El Madrid tambi¨¦n marco siete en Zaragoza
Aunque en principio parecieran iguales uno y otro equipo eso pudo no ser m¨¢s que una estratagema. El Madrid jug¨® primero a contener al Zaragoza y apuntill¨® despu¨¦s sin piedad. Al Zaragoza le condenaron sus fallos en el remate en la primera fase del partido El Madrid, por contra, no perdon¨® y al descanso fue ya con 0-2. Despu¨¦s, todo fue un paseo.La clave pudo estar en los primeros minutos. En tanto el Zaragoza perdi¨® la oportunidad de adelantarse en el marcador (fallo de Rub¨¦n Sosa) y ya con 0-1 a punto de igualarlo (error de Se?or), el Madrid no perdon¨® y con menos ocasiones resolvi¨® en la primera hora del encuentro. Una genialidad de Butrague?o, culminada por Gordillo, y otra acci¨®n del peligroso Buitre pusieron el lance en total franqu¨ªa.
El Zaragoza pec¨® de muy ingenuo al plantarle cara al Madrid casi en tono de igualdad. El ¨²nico marcaje con pretensiones de seriedad que pudo observarse fue el de Tino sobre Gordillo, que no tuvo ¨¦xito. Tino vi¨® m¨¢s la espalda. que el rostro de Gordillo. El Zaragoza quiso marcar un ritmo r¨¢pido en su f¨²tbol y ello le llev¨® a fallar en el pase m¨¢s de lo normal.
El Madrid dej¨® al principio impresi¨®n de signo conservador. Pareci¨® estar muy lejos del f¨²tbol explosivo que mostr¨® en su ¨²ltima visita a La Romareda, pero la traca vendr¨ªa m¨¢s tarde. Mostr¨® siempre solidez en la defensa y un trabajo muy serio en el centro del campo. Mart¨ªn V¨¢zquez bajaba hasta la defensa a por balones y Michel y Chendo entraban sin problemas por su pasillo, el derecho. Delante, Butrague?o se llev¨® ya desde el principio todo el brillo. Toc¨® pocos balones pero los jug¨® siempre bien y en algunos casos con chispazos de clara genialidad. Unas veces con quiebros de cintura, otras por su gran velocidad de salida, fue la pesadilla de la defensa local.
Todo lo dicho hace referencia a los minutos en los que el partido fue de lucha igualada y de normalidad. En la segunda parte, con el tercer gol, minuto 58, y la expulsi¨®n de Fraile poco despu¨¦s, apenas hay que contar. El Zaragoza se hundi¨® totalmente y dej¨® todos los caminos libres al Madrid. ?ste se limit¨® a aprovecharlos. sin siquiera llegar a prodigarse. Los cuatro ¨²ltimos goles marcados en s¨®lo 11 minutos de juego reflejan fundamentalmente la diferencia de preparaci¨®n f¨ªsica. El Zaragoza no pod¨ªa tenerse literalmente en pie, y le bast¨® al Madrid jugar andando, ni siquiera al trote, para machacar.
El Zaragoza cay¨® en la trampa del miedo. Nervios en exceso y carreras sin control desembocaron en fallos muy claros. Por ello no marc¨® cuando debi¨® hacerlo, al comienzo del juego. El Madrid no hizo m¨¢s que demostrar oficio y ambici¨®n. Cuando ten¨ªa enfrente un contrario de verdad le sujet¨® bien e incluso le venc¨ªa entonces por dos goles. Despu¨¦s fue recre¨¢ndose en su superioridad e incluso se permiti¨® el lujo de ofrecer un descanso a Gordillo y de evitar problemas con Hugo S¨¢nchez.
El p¨²blico estim¨® que la expulsi¨®n de Fraile se debi¨® ¨²nicamente a la astucia del mexicano, al simular una agresi¨®n que, sin embargo, el juez de l¨ªnea ratific¨® como existente. Independientemente de la exactitud de esta cuesti¨®n, lo cierto es que la presencia de Hugo en el campo no hac¨ªa m¨¢s que excitar a los espectadores y perturbar el buen orden del partido. Beenhakker provoc¨® la, entrada de Santillana para calmar los ¨¢nimos.
La superioridad del Madrid fue clara en el orden individual y en calidad, t¨¦cnica, especialmente en ¨¦sta ¨²ltima. En tanto el Zaragoza fall¨® sus oportunidades, el Madrid aprovech¨® todas. Puede ser significativo que no se recuerde una sola acci¨®n de Cedr¨²n de m¨¦rito real. Los delanteros le llegaban con el bal¨®n dominado y lo normal era que lo batieran. Donde estuvo m¨¢s clara la superioridad del Madrid fue en preparaci¨®n f¨ªsica. Tener las ideas claras puede ser s¨®lo la consecuencia de la diferencia de fuerza de unos y otros.
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