el manique¨ªsmo como entonces". Y contin¨²a brotando el chorro de su discurso: "Los poetas espa?oles, las llanuras espa?olas, 'los cementerios a la luz de la luna', Unamuno y el grito de Salamanca, Unamuno y La agon¨ªa del cristianismo...".
Pregunta. Por favor, presidente, un alto: ?le interesa tanto Unamuno de verdad?
Respuesta. Mucho. Yo creo que el sentido profundo de la inteligencia es el agonismo, es la incertidumbre y la vivencia de la duda. Pero el mundo moral, el mundo de la acci¨®n, la necesidad de vivir, lo alejan a uno de las incertidumbres intelectuales.
P. Su sensibilidad al "sentimiento tr¨¢gico de la vida" unamuniano ?tiene algo que ver con la vivencia tr¨¢gica que usted est¨¢ consumiendo en su pa¨ªs?.
R. Es posible, porque Per¨² es el reto m¨¢s dram¨¢tico de Am¨¦rica Latina. Esto no es vanidad, es una confesi¨®n. Per¨² es una sociedad desarraigada, migrante sobre s¨ª misma. Lima en 30/35 a?os ha pasado de 200.000 a seis millones de habitantes, y cada uno de los migrantes que llega a algo que no es suyo desarrolla un gran individualismo; tienen un sentido agudo de la suerte y del azar, m¨¢s que del trabajo en conjunto del burgu¨¦s. Pues bien, ¨¦ste es el primer nivel esencial de mi sociedad. La segunda caracter¨ªstica es que la sociedad est¨¢ dram¨¢ticamente dividida, antes de nada y sobre todo, frente al mundo externo. Me explico: ya no somos ni siquiera subordinados y dependientes del sistema capitalista, que cada d¨ªa necesita menos del Tercer Mundo. En tales condiciones, la relaci¨®n con el exterior es solamente de acreedor a deudor. Por ello la relaci¨®n del mundo capitalista con Am¨¦rica Latina ya no genera valor material. Todo esto agudiza las contradicciones nacionales y evidencia los enormes abismos econ¨®mico / sociales existentes en Per¨².
P. Vale. As¨ª llega usted en 1985, a los 35 ahos de edad, a presidente de Per¨², votado por casi el 80% del electorado, y se encuentra con el 200% de inflaci¨®n, por no citar m¨¢s que una cifra. Primero, anuncia que pagar¨¢ su deuda externa s¨®lo con el 10% de sus exportaciones; despu¨¦s, reniega del FMI y de sus pol¨ªticas de ajuste. ?Qu¨¦ pretende ahora, cu¨¢nto representa lo que va a nacionalizar?
R. Ah¨ª est¨¢ el problema. No sotros nacionalizamos el servicio bancario, no estamos nacionafizando los grupos econ¨®micos. Si un se?or es due?o de una inmobiliaria o de una minera, lo que yo digo es: "Sea usted minero, pero no sea usted banquero", igual que en EE UU. Lo que nosotros hacemos es quitarle el poder a cuatro bancos, porque son cuatro bancos los que tienen 335 empresas y son la c¨²spide del poder econ¨®mico de Per¨². Lo que estoy haciendo es estatizar el uso del dinero.
P. Es decir, usted no se opone a la peque?a y mediana empresa.
R. Ni a la grande tampoco.
P. Primera acusaci¨®n escuchada en Lima: usted ha dividido el pa¨ªs en dos.
R. No. Per¨² discute, pero no se divide; discute pasionalmente un momento, y despu¨¦s se dar¨¢ cuenta de lo que se ha querido hacer.
P. Segunda acusaci¨®n: la inversi¨®n internacional huir¨¢ por falta de confianza y el nuevo poder del Estado afectar¨¢ a la libertad de expresi¨®n.
R. Lo de la huida de la inversi¨®n no es un an¨¢lisis, sino una amenaza. Y decir que el Estado quiere dominar los bancos para dominar los medios de expresi¨®n es mala voluntad ideol¨®gica. ?No aprecia usted la libertad total?. Eso es rid¨ªculo; el Estado pod¨ªa valerse de otros medios para coartar la libertad de los peri¨®dicos. Pero a m¨ª eso no me interesa por una raz¨®n: porque est¨¢ a prueba mi inteligencia (mire qu¨¦ buen titular). La revoluci¨®n pone a prueba la inteligencia de sus conductores. Los dictadores amordazan al pa¨ªs porque no tienen confianza en su inteligencia. Yo he dejado responder a todos, incluso al se?or Vargas Llosa, que se ha incorporado a la oposici¨®n.
Intelectuales
P. ?Por qu¨¦ no desaf¨ªa a Vargas Llosa a un debate en la televisi¨®n?
R. Porque yo soy el presidente elegido por todos los peruanos, amigo m¨ªo. ?l tendr¨¢ que buscar un sitio mandado por la elecci¨®n de todos los peruanos para que eso pueda ocurrir. Ya s¨¦ que en su peri¨®dico existe una propensi¨®n a creer m¨¢s en lo que dicen los intelectuales que en lo que confrontamos los Gobiernos. Pero yo soy un intelectual tambi¨¦n, es decir, no me siento por debajo de los intelectuales, y soy un intelectual confirmado por cuatro millones de votos. Para m¨ª lo m¨¢s importante de una revoluci¨®n es convencer al pueblo. Yo soy el gobierno de la libertad y de la explicaci¨®n. No queremos pagar la deuda; se sabe que no nos gusta la presencia yanqui en Centroam¨¦rica, y lo decimos; no estoy de acuerdo con todo lo que se hace en Nicaragua, y no me da verg¨¹enza ir all¨ª.
