El equilibrio, fruto de la irregularidad
El mercado de valores, lejos de responder a las expectativas alcistas generadas a los cierres del viernes, ha acometido la apertura semanal dentro de un ambiente tan irregular, extra?o e indeciso como imaginarse pueda. Alternativas continuas y resultados dispares en todos y cada uno de los corros de contrataci¨®n han sido la t¨®nica dominante de una ma?ana de la que apenas se han podido extraer conclusiones.En todo caso, cabe afirmar que los urgentes tomadores de los ¨²ltimos compases de la jornada precedente se han encontrado con su gozo en un pozo, puesto que, por lo visto, todos los operadores han coincidido en que el lunes era el mejor d¨ªa para vender. En consecuencia, la mayor¨ªa de los t¨ªtulos industriales ha visto mediatizada su operatoria por significativas cantidades de oferta.
En el sostenimiento, a trancas y barrancas, de algunas el¨¦ctricas y el buen tono, ya habitual, de los bancos se encuentra la raz¨®n del equilibrio que al final de la reuni¨®n campeaba en el marcador burs¨¢til. Los sectores industriales no han conseguido mantener como se esperaba la atenci¨®n de los compradores y, en l¨ªneas generales, ya han comenzado a contabilizarse los primeros bajonazos de relieve en aquellos valores m¨¢s calientes. A los cierres de la sesi¨®n, el ambiente del mercado quedaba a caballo entre los recelos inducidos por las enormes plusval¨ªas, que hay que materializar para que lo sean, y el leve optimismo que se deduce de un ¨ªndice que se resiste a bajar en proporciones importantes, pese a todo.
No obstante, era opini¨®n mayoritaria que la bolsa hoy d¨ªa no est¨¢ para demasiadas florituras y que, con la entrada del oto?o, parecen haber quedado atr¨¢s los alardes veraniegos. Si Telef¨®nica contin¨²a haci¨¦ndose esperar y el papel no se arredra, s¨®lo cabe esperar que el buen momento bancario sea capaz de sostener una situaci¨®n sumamente compleja.
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