Qu¨¦ demanda la empresa al ingeniero
Los avances de la inform¨¢tica y su abaratamiento permiten aplicarla al control de peque?as y grandes instalaciones, por eso la industria mantiene una fuerte demanda de ingenieros industriales como profesi¨®n que se adapta casi exactamente a las exigencias actuales de este tipo de t¨¦cnicos.Los procesos de investigaci¨®n y desarrollo (I+D) son vitales para Espa?a, sobre todo en el campo industrial. Para estas tareas se necesitan especialistas en las distintas ¨¢reas, que pueden ser ingenieros industriales, pero adem¨¢s se necesitan directores coordinadores del conjunto de proyecto, y aqu¨ª aparece de nuevo la figura del ingeniero con la visi¨®n de conjunto que da la profesi¨®n de ingeniero industrial, tal como est¨¢ concebida y que quiz¨¢ no se comprende bien en Espa?a, porque, como es obligaci¨®n de las escuelas t¨¦cnicas, van incluso por delante de las exigencias de la industria. Al intentar definir lo que espera la empresa del ingeniero industrial, estoy casi seguro que la mayor¨ªa de los que llevamos decenas de a?os en la industria contestar¨ªamos igual: todo de todo, y en especial si nos referimos concretamente a la empresa media espa?ola. Para situarnos en el ¨¢rea adecuada de nuestros razonamientos no tenemos que olvidar que aunque parezca lo contrario, la mayor¨ªa de los ingenieros industriales ha estado, y en un futuro esta situaci¨®n se acentuar¨¢ a¨²n m¨¢s, en empresas de tipo medio y peque?o. Muy frecuentemente el ingeniero industrial es el elemento directivo b¨¢sico y, por tanto, sus actividades van desde problemas de tipo gerencial hasta temas de producci¨®n pasando por los asuntos comerciales. El olvidar esto supondr¨ªa falsear radicalmente el cuadro de exigencias normales de una gran mayor¨ªa de las empresas espa?olas del presente, y a¨²n m¨¢s, de las que van a nacer en el futuro, ya que por hoy se piensa que los atributos esenciales del ¨¦xito en la empresa son agilidad, facilidad de adaptaci¨®n en todo momento a la demanda y al medio en el que opera con recursos humanos reducidos y bien conjuntados; estas caracter¨ªsticas se dan con la m¨¢xima amplitud en la empresa media y peque?a. La aceptaci¨®n del hecho de la preponderancia de las empresas medias y peque?as dentro del tejido industrial, caracter¨ªsticas de un pa¨ªs desarrollado, marca ya la clara-exigencia de un profesional capaz de manejar todos los factores de una producci¨®n competitiva: t¨¦cnicos, econ¨®micos, comerciales y humanos; es decir, de un ingeniero industrial con una base s¨®lida en esos aspectos. Una base s¨®lida no quiere decir forzosamente profunda, sino suficiente y equilibrada en las distintas materias. No ser¨¢, por ejemplo, capaz de dise?ar un motor el¨¦ctrico, pero conocer¨¢ perfectamente sus caracter¨ªsticas de aplicaci¨®n, las bases t¨¦cnicas de su funcionamiento y las normas internacionales de uso y utilizaci¨®n. Ser¨¢ un claro error el formar en general a todos los ingenieros industriales como si todos fueran a dise?ar motores, cuando la realidad es que la industria se lo va a pedir a un n¨²mero reducid¨ªsimo de cada promoci¨®n o quiz¨¢ a ninguno. Aplicando esta teor¨ªa producto a producto, se llega a definir una demanda de proresionales que saben las caracter¨ªsticas y funciones de m¨¢quinas y plantas habituales en la industria, pero no son expertos en dise?o de estas m¨¢quinas y plantas, aunque conocen la t¨¦cnica de producir con ellas en condiciones adecuadas de precio y calidad. M¨¢s adelante comentaremos qui¨¦n dise?a y c¨®mo se organiza esta funci¨®n esencial.
Las t¨¦cnicas
Este planteamiento de la funci¨®n del ingeniero en la empresa puede inducir a pensar que la industria no demanda al ingeniero que proyecta. Todos sabemos que no es as¨ª, la oficina t¨¦cnica es un elemento b¨¢sico de casi todas las industrias. Cuando hablamos de dise?o nos referimos esencialmente al proyecto concreto de prototipos con incorporaci¨®n de nuevas t¨¦cnicas o desarrollos avanzados de los actuales.
