El mono en el coche

El visitante que recorra el Safari Park podr¨¢ fotografiar desde su coche a cientos de animales salvajes, darles de comer a trav¨¦s de la ventanilla y soportar que los monos se le suban en el parabrisas.

Las normas del lugar le proh¨ªben salir del coche, y en determinadas zonas -las de los animales m¨¢s fieros- ni siquiera podr¨¢ bajar los cristales, lo que en los d¨ªas t¨®rridos supone un inesperado servicio de sauna y un esfuerzo adicional de vigilancia de los ni?os.

Ellos son precisamente los principales clientes del Safari Park, propiedad de Carlos Falc¨®, marqu¨¦s de Gri?¨®n.

Los ni?os disfrutan el d¨ªa entero en las 315 hect¨¢reas de este parque, situado en el t¨¦rmino municipal de Aldea del Fresno, localidad de algo m¨¢s de un millar de habitantes, que dista 45 kil¨®metros de Madrid.

La zona vallada dentro del recinto ocupa 65 hect¨¢reas, donde viven en libertad unos 800 ejemplares salvajes: leones, tigres, elefantes, hipop¨®tamos, cebras, jirafas, chimpanc¨¦s... El Safari da trabajo fijo a unas cien personas, de las que una es veterinario y cuatro son bi¨®logos. Para el presente caso de peste equina, han trabajado siete veterinarios.

El complejo cuenta, adem¨¢s de la reserva de animales salvajes en libertad, con un reptilario, una muestra de guacamayos, restaurantes, cafeter¨ªas, un lago con embarcadero, parque infantil con atracciones, toboganes, columpios, tiendas y supermercados, merenderos, peque?os perros de varias razas que juegan con los ni?os, y una exposici¨®n de rapaces que fund¨® el divulgador televisivo F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente, quien mantuvo hasta su muerte una relaci¨®n de estrecha amistad con el marqu¨¦s de Gri?¨®n. Las aves empleadas en principio eran las que Rodr¨ªguez de la Fuente utilizaba para sus programas. Estos animales quedaban en al parque mientras el director de El hombre y la tierra montaba las filmaciones en las dependencias de TVE. Tras la muerte del conocido divulgador, las aves fueron entregadas a Icona, instituto que colaboraba con Rodr¨ªguez de la Fuente; y el Safari Park repuso los ejemplares, que son ya de su propiedad. A la entrada del recinto, el amigo F¨¦lix es recordado en un monumento que le: representa con un halc¨®n en el antebrazo.

Cada d¨ªa son millares las personas que visitan este parque. En los meses de abril, mayo y junio se acercan hasta all¨ª en autocares decenas de colegios, que suman entre 2.000 y 3.000 alumnos por d¨ªa. Para ellos rigen precios especiales, y los cuidadores de los animales les ofrecen explicaciones espec¨ªficas y una clase de ecolog¨ªa al aire libre.

La afluencia de p¨²blico es especialmente intensa en los s¨¢bados y domingos comprendidos entre la Semana Santa y el final del verano.

Los adultos pagan 700 pesetas, y, los ni?os, 450. Aparte queda el precio del lavado del coche si ha habido mala suerte con los graciosos monos trepadores.