Una buena reconstrucci¨®n de la vida de 'El Lute'
La jornada de ayer en San Sebasti¨¢n fue m¨¢s larga que de costumbre. Comenz¨® a medianoche del viernes con un homenaje a Glenn Ford, que con a posterior proyecci¨®n de Gilda convoc¨® al fantasma de Rita Hayworth, sobre la que el actor norteamericano no escatim¨® elogios en su multitudinaria conferencia de prensa. El resto del d¨ªa gir¨® en torno a la primera pel¨ªcula espa?ola a concurso, 'El Lute', camina o revienta, con gui¨®n del propio Eleuterio S¨¢nchez. La pel¨ªcula fue bien recibida y re¨²ne algunas cualidades que la convierten en la obra hasta ahora m¨¢s s¨®lida de cuantas han pasado por la pantalla del Victoria Eugenia.
La conferencia de prensa de Glenn Ford fue una de las m¨¢s concurridas que se recuerdan aqu¨ª. El actor canadiense es de los que saben estar a la altura de su propia leyenda; la cultiva con discreci¨®n y elegancia, y tiene ese peculiar conocimiento de las leyes de la presencia f¨ªsica que s¨®lo poseen quienes se ven obligados, por su oficio y por su fama, a hacer su propio personaje en la vida cotidiana.Respondi¨® con soltura, humor y agudeza a muchas preguntas en general agarrotadas y con pocos vuelos. Resulta admirable ver posar a Glenn Ford, descubrir c¨®mo subraya casi imperceptiblemente con las manos una r¨¦plica o como imprime a sus andares la mezcla de agilidad y de calma que le exige su forma de actuar, sobre todo en sus personaje; del cine del Oeste, que, despu¨¦s de m¨¢s de 200 pel¨ªculas, siguen siendo, y as¨ª lo proclama, sus preferidos.
Habl¨®, como era forzoso, de Rita Hayworth, y cont¨® con algunos detalles, sin mostrar por ello ning¨²n tedio, como si fuera la primera vez que contara una historia que debe haber repetido miles de veces, algunas minucias del rodaje de Gilda: "Yo amaba a Rita Hayworth", dijo Ford, "y despu¨¦s de aquella bofetada que le tuve que dar no me lav¨¦ la mano. Fui feliz: hice una pel¨ªcula de amor con una mujer a la que amaba".
Cuentos de peor especie fueron los que Bernardo Bertolucci emple¨® para justificar la cortedad de las muestras que ofreci¨®, en copi¨®n de trabajo, en su El ¨²ltimo emperador, copiones que, lejos de ser in¨¦ditos, como se esperaba, parece que son los mismos que ha presentado p¨²blicamente en otras ocasiones, y que destina a una sutil y bien organizada promoci¨®n de su pel¨ªcula.
Camina o revienta, primera pel¨ªcula espa?ola a concurso, narra casi al pie de la letra la primera parte del libro autobiogr¨¢fico que, con igual t¨ªtulo, escribi¨® hace una docena de a?os Eleuterio S¨¢nchez. El gui¨®n lo han escrito, conjuntamente con el autor del libro, los catalanes Joaqu¨ªn Jord¨¢ y Vicente Aranda, que ha dirigido la pel¨ªcula.
Es una obra s¨®lida, bien construida, ambientada sin lujo, pero convincentemente, en los ¨²ltimos a?os de la dictadura franquista de los que es una minuciosa reconstrucci¨®n interior, apoyada m¨¢s en las composiciones de los tipos que en alardes ornamentales de cart¨®n piedra.
Aranda opt¨® por dejar en un segundo t¨¦rmino la tentaci¨®n de hacer est¨¦tica de la miseria, a la que el libro se prestaba, y ha recreado los aspectos m¨¢s l¨²gubres del asunto s¨®lo en la parte indispensable para dar credibilidad visual a las im¨¢genes. Su elecci¨®n es discutible, pero a lo largo de la pel¨ªcula resulta coherente, porque en ella se produce una sensaci¨®n de interioridad de lo que en el papel era una aventura eminentemente exterior.
Toda una actriz
Aranda se ha concentrado en los tipos, es decir, en los actores, y lo que se presum¨ªa una aparatosa pel¨ªcula de suburbios, de caminos -y, por tanto, de fot¨®grafo-, ha resultado ser un buen estudio de caracteres. Los actores act¨²an todos bien, y, lo que es m¨¢s importante, todos lo hacen homog¨¦neamente. El director les obliga a hacer un impecable trabajo de conjunto, del que escapan los chispazos de genio de Victoria Abril, que hace una composici¨®n intens¨ªsima y de formidable veracidad. Imanol Arias logra entablar di¨¢logo con ella sin desvanecerse, y esto no es poco frente a un rostro como el de Victoria Abril, que hace estallar de vida la pantalla.Como era previsible, ayer, la competici¨®n gan¨® altura, mientras la gran fiesta del cine, con el comienzo de la gran marat¨®n de Anoeta y la riada de estrellas mayores y menores, comenz¨® a ser visible en una ciudad que siente, asiste y participa en ella.
Babelia
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