El libro espa?ol busca un nuevo espacio en Latinoam¨¦rica
El libro espa?ol sigue teniendo un papel fundamental en Latinoam¨¦rica. Pese a la diversidad de las situaciones en cada uno de los pa¨ªses americanos de habla hispana, la situaci¨®n actual puede calificarse, en t¨¦rminos generales, como de transici¨®n hacia una nueva etapa en la que las posiciones tradicionales se ven alteradas. Las industrias editoriales argentina y mexicana parecen no recuperar la fuerza de sus anteriores posiciones dominantes en la zona, mientras que Colombia se presenta como una nueva promesa.
De los 26 pa¨ªses extranjeros que participan en el V Sal¨®n Internacional del Libro, Liber 87, ocho son latinoamericanos. El llamado mercado natural del libro espa?ol sigue si¨¦ndolo, aunque para muchos de los representantes del sector del libro en esos pa¨ªses la situaci¨®n tiende a empeorar.El caso mexicano es tal vez el m¨¢s dram¨¢tico, sobre todo durante el ¨²ltimo a?o, en que la devaluaci¨®n del peso ha puesto tal distancia entre el precio del libro espa?ol y el mexicano que por el momento no es posible establecer juicios sobre su futuro. La ¨²nica soluci¨®n para algunos editores espa?oles es la de aprovechar, a su favor esta situaci¨®n transitoria e imprimir a costes inferiores all¨ª y evitar los gastos de transporte y fletes.
Para Argentina, la llegada de la democracia y el final de la censura no se convirtieron en un incentivo para una industria editorial presionada fuertemente por los problemas econ¨®micos. "En estos a?os ha disminuido notablemente la importaci¨®n de libros espa?oles debido a la inestabilidad de nuestra moneda. La inflaci¨®n nos impide planificar nada m¨¢s all¨¢ de dos semanas", dice Francisco del Carril, de Emec¨¦ Editores.
"En Argentina el libro espa?ol tiene un precio tan poco asequible al p¨²blico que su venta ha disminuido notablemente. El libro argentino se vende mucho m¨¢s, y esta situaci¨®n lo beneficia en alguna medida, aunque hay otros problemas, como el del papel, que impiden que la industria editorial argentina prospere", dice Alfredo Vercelli, de Editorial Atl¨¢ntida. Al final de la conversaci¨®n, uno de estos editores me ofrece un pa?uelo y me invita a llorar con ¨¦l. En Argentina se publican cerca de 4.500 t¨ªtulos anuales.
Quienes se muestran muy optimistas son los colombianos. Mientras que en 1970 se publicaban 545 t¨ªtulos anuales, en 1985 se publicaron 7.670, y en 1986 se llegaron a publicar 9.000 t¨ªtulos. El a?o pasado Colombia logr¨® por primera vez en su historia un balance positivo en su mercado internacional del libro, y actualmente es el primer exportador de libros de Latinoam¨¦rica. Se est¨¢ convirtiendo tambi¨¦n con el tiempo en un gran parque gr¨¢fico al que se acude de diferentes pa¨ªses, incluso de Espa?a, para la impresi¨®n de libros.
La importaci¨®n de libros espa?oles representa m¨¢s del 65% del valor de las importaciones totales del sector en los ¨²ltimos cinco a?os. No obstante, Colombia ostenta tambi¨¦n el desagradable honor de ser el pa¨ªs donde mayor es la pirater¨ªa editorial, seg¨²n dio a conocer hace unos d¨ªas el presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a a trav¨¦s de un mapa mundial de la pirater¨ªa.
Este fen¨®meno, que afecta fundamentalmente a la industria editorial, ser¨¢ objeto en noviembre pr¨®ximo de una reuni¨®n internacional de editores espa?oles y latinoamericanos en Bogot¨¢.
La reprograf¨ªa ilegal ha dejado de ser una sencilla actividad clandestina artesanal realizada en peque?os garajes para convertirse en una red internacional organizada. "Ya no se debe hablar solamente de piratas, sino de corsarios", dice Jos¨¦ Israel Cuello, de Editora Taller, de la Rep¨²blica Dominicana. La actividad internacional corsaria organizada est¨¢ amparada por los que controlan econom¨ªas subterr¨¢neas, y, seg¨²n Israel Cuello, est¨¢ pagada por distribuidoras colombianas, mexicanas y venezolanas.
Babelia
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