Paseo por la Barcelona de los cincuenta

Los promotores de la exposici¨®n La arquitectura de los a?os cincuenta en Barcelona organizaron esta semana una excursi¨®n nocturna por los monumentos del citado per¨ªodo. En el autocar no estuvieran los arquitectos responsables de los edificios visitados, lo que merm¨® un tanto el inter¨¦s de ese in¨¦dito turismo cultural. Fue una visita expresamente nocturna para poder apreciar el pensado juego de luces interiores de los edificios, el calculado realce que da la iluminaci¨®n a los bloques.

Transparencia, diferencia entre la estructura del edificio y los materiales de aislamiento, dise?o con formas rectil¨ªneas y predominio de hierro y vidrio. ?stas son las principales caracter¨ªsticas del movimiento moderno en la arquitectura, que en Espa?a alcanz¨® su punto ¨¢lgido en la d¨¦cada de los 50, y que es objeto de la citada exposici¨®n organizada por la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura del Vall¨¦s en la sede del Colegio de Arquitectos de Catalu?a.A las diez de la noche se inici¨® en autocar el paseo nocturno. La Editorial Gustavo Gili, en la calle Rosell¨®n; la Facultad de Derecho y la Escuela de Estudios Empresariales, en la Zona Universitaria; el dep¨®sito de autom¨®viles de la SEAT, en la Plaza de Cerd¨¢.

Al singular recorrido no asistieron los arquitectos que elaboraron los proyectos, lo que rest¨® parte de su aliciente a la visita. Destaca la preocupaci¨®n por la claridad, la abstracci¨®n y la racionalidad, rayana con la utop¨ªa, de determinados arquitectos. Para Juan Carlos Savater, profesor de la Escuela de Arquitectura del Vall¨¦s, este movimiento arquitect¨®nico surge en un momento de ruptura con el estilo arquitect¨®nico oficial".

El movimiento moderno alcanz¨® el reconocimiento oficial cuando el franquismo inici¨® su apertura, lo que a su vez signific¨® para la arquitectura sacudirse el fardo de las formas del monumentalismo al uso en la ¨¦poca y sintonizar con las corrientes racionalistas que marcaban la pauta en Europa y los Estados Unidos.

La luz

Los arquitectos pertenecientes al movimiento moderno iluminaban sus maquetas, y esta preocupaci¨®n casi obsesiva por la iluminaci¨®n se pone de manifiesto en que es dificil distinguir una fotograf¨ªa nocturna del negativo diurno de una misma edificaci¨®n.Es sorprendente el caso de la editorial Gustavo Gili. El cat¨¢logo de la exposici¨®n presenta una fotografia nocturna y otra que es el negativo impresionado de d¨ªa. Si no fuera por un cipr¨¦s que en el negativo aparece de un color blanquecino, es dif¨ªcil distinguir a primera vista cu¨¢l es la fotograf¨ªa y cu¨¢l el negativo.

Un reducido grupo de trabajadores de la empresa Butsir-Sirsa, que se hallaban en huelga de hambre, recibieron indiferentes a los visitantes nocturnos en la entrada de la Facultad de Derecho (1958), dise?ada por P. L¨®pez I?igo, G. Gir¨¢ldez i D¨¢vila y X. Sub¨ªas i Fag¨¦s.

La construcci¨®n consta de dos bloques diferenciados: uno dedicado a la docencia y otro a dependencias administrativas. Sus m¨®dulos rectangulares pod¨ªan haber admitido multitud de combinaciones.

De las diferentes construcciones visitadas, es posiblemente la Facultad de Derecho la que permite apreciar mejor el juego que se establece con la luz. La estructura es de hierro y visible desde el exterior, mientras que el aislamiento es de cristal y el paramento, de color blanco. Durante el d¨ªa, la capacidad de absorci¨®n del vidrio es muy baja, por lo que la fachada es de color blanco (los paramentos) y negro (los vidrios). Los colores se invierten por la noche con la iluminaci¨®n interior, que da un tono oscuro a las partes de obra.

A pocos metros de la Facultad de Derecho, la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales (1954-59) era "una linterna", como la defini¨® el arquitecto Xavier Monteys, uno de los organizadores de la exposici¨®n. El edificio, dise?ado por R. Garc¨ªa de Castro y J. Carvajal Ferrer, est¨¢ formado por m¨®dulos rectangulares perfectamente diferenciados, lo que es evidente en el caso del m¨®dulo que alberga la sala de actos, con acceso propio.

La utilizaci¨®n de hierro y vidrio en la construcci¨®n fue una novedad que los habitantes de la Barcelona de los a?os 50 fueron asimilando de una forma casi natural. Buena muestra del af¨¢n de experimentaci¨®n de los arquitectos racionalistas es el dep¨®sito de autom¨®viles SEAT (1958), dise?ado por C. Ortiz Echag¨¹e R. Echaide Itarte. "Cuando se construy¨®, ver los coches almacenados en pisos de vidrio fue algo muy novedoso", explica Xavier Monteys.