Suecia elimina a Espa?a de la Copa Davis
ALEX MART?NEZ ROIG Suecia elimin¨® a Espa?a por tres victorias a dos en la semifinal de la Copa Davis de tenis, disputada en Barcelona. La final la enfrentar¨¢ en diciembre, en su pista de Gotemburgo, a la India. Stefan Edberg logr¨® ayer el tercer y decisivo punto al vencer a Emilio S¨¢nchez Vicario por 6-4, 8-6 y 6-4 en dos horas y cuatro minutos. Mats Wilander renunci¨® despu¨¦s a jugar el quinto partido, por lo que fue sustituido por Jan Gunnarsson, el cuarto jugador del equipo sueco. Ya con todo decidido, Javier S¨¢nchez Vicario venci¨® a Gunnarsson en el encuentro que cerr¨® la eliminatoria por 6-3, 3-6 y 6-3.
Los c¨¢lculos espa?oles fallaron estrepitosamente. Antes de la eliminatoria, el capit¨¢n, Manuel Orantes, y todos los jugadores se?alaban con el dedo a Stefan Edberg y dec¨ªan que era el punto d¨¦bil de Suecia. Edberg es el n¨²mero tres del mundo, pero jam¨¢s hab¨ªa demostrado buenas aptitudes en la tierra batida. La realidad ha sido bien distinta.Edberg ha sido el mejor jugador de los seis que han intervenido en esta semifinal y ha ganado sus dos partidos sin perder ning¨²n set. La exhibici¨®n de su clase ten¨ªstica ha sido tan espectacular que hasta ¨¦l mismo, siempre tan comedido, lleg¨® a decir: "Han sido los mejores encuentros que he jugado en tierra batida".
El recital de Edberg fue contemplado en primera fila, y muchas veces con la boca abierta, por Emilio S¨¢nchez Vicario. En las gradas hab¨ªa poca gente, pero un grupo de 15 j¨®venes puso la animaci¨®n necesaria para crear un cierto miedo esc¨¦nico, siempre presente en la pista talism¨¢n. No s¨ªrvi¨® de nada. A estos g¨¦lidos suecos es muy dif¨ªcil darles miedo.
Oportunidades perdidas
A Emilio, sin embargo, le debi¨® de dejar un sabor amargo el encuentro de ayer. El n¨²mero uno espa?ol no acaba de estallar en la Copa Davis. Ha cumplido con su papel, pero no ha derrotado a ninguno de los que est¨¢n por encima suyo en la clasificaci¨®n mundial. Ayer tuvo de nuevo sus oportunidades, como ya le sucedi¨® el pasado viernes ante Wilander, pero otra vez las dej¨® escapar El es el primero que es consciente de este punto d¨¦bil, que le impide estar en la lista de los 10 mejores del mundo.
El comienzo del encuentro fue enga?oso. El 1-0 logrado por Emilio el domingo, antes de que cayese la tromba de agua, tuvo su continuaci¨®n con un 3-0 tras romper el saque de Edberg. Fue entonces cuando el sueco se despert¨®. Sin celebrar casi los puntos, mirando siempre al suelo con un gesto que parec¨ªa depresivo, Edberg fue sumando juegos y gan¨® cinco consecutivos. Todo en ¨¦l era f¨¢cil. Su primer servicio castigaba el rev¨¦s de Emilio, que a duras penas lograba devolver la bola para que Edberg, con un r¨¢pido desplazamiento, llegase a la red y volease al lado contrario. Con 5-4, la lluvia reapareci¨® por ¨²ltima vez y, tras 24 minutos de interrupci¨®n, Edberg concluy¨® remontando un 15-40 y ganando el primer set en 35 minutos de juego.
La segunda ocasi¨®n perdida por Emilio se produjo en la manga siguiente. El espa?ol rompi¨® el saque de Edberg, jug¨¢ndose los restos a los pies del sueco o junto a las l¨ªneas, y se coloc¨® con ventaja de 5-3. Y, de nuevo, fall¨®. Edberg recuper¨® su saque inmediatamente y se dispuso a ofrecer un recital de tenis, delicioso para los aficionados con bouquet, pero dif¨ªcil de digerir para los espa?oles. Edberg mov¨ªa su raqueta con la misma facilidad con que se utiliza un peine. Cuando Emilio levantaba la vista tras un golpe, Edberg ya estaba en la red dispuesto a colocar una bola inalcanzable. Y lo hac¨ªa con golpes de rev¨¦s, de drive, de bote pronto, y con env¨ªos sobre su cabeza o a sus pies. Desde los a?os de plenitud del estadounidense John McEnroe no se hab¨ªa visto tal facilidad en el juego de ataque. Edberg, adem¨¢s, no desaprovech¨® ni una pelota de rotura de servicio. Y eso ocurri¨® hasta cinco veces.
El segundo set lo gan¨® al hacerse con el saque de Emilio en el decimotercer juego. El espa?ol apenas tuvo tiempo de lamentarlo porque en el tercero de la ¨²ltima manga ya hab¨ªa vuelto a perder su saque. De ah¨ª hasta el final, Edberg se dedic¨® a fluir hacia la red por un camino que se ten¨ªa bien aprendido y que ya pod¨ªa recorrer a ciegas. Emilio s¨®lo levant¨® la cabeza cuando dispuso de una pelota de rotura de servicio en el octavo juego. Pero ayer no era su d¨ªa y tambi¨¦n se le escap¨®. Jam¨¢s logr¨® imponer su juego de fondo. Su rev¨¦s de ataque no funcion¨®.
Y as¨ª se lleg¨® al final de la historia de Espa?a en la Copa Davis de 1987. Edberg gan¨® su punto y, en una escena que repiten desde hace a?os, sus compa?eros le lanzaron hacia el aire mientras sosten¨ªa una bandera sueca. Veinte a?os despu¨¦s, Espa?a se qued¨® a las puertas de jugar la final.
"Me falt¨® serenidad"
Emilio dijo estar "triste" por lo acontecido: "He tenido muchas oportunidades desaprovechadas. Ya me sucedi¨® lo mismo contra Wilander. Tengo que mejorar mi concentraci¨®n y mi serenidad en los puntos importantes. Estaba convencido de que iba a ganar, pero Edberg no me ha dado ritmo en ning¨²n momento y yo nunca he acertado a retenerle en el fondo. En el pasado verano, cuando jugu¨¦ mi mejor tenis, quiz¨¢ le habr¨ªa ganado. Pero entonces ganaba. muchos puntos con mi saque y ahora tengo que jugarlos todos. Creo que cuando he perdido la ventaja de 5-3 en el segundo set se me ha escapado definitivamente el partido y, con ¨¦l, la eliminatoria".
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