P. Este peri¨®dico, en primer lugar, ha criticado alguna valoraci¨®n de Vargas Llosa, y luego dice lo que el resto de Occidente, m¨¢s o menos, a saber: que su pol¨ªtica econ¨®mica, nacionalizaciones incluidas, ha sido experimentada en pa¨ªses ricos y pobres y ha fracasado.
R. Todo lo que hacemos es relativo, tanto en el aumento de la demanda interna como en el cierre de fronteras; lo importante es saber hacerlo cuantitativamente. Pero tiene usted raz¨®n en que, dos a?os despu¨¦s, a¨²n comprobamos que lo que hacemos tiene una parte de riesgo.
P. Usted llama la atenci¨®n en el mundo. ?Medita esto?
R. Ser¨ªa mentira decir que no me interesa lo que se piensa fuera. ?ste es un mundo de grandes escenarios internacionales.
P. ?Qu¨¦ pasar¨ªa de fracasar su pol¨ªtica?
R. ?sta no es la ¨²ltima esperanza de Per¨². Nunca me saldr¨ªa de la democracia formal, que es mi barco. En cuanto a las fuerzas armadas, est¨¢n, m¨¢s que nunca, sujetas al orden constitucional y plenamente conscientes de su responsabilidad. Mire usted, le estamos dando respuesta a todo pero no podemos decir que hemos vencido nada; es dificil en dos a?os.
P. ?Pretende usted cambiar el mundo con sus desaf¨ªos?
R. No quiero un mejor sitio en este mundo, sino que pretendo con ingenuidad juvenil cambiar el mundo, y no tengo f¨®rmula; es cosa de tanteos, pero lo esencial de todo es la deuda externa. En Espa?a, la ¨²ltima vez que estuve vi que estaba de moda la palabra tercermundista, pero peyorativamente. Yo me declaro tercermund¨ªsta ante toda Espa?a.
P. ?Es cierto que en 1990 no volver¨¢ a presentarse a las elecciones?
R. En 1990 me voy, y de repente, para siempre. Yo ya d¨ª lo que pude. Me voy para siempre de la pol¨ªtica. Quiz¨¢, y ojal¨¢. me vaya antes.
P. ?Aspira al hero¨ªsmo?
R. No. A lo que aspiro es a no hastiar y aburrir al auditorio.
La bondad de Felipe Gonz¨¢lez
P. Hablemos un poco de usted y de Felipe Gonz¨¢lez y de lo que se califican como unas relaciones de amor / odio.R. Yo le aprecio mucho. Tengo de Felipe una sensaci¨®n de bondad muy grande.
P. ?Es verdad que usted al comienzo de su carrera se agenci¨® v¨ªdeos de los discursos de Gonz¨¢lez para estudiar su magia verbal?
R. Pero por Dios, no.
P. ?Le considera socialista, a pesar de varios aspectos de su pol¨ªtica?
P. Como no vivo en Espa?a y no soy espa?ol, no puedo opinar. Y en la medida que los espa?oles le votan es que est¨¢n de acuerdo con ¨¦l.
P. ?Ha evolucionado la pol¨ªtica espa?ola en Am¨¦rica Latina desde la muerte de Franco?
R. No puedo opinar. De repente me sentir¨ªa un cr¨ªtico; tendr¨ªa que opinar sobre la estrategia de Am¨¦rica sobre s¨ª misma y desde Am¨¦rica Latina respecto a Espa?a.
P. ?Pero entiende que concluy¨® o que contin¨²a el paternalismo de la ¨¦poca franquista?
R. Bueno, el hispanoamericanismo del Instituto de Cultura y todo aquello se ha reducido muy sensiblemente. Se ha democratizado la relaci¨®n.
P. ?Le parece que Espa?a ha perdido el tren de la implantaci¨®n en Am¨¦rica Latina respecto a pa¨ªses de Europa occidental que tienen m¨¢s dinero y armas?
R. Es un lugar com¨²n decir que Espa?a es el puente de Am¨¦rica hacia Europa.
P.?Le apasiona la celebraci¨®n del quinto centenario del descubrimiento en 1992?
R. Me llama la atenci¨®n.
P. ?Cree que Espa?a entiende realmente a Am¨¦rica Latina y a Per¨² en particular?
R. Para decirlo vamos a esperar la reacci¨®n a esta entrevista (risas).
P. ?Qu¨¦ quiere decir cuando se refiere a Am¨¦rica Latina y a su desarrollo sobre s¨ª misma?
R. A pesar de nuestros retrasos pol¨ªticos... Mire, le voy a recordar una frase del Caribe: "La cosa est¨¢ bien de lo puro mal que se est¨¢ poniendo". Esto es, la deuda est¨¢ tan complicada y las econom¨ªas modernas tan en bancarrota que todos tendremos que seguir el mismo camino, lo querramos o no. Por separado o no, llegamos al mismo punto. Por ello conf¨ªo, m¨¢s que en nuestra propia voluntad o conciencia hist¨®rica, en la fuerza objetiva de la situaci¨®n.
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