La banda de Dave Edmunds

Lee Brilleaux, Dr. Feelgood en persona, repiti¨® actuaci¨®n en Madrid -la segunda en menos de un a?o- a base de canciones cl¨¢sicas de rhythm and blues a la manera de See you later, alligator. Apareci¨® con traje de chaqueta, como sus m¨²sicos acompa?antes, animado, firme y gracioso por sus posturas peculiares junto al micr¨®fono, con el ritmo incesante de su pierna derecha.Este ingl¨¦s con esp¨ªritu alocado, autodestructivo, cant¨® bien, sin esfuerzo, arrimado siempre a ese sonido cercano al Misisip¨ª que debe llevar en sus venas y que transmite al oyente con sinceridad. Cantaba y fumaba cigarrillos, que encend¨ªa con la colilla del anterior. Brilleaux toca la arm¨®nica o la guitarra con el tubo met¨¢lico con el mismo car¨¢cter nervioso-contenido que al andar, y puede cantar un blues como si estuviera apoyado en una barra americana.

Los asistentes, que llenaron la mitad de la sala, deseaban la presencia de Dave Edmunds y se encontraron con un concierto de rock de m¨¢xima calidad, de rock and roll de lujo, aunque esto suene t¨®pico. Edmunds, productor de prestigio, se preocupa minuciosamente del sonido en vivo. Cada instrumento, cada golpe de bater¨ªa o de bajo se apreci¨® con una nitidez sorprendente y la brillantez de las guitarras se correspondi¨® con la de las voces. Se not¨® la pasi¨®n de Edmunds por las voces, indispensables en su m¨²sica, armonizadas con cuidato y talento e interpretadas por cuatro de los cinco m¨²sicos en escena.

Watkins, el teclista, se levant¨® de repente, se colg¨® un acorde¨®n y cant¨® entusiasmado, y luego lo hizo el guitarrista, Mickey Gee, sobrio, genial. Y los espectadores, agitados m¨¢s por deleite que por furor rockero, acompa?aron con sus gargantas en temas como The wanderer, Girls talk, de Elvis Costelo, o I knew the bride, de su otro amigo Nick Lowe, o Queen of hearts, o su primer acierto, I hear you knockin. Podr¨ªan continuar con m¨¢s canciones durante un par de horas m¨¢s sin perder el ritmo contagioso del recital.