En las empresas grandes, los planteamientos y necesidades son funcionalmente iguales, pero el campo de acci¨®n del ingeniero en los niveles bajos y medios es concreto y especializado.La actividad industrial en su aspecto funcional se acerca paso a paso, a lo largo de la historia, cada vez m¨¢s a la de un ser vivo: inicialmente s¨®lo se dispon¨ªa de m¨²sculos, en las m¨¢quinas ahora ha aparecido el sistema nervioso, los ordenadores, los sensores, los nuevos sistemas de telecomunicaci¨®n y telemando. Desaparece el concepto de m¨¢quina como elemento aislado y se pasa a la necesidad de manejar conjuntos cuyos componentes est¨¢n estrechamente relacionados entre s¨ª. La consecuencia l¨®gica de todo esto es que el ingeniero industrial tiene funciones en cierto modo similares a las de un m¨¦dico, por tanto, su bagaje cultural tiene que tener una estructura parecida, aunque en distintas materias. La formaci¨®n cl¨¢sica de un m¨¦dico empieza por una formaci¨®n cient¨ªfica b¨¢sica muy fuerte, esto le ocupa seis a?os; despu¨¦s hace tres a?os o m¨¢s de especializaci¨®n en un campo determinado. Algo muy parecido tiene que ser la carrera de ingeniero industrial si se pretende que pueda rendir lo que la empresa espa?ola espera de ¨¦l. Hoy es muy dificil que cualquier instalaci¨®n no tenga elementos mec¨¢nicos, el¨¦ctricos y de control que, simplemente para conocer a fondo su valor funcional en el proceso, exijan unos conocimientos de mec¨¢nica, electricidad y electr¨®nica importantes. N¨®tese que no hablamos de dise?o de instalaciones, sino simplemente de su explotaci¨®n. Si entramos en el dise?o de la instalaci¨®n sin entrar en el dise?o de los componentes, la labor del ingeniero ser¨¢ hacer el an¨¢lisis funcional de la misma para despu¨¦s elegir los componentes m¨¢s adecuados y relacionarlos mediante un control que en muchos casos estar¨¢ regulado por un microprocesador o por un ordenador. Este esquema operativo requiere un equipo de especialistas en las distintas ¨¢reas, dirigidas por un jefe de proyecto que coordina las distintas actividades, propone su ejecuci¨®n y es responsable del coste y prestaciones t¨¦cnicas previstas en el proyecto de la instalaci¨®n. Sin discutir la necesidad de los especialistas en las distintas ¨¢reas, de nuevo se llega a la conclusi¨®n de que tanto para la direcci¨®n de una instalaci¨®n como para su dise?o es necesario, porque la demanda lo exige, un profesional con la visi¨®n de conjunto imprescindible para manejar o dise?ar un sistema industrial.
Precio y calidad
Toda instalaci¨®n tiene como fin producir algo para un mercado, esto significa optimizar precios y calidad. Aqu¨ª aparece claramente definida una nueva funci¨®n del ingeniero industrial, la econ¨®mica. Ella exige conocer contabilidad de costes, manejar adecuadamente los recursos aplicados al circulante e inversi¨®n; hay que saber, en definitiva, econom¨ªa de empresa. Tenemos que insistir una vez m¨¢s en que los costes y la calidad se generan dentro de un sistema en el que hay que coordinar y manejar adecuadamente flujos de material de dinero, y todo ello a trav¨¦s de una m¨¢quinas o instalaciones que son interdependientes. La empresa espera del director de producci¨®n que consiga niveles de precio competitivo, y para- ello tiene que ser un aut¨¦ntico experto en el manejo de todos los factores que antes hemos citado dentro de un esquema estrictamente econ¨®mico. Refiri¨¦ndonos a los costes, no hay que olvidar que si bien el sistema de producci¨®n es cada d¨ªa m¨¢s perfecto, en todos los casos est¨¢ manejado por hombres. Es un hecho incuestionable que la actividad industrial supone un tanto por ciento creciente de la poblaci¨®n a medida que el pa¨ªs se desarrolla; que las concentraciones m¨¢s importantes de esta poblaci¨®n se originan precisamente en los centros de producci¨®n, y que el profesional que est¨¢ en contacto directo con los hombres es, generalmente, el ingeniero industrial. De ¨¦l se espera sacar el m¨¢ximo rendimiento de los que trabajan, dentro siempre de las mejores condiciones humanas. Es decir, que tiene que compatibilizar los intereses de la producci¨®n con los intereses del trabajador. Equilibrio ¨¦ste muy dif¨ªcil, por razones obvias. Ante la complejidad de las tareas que la empresa asigna al ingeniero industrial cabe pensar, una vez m¨¢s, si es un camino correcto el plantear que estas tareas sean asumidas por una sola profesi¨®n. La contestaci¨®n a estas preguntas est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s clara. Es posible, y en muchos casos necesaria, la especializaci¨®n por ¨¢reas, pero es imprescindible que ¨¦sta sea posterior. Volviendo al s¨ªmil m¨¦dico anterior, no tiene sentido hablar, por ejemplo, de especializaci¨®n en pulmones y coraz¨®n si antes no se es m¨¦dico. Intencionadamente hemos dejado para el final la investigaci¨®n y el desarrollo industrial, carencia importante de nuestra industria y, por tanto, demanda prioritaria para nuestro futuro. Para investigar o hacer desarrollos de un producto hace falta ser un aut¨¦ntico especialista en la materia; pero en el caso concreto de productos industriales hay que denominar todas las implicaciones comerciales y de producci¨®n de proceso, objeto de investigaci¨®n o desarrollo. La tarea que asigna la empresa al ingeniero es coordinar y dirigir los trabajos de los especialistas, que normalmente actuar¨¢n en colaboraci¨®n para poder abarcar campos t¨¦cnicos muy diversos, pero necesarios. En resumen, la empresa espera que el ingeniero industrial sea un experto en la direcci¨®n de los sistemas de producci¨®n en sus m¨²ltiples facetas: t¨¦cnicas, econ¨®micas, comerciales y humanas. De esta definici¨®n se puede deducir que la profesi¨®n es dif¨ªcil, que el ser buen ingeniero industrial es tarea para elite del trabajo y de la inteligencia; quiz¨¢ sea as¨ª, pero ya que el nivel de vida los pa¨ªses depende mucho del acierto en el desarrollo de la gesti¨®n de su industria, es, a mi juicio, un honor y motivo de satisfacci¨®n tener encomendada a nuestra profesi¨®n esta misi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.