Desmemoria alarmante
Deseo dirigirme a ustedes debido a que difiero enormemente con la carta enviada por el se?or Carlos Zayas Mariategui y que, con el t¨ªtulo de Justicialistas, publicaron el s¨¢bado 19 de septiembre.Interpreto que justamente quien no fue muy preciso y claro ha sido este se?or, y no el peri¨®cico EL PA?S. Pone de manifiesto una desmemoria alarmante. Se percibe que se encuentra muy mal informado. Evidentemente, los grandes desencuentros argentinos han sido posteriores al auge justicialista. Una doctrina que, haciendo hincapi¨¦ en una eterna demagogia con "su infatigable sensibilidad obrera", ha trasladado a su plana mayor a algunos dirigentes deshonestos, revanchistas y reaccionarios. Un partido, el justicialista, en donde siempre ha reinado la corrupci¨®n sindicalista, llevando a los dirigentes m¨¢s encumbrados del partido a acatar las peticiones con el prepotente "nosotros te votamos, nosotros mandamos porque somos el pueblo", y si hay alguien que precisamente no permiti¨® esos pactos traicioneros para la conveniencia del pueblo fue nuestro presidente Alfons¨ªn.
El justicialismo se ha destacado por ser de f¨¢cil trato con los poderes f¨¢cticos. Ah¨ª tenemos delante una historia, pero existe una realidad concreta y palpable que contrasta con el cambio y la renovaci¨®n justicialista que este se?or profetiz¨®, y son las huelgas que paralizaron el pa¨ªs. El constante no colaborar con la democracia hace que este cambio carezca de credibilidad. El dejar completamente solo a Alfons¨ªn en momentos cruciales, pero dif¨ªciles para la democracia argentina, y no para la imagen desgastable en estas oportunidades, como puede haber sido el tema de la obediencia debida. No aceptar esto es querer ir demasiado deprisa en la consolidaci¨®n democr¨¢tica, o nos olvidamos del profundo poder destructivo del militarismo latinoamericano. ?Qu¨¦ hubiese hecho un Gobierno justicialista? ?Acaso hubiese dado mayores concesiones, como lo demuestra la historia? Hemos tenido la dictadura m¨¢s cruel que nuestra historia por herencia justicialista.- Carlos Alberto Campos.
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